lunes, 29 de mayo de 2017

URGE YA UNA HUELGA DE AYUNTAMIENTOS.


URGE YA UNA HUELGA DE AYUNTAMIENTOS.

Si en el tema del latrocinio, como dice Confucio Molina, “el PP lucha con tanto entusiasmo contra la corrupción que hasta pone  los corruptos”, en el tema de la lucha contra la deuda de las administraciones el asunto es parecido.

Repasemos: Resulta que en infinidad de Ayuntamientos y Diputaciones, el truco para coger un billete (de 500) en un descuido era hacer obras faraónicas (vinieran o no, a cuento).

Como encima todo parecía Jauja, la fiesta del despilfarro no paraba.

Hasta que llegó la crisis bancaria (la banca se quedó sin un duro) y el Comangante mandó a “pagar”. (Montoro es el Comangante, y a quien había que pagar era a los bancos).

En consecuencia y para abreviar, el Señor Montoro (PP) dispuso, (con una Ley) que los Ayuntamientos que no tuvieran problemas económicos (o sea, que al final del año hubieran tenido más ingresos que gastos) siguieran atados con la misma camisa de fuerza (atados de pies y manos) que si hubieran tenido déficit (menos ingresos que gastos).

Esta Ley Asfixiante (diremos por qué) supone que una Corporación Local, aunque tenga dinero, no podrá contratar empleados públicos (aunque se le mueran) ni aún necesitándolos.

También supone que por culpa del llamado “Techo del Gasto”, un municipio no puede gastar por encima de dicha cantidad (llamada techo del gasto y definida por el Gobierno Español) aunque disponga de fondos para hacerlo.

Así mismo, si un Ayuntamiento tiene cierto año un superávit (dinero que le sobra) “X”, deberá emplearlo así:

1.-La mitad se debe destinar para acelerar el pago de la deuda con entidades financieras (que ya dijimos que en todo se trata fundamentalmente de eso, pues la Banca necesita más liquidez que negocio, que vale más millón en mano que ciento prestados).

2.- Y la otra mitad del superávit, sólo se podrá dedicar a lo que metafísicamente Montoro definió como “inversiones sostenibles”. Que según él son aquellas que una vez hechas, no exigen mantenimiento.

Coja usted esa mosca por el rabo. ¿Es un concierto musical una inversión sostenible? ¿Qué inversión no exige tal vez un pelín de mantenimiento con el paso del tiempo?.

Como consecuencia de estas medidas desmedidas, la mayoría de las corporaciones locales están llegando a esta situación:

i)            Han reducido, u ocurrirá en breve, su deuda a CERO.
ii)          Y tienen superávits anuales de escándalo, porque sin personal y con restricciones para emplear el dinero sobrante del año anterior, no dan abasto a gastar.

Por causa de todo lo anterior, los Ayuntamientos y Diputaciones están en contra de la Ley Montoro. Todos ellos, incluidos los gobernados por el PP.

Pero el Dúo Dinámico/Estático, Rajoy/Montoro, no les hace ni caso.

Pues bien, ante esto, procede una huelga de un día (o unas horas, o unas manifestaciones convocadas por los Alcaldes) de todos los Ayuntamientos, Diputaciones y Cabildos.

Porque el mal que se le está causando a los españoles es inmenso:

¿Por qué seguir adelantando el pago de una deuda controlada? (Si hay superávit a pesar de la amortización de la deuda, no hay ningún problema).

¿Por qué no poder contratar empleados públicos si son necesarios, hay dinero y son puestos de trabajo multiplicativos?

¿Por qué no poder invertir millones de euros que sobran cada año, unos 7.000 millones en el conjunto del estado, con la cantidad de obras que si son necesarias y que hay que hacer, y con la de puestos de trabajo (o sea, de sustento) que generan?

Ante este panorama urge una huelga de Corporaciones Locales. 

Que además sería una buena y segunda moción de censura, que encima se ganaría.

Y si empieza el Ayuntamiento de Zamora, mejor.


Paco Molina. Zamora. 29 de Mayo del 2017

jueves, 25 de mayo de 2017

FELIPE MONTOYA MORENO.


FELIPE MONTOYA MORENO.

Entre las virtudes de la inteligencia superior de Felipe estaba su ilimitado sentido del humor.

En esa línea, una de sus guasas era irse el último de las reuniones o encuentros de amigos (y recomendarnos a los demás que hiciéramos lo mismo), porque de lo contrario, según él y su humor de calidad, los demás hablaríamos mal de él, tal y como suele hacerse con quien se ausenta primero de un grupo.

La maldita mala suerte ha querido que él sea el que primero se ha ido, y ahora toque hablar, qué cosas, bien de él; que aunque lo merece y de sobra, no querríamos tener que hacerlo en estas circunstancias

Murió una extraordinaria persona. Alguien fundamentalmente especial. Persona distinta.

Ingeniero Industrial, trabajó en la empresa privada; y tras descubrir lo que es y distingue, al dinero de la calidad de vida, se pasó con armas y bagajes a la Enseñanza.

Lo conocí cuando casado con su inmejorable esposa (Teresa Santacana Gómez) eran ambos profesores de la Universidad Laboral de Zamora.

Ella daba clases de Física y Química, y él de su materia (Mecánica y Mecanismos) en la Escuela de Ingeniería Técnica Industrial del propio centro.

Aunque los dos acabaron en Valladolid, pues al integrarse las Universidades Laborales donde debían (Ministerio de Educación) ella pasó a un instituto de allí y él a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad de Valladolid.

Ambos como catedráticos, él tras su tercera oposición, pues no en vano hubo de añadir a la de las Laborales, la de Profesor Titular de Universidades y la de Catedrático de Universidad.

Esto ocurrió  a finales de los años 80 del Siglo XX.

Pero antes, cuando los conocí, conviene saber que en las Universidades Laborales (únicamente 21 en toda España) se impartían estudios de Bachillerato, FP y diversas ingenierías o estudios universitarios de 3 cursos (carreras técnicas o peritajes).

Y que la de Zamora aún la regentaban los Salesianos.

Felipe Montoya reunía una serie de condiciones tan humanas que lo hacían destacar por su gran excepcionalidad.

Baste, en mi caso, citar 3 anécdotas que permitirán (re)conocerlo mejor y hacer que permanezca más tiempo en la memoria de todos.

Cosa buena en si porque nos será positivo querer ser como él fue.

Cuando llegué a la Universidad Laboral (1977), Teresa Santacana, Jaime Santo Domingo (otra gran persona) y él, constituían un tándem de amistad (que se completaba espléndidamente con Charo, la mujer de Jaime, que se dedicaba también a la docencia aunque no en nuestro centro).

Pasados unos meses del comienzo de mi primer curso en dicho (y dichoso) lugar, un día Jaime me indica que le gustaría hablar conmigo en privado.

Así lo hacemos, sin tener yo idea de por dónde iba a ir la cosa, pero encontrándome después con lo que para mí era el primer caso de la Historia (al menos mía), de que alguien me declarara su deseo de amistad.

Pues así fue, ya que, para mi sorpresa e infinita satisfacción, Santo Domingo me planteó lo siguiente.

Que él iba como embajador del grupo ya mencionado, y quería decirme que ellos, tras observar lo que yo decía en los claustros, sala de profesores, y supongo que en los pasillos, habían decidido que querían que los aceptase como amigos (o que pretendían que quisiese ser su amigo).

La conclusión era sumamente grata para mí en cualquier versión; y no sólo dije SÍ, a esa declaración, sino que además busqué esa amistad.

En toda esta anécdota, Felipe Montoya, sin duda, tuvo una gran importancia para configurar la base de tal razonamiento, propuesta y despropósito genial (por lo poco común del asunto).

Y no es que Felipe necesitara buscar amigos, que dado su carácter, forma de ser y lealtad a las personas, fue aumentando el número de sus seguidores de carne y hueso hasta convertir su “adiós”, en un acto de confirmación de su valía impagable.

Otra anécdota que lo perfila, tuvo que ver con su apuesta por una enseñanza que respete al alumnado.

En la Universidad Laboral (de Zamora) se impartían estudios de Bachillerato, Formación Profesional (nivel I y II) e Ingeniería Técnica Industrial.

Felipe Montoya, en cuanto que Ingeniero Superior Industrial, había sido contratado y había aprobado las oposiciones:  fundamentalmente para enseñar a los alumnos de Ingeniería.

Pero un curso resultó que él (y no recuerdo si algún otro) no tenía horas suficientes para completar su horario con clases de Ingeniería. Entonces el estaff directivo rechazó otras alternativas, y dos ingenieros se vieron obligados a dar clases a alumnos de FP I.

El problema para Montoya era qué, ¿cómo iba a dar él con solvencia, clases de una materia que no sabía, y que incluso aprendiéndola, nunca la dominaría pues se trataba entre otras cosas de enseñar a limar (con lima)?.

No obstante y tras un curso de continuas denuncias, él cumplió con su deber.

Pero habiéndole indicado su deber que no había derecho a que a los alumnos no se les pusiera el mejor tipo de profesorado, y entendiendo que ellos sabían más que él (el profesor) optó por darles a todos “sobresaliente”.

Tal medida, ingeniosa y no dolosa, amén de reivindicativa, no podía ser soportada por el alto mando de las 21 Universidades Laborales (que entonces eran un organismo autónomo incrustado en el Ministerio de Trabajo).

En consecuencia le abren un expediente informativo (esos procesos que si resulta que te consideran culpable, te castigan).

Pero todo acabó bien, porque Montoya tenía razón, porque la medida usada para la protesta era sorprendente e inocua, y porque la cantidad de apoyos, incluso escritos, que tuvo Felipe (dándole la razón y dándole la amistad) hicieron ver a quien correspondiera que era mejor dejar las cosas estar, y utilizar a cada cual para enseñar lo que mejor pudiera enseñar según sus conocimientos.

Fue Felipe Montoya una bella persona, un brillante profesor, un valiente profesional, un audaz reivindicalista.

Y vamos a ahora con la anécdota que refleja, de las que conozco y recuerdo, ese espíritu de buena persona, de hombre cálido, de amigo hermano.

En 1979 yo he sufrido un shock anafiláctico. Todo indica que algún medicamente me produjo ese peligroso síntoma de alergia. Por tanto hay que ir a Valladolid a hacerme unas pruebas.

En la citación médica no quedan muy claros los pormenores de las mismas, deduciéndose únicamente que debía de acudir acompañado de alguien que haría de testigo y con la espalda lavada.

Pues bien al contar esto a mis amigos, él, mi amigo Felipe Montoya, se ofreció como un rayo (a acompañarme).

Feliz y contento por su reacción, tan veloz y desinteresada, reímos sobré quien de los dos era el que debía llevar la espalda lavada, cosa que no quedaba clara como se dijo.

Y como el problema no era mayor, ya que solíamos ir por la vida con la cabeza bien alta y la espalda aseada, allí nos fuimos el día convenido. Llenos de intriga, todo hay que decirlo.

Y razón teníamos en intrigarnos, pues:

A mí me extrajeron sangre del brazo como se hace ante una analítica convencional.

Para luego, con esa sangre, ir (en otro habitáculo claro) contra Felipe; que al final era quien debería llevar la espalda lavada, porque le pincharon en ella unas 10 veces en lugares diferentes, depositando en cada uno de los agujerillos que le hacían, una gota de la que resultó mi pocha sangre.

Posteriormente, para saber a qué medicinas era yo alérgico, depositaron en la espalda de Montoya, en cada uno de los 10 agujeros de su espalda cargados con mi sangre, diez sustancias medicinales distintas. O sea que le abandillearon más de 20 veces.

Era para ver cómo reaccionaba yo (mi sangre) a cada tipo de medicina; pero todo sobre la espalda de Felipe.

Para colmo, todas dieron la correspondiente reacción, lo que afortunadamente, según él, no le afectó, ni en el presente aquel, ni en el futuro venidero.

Aunque si obtuvo una medalla más a su valentía como buena y entregada persona.

Éste era Felipe Montoya, alguien genial, que como tal hizo felices a quienes le rodeaban, por lazos familiares o de amistad y compañerismo; y sobre todo a su compañera Teresa Santacana, que tuvo la inmensa suerte de vivir, disfrutar, soñar, reír y cantar, con un hombre de esos que de cada varios millones sale uno, si es que sale o no se estropea.

Él no se estropeó, es más, mejoraba día a día, con su humor, con su  hidalguía.

Lo cierto es que ella se lo mereció, lo mismo que él la mereció a ella, a la que supo buscar, a la que supo encontrar, a la que supo mimar, sabedor de que tenía una joya.

Felipe Montoya la abrazó a ella, nos abrazó a todos, con sus largos brazos de inteligencia y ternura.

Qué gran persona. Inolvidable Felipe Montoya Moreno. Caballero del alma, entrañable amigo.

Paco Molina. Zamora. Mayo del 2017.


miércoles, 24 de mayo de 2017

LA PLUSVALÍA EXPLICADA PARA NIÑOS


LA PAPIROFLEXIA. LA PLUSVALÍA y EL CAPITAL.

Aprovechando que tengo unos ahorrillos (vulgo “capital”) voy a poner en marcha un negocio para que se me multiplique (vulgo, “pasaré a ser un capitalista”).

Me he dado cuenta de que una vulgar hoja de papel, que como mucho costará 0,10 euros, adquiere mucho encanto si la convierto en una pajarita (a los niños les gustan).

El problema es que no se hacer “pajaritas”.

He decidido pues contratar a un experto en papiroflexia. Que además sabe hacer muchas más figuras que la sencilla, aunque simpática, pajarita.

Él por hacer de un folio de papel una pajarita, me cobra 0,40 euros; aunque en realidad me gasto 0,20 euros más por lo que me cuesta su Seguridad Social.

Se que hay otros gastos, pero para la esencia de lo que les quiero contar no cuentan.

En definitiva, cada pajarita me cuesta lo que suman estos conceptos: los 0,10 € del papel, los 0,40 € del papirofléxico (en adelante “trabajador”) y los 0,20 € de la Seguridad Social del trabajador, es decir, “fabricar” una pajarita me sale por 0,70 €.

Y lo sorprendente es que la puedo vender por 1€, porque a los niños, y a los padres de los niños, les parece que les compensa el gasto a cambio de algo simpático y decorativo.

Pero entonces, si cada pajarita me cuesta 0,70 € y la vendo por 1 €, resulta que en cada pajarita voy a ganar 0,30 €.

Aunque el negocio está claro (y en ello estoy, ya les digo) me sorprendió el que gastándome por cada pajarita una cantidad, la pudiera vender por una superior.

Supongo que el truco estaba en que soy muy listo y entre mis cualidades está la de vender cosas por más de lo que cuestan.

Pero por mi maldita manía de querer comprobar las teorías, me puse a vender e intercambiar otras cosas, para sacarle provecho a esa innata capacidad mía que me permitía vender artículos por encima de su coste.

Sin embargo, para asombro mío, comprobé que no había manera. Es cierto que a veces conseguía vender algo, algo más caro de lo que valía, pero luego comprobaba una y otra vez que cuando yo compraba a mi me pedían más de lo que valía el objeto en cuestión (según mi opinión).

O sea, en esto del trueque (aunque haya dinero de por medio) los humanos solemos pagar por cada cosa lo que nos parece que vale; y si en ocasiones nos pasamos en otras nos quedamos cortos.

Por tanto los 0,30 € que yo voy a ganar con cada pajarita no provienen de mi habilidad como vendedor. ¿Y entonces?.

Hasta que Dios, sin duda al verme tan angustiado, hizo que se me apareciera Carlos Marx ( a otros les envió otras apariciones).

Y ahora lo entendí. Yo (capitalista) vendo mi producto al precio que tiene (entre otras cosas porque si se descubriera el pastel o apareciera la competencia, adiós mi negocio).

Mi pajarita, no es cierto que valiera únicamente 0,70 € (coste del material más el del trabajador).

Mi pajarita vale 1€ como así compruebo día a día, cuando se las quitan de las manos a mis vendedores.

¿Pero, y esos 0,30 € que gano por ejemplar, de dónde salen?.

De la habilidad del trabajador para crear riqueza, del arte de darle gracia al folio de papel, es decir de su capacidad para multiplicar el valor de las cosas.

¿Pero qué cosa es la que me permite vender un simple folio a un euro? Que ya no es un únicamente un folio, es una pajarita.

¿Y quién convirtió al folio (la materia) en pajarita (en otra mercancía mejor)? La capacidad de trabajo del obrero, su capacidad para crear e insuflar valor a la materia.

¿Pero esa capacidad para crear valor no se la estaba ya pagando yo con los 0,40 € de salario y sus 0,20 de Seguridad Social? .

Pues evidentemente no. Otra cosa es que el trabajador (que es un santo) se conforme, pero está claro que los 0,30 € de ganancia (que me llevo yo) los creó él, puesto que yo, ni aparezco por la fábrica, y ni le conozco.

¿Cómo le voy a conocer, si al ver que el asunto iba viento en popa, y que cuantas más pajaritas vendiera mejor, he ampliado tanto el negocio, que tengo fabricas y trabajadores por todo el mundo?

Los 0,30 € que yo (capitalista) gano por cada pajarita, son la plusvalía (una riqueza que crea el trabajador pero se queda el empresario).

Por tanto, me doy cuenta que cuantas más pajaritas fabrique (yo, jejeje) mejor para mi, y en consecuencia: prolongo la jornada de mis trabajadores todo lo que puedo y contrato a todos los que la reinversión de las ganancias me permite.

A más obreros, mas mercancías y por lo tanto, más dinero.

Aunque ahora voy a tener que despedir unos miles de papirofléxicos porque se ha inventado una maquina que hace pajaritas más de prisa, y por menos dinero cada una, y más perfectas, y encima no tengo que darla de alta en la seguridad social.

Porque claro, como dije al principio, yo no me puse a esto para crear puestos de trabajo (que quiere que les diga, y cuando  a veces he dicho lo contrario, era una mentira piadosa), el motivo por el que puse este negocio, y lo confesé, era para multiplicar mi capital (y eso es lo que me convirtió en capitalista)
.
Y si usted se pregunta qué por qué hago pajaritas y no otras cosas más útiles para la Humanidad, le diré, mire compa, estamos en el mundo capitalista (el mejor, eh) y de lo que se trata es de hacer dinero sea como sea, y no de hacer que la gente viva mejor.


Paco Molina. Zamora 24 de Mayo del 2017

lunes, 22 de mayo de 2017

MARX Y LENIN SE EQUIVOCARON.


MARX Y LENIN SE EQUIVOCARON.

Carlos Marx, si hubiera nacido en la actualidad, sin duda habría sido diagnosticado como niño con altas capacidades (vulgo persona superdotada).

Marx vivió en el Siglo XIX. En ese siglo, la ciencia (y la revolución industrial consecuencia de ella) multiplica la aparición de máquinas y la creación de riqueza.

Sin embargo, a Carlos Marx lo que le choca y llama la atención, es que cuanto más rica era la sociedad peor vivían sus gentes. Cuestión que también se daba a nivel mundial.

¿Cómo es posible que si se producían más bienes materiales y con mayor facilidad, resultara después que la gran mayoría de los ciudadanos (los obreros) cada vez vivieran peor o en todo caso, igual de mal?.

Es a raíz de ese problema, que se plantea así mismo, por lo que comienza sus estudios sobre este asunto, que culminarán en su conocida obra “El Capital”.

Siendo la conclusión que esa injusticia (la de que quien produce la riqueza con su trabajo, en la fábrica o en el taller o en el surco de la tierra, sea quien peor vive) es porque los medios de producción y la tierra como tal, son propiedad de un particular (el capitalista) y no del conjunto de la sociedad, y menos de los trabajadores.

Para que se entienda mejor, reparen ustedes en que cuando la Humanidad descubra una vacuna o medicina eficaz contra el cáncer, no va a ocurrir que así sea.

Porque resultará que tal descubrimiento se hará en los laboratorios de una empresa (que es de un particular, de un empresario) y ese descubrimiento, que en sí sería un bien para todos, pasaría a ser sólo un hallazgo (que aunque lo descubrirá un obrero) sería propiedad del capitalista dueño de esa empresa (y de lo que hagan sus trabajadores, por muy científicos que sean).

Y por tanto, la vacuna contra el cáncer será de quien la pague y no de quien la necesite.

Tras todo lo dicho y llegados aquí, el señor Marx (en compañía de otro genio, Federico Engels) concluye la teoría de que la solución a los problemas materiales (o sea, económicos) de la Humanidad, es que los medios de producción (fábricas, tierra y maquinaria) no puedan ser propiedad de unos particulares (con intereses privados) y sí que lo sean del conjunto de la Humanidad (o de cada nación o sociedad, poco a poco).

Ahora bien, Marx, Engels, y pasados unos años Lenin (en este año se celebran los 100 de la revolución soviética que él lideró) hacen este razonamiento:

1.-Si lo bueno para la gente es que los medios de producción no sean de los capitalistas (empresarios privados que sólo aspiran a multiplicar su dinero) habrá que quitárselos y que pasen a ser de todos.

2.-Para quitarles los medios de producción debe de ser el Estado (conjunto de la sociedad) quien lo haga, después de decidirlo democráticamente.

3.- Pero claro, los propietarios de los medios de producción (que encima son los poderosos de cada país y por tanto de la Tierra) no van a acatar por las buenas que se les prive de sus posesiones y se van a oponer a ello con toda sus fuerzas (y todas sus armas, incluidas las de la compra de lacayos).

4.- En consecuencia, durante un periodo más o menos dilatado, habrá que hacerles entrar en razón poniéndoles al Baño María (en cálido remojo) mediante la “dictadura del proletariado” (democracia trucada a favor de los que tienen menos, en contraposición con la actual, que está trucada a favor de los que más tienen).

Esos 4 puntos (el dar por hecho que los capitalistas están dispuestos a morir con las botas puestas, puestas en los pies de otros a los que comprarán, para conservar lo suyo) y las circunstancias posteriores, parecen dar la razón a Marx y Lenin porque:

*La misma revolución bolchevique ve revolverse contra la clase obrera al Ejército Blanco, en lo que derivo en una Guerra Civil.

**Tal proceso se repitió inexorablemente en varios lugares:

En indonesia los marxistas ganan unas elecciones democráticas y  se llevó al país, por parte de los poderosos, a un golpe de estado que acabó con ellos (a cuchillo limpio).

En España una tímida, y no expropiadora, República Democrática (la 2ª) derivó en otra Guerra Civil, financiada, en cuanto a los sublevados, por los que teniendo privilegios no los querían perder.

Podemos ahora saltar a Chile, donde Salvador Allende gana democráticamente (con una coalición de partidos) y los ricos deciden poner orden como es tradicional en ellos, con un golpe  de Estado (que si triunfa, fusila, y si fracasa se transmuta en una cruel guerra civil).

En Argelia, hace bastantes años, ganan, si no los Hermanos Musulmanes (que no lo recuerdo) si su primos, y los Poderosos de la Tierra desestabilizaron el país para que lo que había querido la democracia no lo disfrute el hombre. Lo mismo hace poco en Egipto.

Es decir, estos someros (pocos) ejemplos daban la razón a Marx, Engels y Lenin, pues confirman que el Poder sólo es demócrata si el resultado electoral es el que ellos quieren, o por lo menos el que les garantice las ganancias (ver mi próximo escrito “La Papiroflexia, la Plusvalía y el Capital”).

Pero ay, ay; por alguna extraña transubstanciación, ahora, los Poderoso de la Tierra son unos demócratas perdidos.

Y se confirma lo dicho (que para demócratas los ricos) porque no otra explicación tiene el matar tanta gente para que en Afganistán haya democracia, en Irak haya democracia. Y en Libia, y en Siria, y en Corea del norte, y en Venezuela.

Por tanto, hoy podemos decir, con gran satisfacción, que los Capitalistas o Poderosos, son más demócratas que nadie, y si por ejemplo en España, decidiéramos que la vacuna contra el cáncer sea de todos y no de un sólo capitalista, ellos respetarían tal decisión, y no dudarían en financiar unas milicias prodemocráticas que defendieran la decisión del pueblo de 
expropiarles.

En cualquier caso, en unas décadas, la Humanidad se llevará las manos a la cabeza asombrada de que en el año 2017 hubiera unos hombres que trabajaran voluntariamente para enriquecer a otros; lo  mismo que actualmente nos sorprende que hubiera épocas con esclavos y esclavas.


Paco Molina. Zamora. 22 de Mayo del 2017

sábado, 13 de mayo de 2017

EL EFECTO COMÚN


EL EFECTO COMÚN.

Cuando a quien más quien menos le empezaban a salir pelillos en los sobacos, siempre aparecía alguien que nos explicaba aquello tan bonito de que "no hay efecto sin causa".

De donde se puede deducir que lo importante de una causa es el efecto que produzca.

Si no produce efectos, pobre causa, y si produce malos efectos peor causa aún.

LA CAUSA COMÚN.

A todo esto, el PSOE le lanza una OPA hostil, y le dice, a IU que si de verdad odia al PP, pues que se una al PSOE en lo que éste llama la "causa común".

Aunque fonéticamente suena como "la casa común" (a la que el PSOE invitaba a entrar a IU para que haciéndose fuertes en ella, nadie desalojara al primero del poder. Donde, por cierto, vivía, con Pujol y no con IU).

Bueno, pues aunque suena parecido, la propuesta no sólo es parecida es la misma.

Se trata de un llamamiento a crear un Frente Popular contra el PP, es decir un Frente anti-Popular.

El matiz está en que con "causa común" la parejita puede creerse más “enamorados y justificados ante los demás” que si viven bajo el mismo techo de la casa común simplemente.

Es decir se trata de engañar a la chica (como siempre) para que se deje dar el abrazo que une.

ALARMAS APAGADAS.

Si se tiene en cuenta que el PP está aplicando una política similar a la del PSOE, e incluso con la ventaja (para el PP) de que esa política la están respaldando CC.OO y UGT con su continua firma de acuerdos, se debe aceptar y reconocer que España no está ante una situación de emergencia proletaria (es más el Capital está firmando directamente con los Sindicatos Obreros; e incluso en Zamora los empresarios y los sindicatos, tras el rimbombante título de "agentes sociales" se han puesto de acuerdo para resolver todos los problemas de todos. ¿Cabe mayor armonía?).

Si no hay pues una situación de pérdida de democracia, de abuso al límite del Capital y de desacuerdo absoluto; no parece que tenga sentido un Frente Popular, como en su día se creó cuando sonó la alarma del fascismo.

EL EFECTO BUSCADO.

Resulta entonces que el PSOE toca arrebato para desalojar al PP del Poder, pura y simplemente para ocupar ellos ese poder.

Y...Y...Y ¿para cambiar algo?

No, y eso no es un juicio de valor, eso es un análisis de las cosas, y las cosas indican que el PSOE ha votado con el PP exactamente todo lo que IU voto contra el PP.

Lo cual indica por un lado, que si PSOE e IU hubieran desalojado del Poder al PP no coincidirían en la política a realizar (incompatibilidad de caracteres) y por otro lado que el PSOE haría (otra vez) algo similar al PP.

No busca pues el PSOE un efecto común con IU cuando quiere cambiar al PP.

PARTES DE GUERRA.

Las bajas, en toda guerra, son negativas para el Ejército que las sufre.

En la lucha de clases, cada clase tiene uno o varios ejércitos que le hacen la tarea sucia (en el sentido de dar la cara).

Cuando no hay democracia las bajas son reales coma la muerte misma.

Sin embargo, en democracia, las bajas del enemigo hay que conseguirlas, no con balas-de-plomo; si no con bolas de tentación, de mentira, de seducción, de engaño.

Últimamente IU (uno de los ejército de la clase social de los no-banqueros, de los no-dueños de periódicos, de los no-dueños de colegios, o clínicas, o fábricas, o holdings) ha sufrido importante bajas.

Eso siempre es lamentable y triste. Declaren estos días de luto y a seguir la lucha.

MATEMÁTICAS POLÍTICAS.

Para quienes gustan de decir: Prefiero sumar a restar, o su gemela "prefiero multiplicar a dividir", una advertencia.

Si usted suma elementos negativos (opuestos) en el fondo resta (mientras que si restas números negativos, sumas ) y por supuesto que si multiplicas por algo que no llega a valer la unidad es como si dividieras (mientras que si divides PARTIENDO por los que valen menos de uno, estás multiplicando).

Sr. Director: Solicitando la publicación del anterior texto, reciba un saludo. (No me consta que se publicara)

FRANCISCO MOLINA. Zamora-29 Septiembre-1997