ZAMORA:
BIDÉT, LUJO Y CALIDAD DE VIDA.
Por sorprendente que
parezca Zamora es la única ciudad del mundo donde a la hora de construir una
vivienda, según normas del Ayuntamiento,
se exige al promotor que la misma tenga bidé.
Antes de seguir
conviene aclarar que lo que aquí llamamos “bidé” es una deformación de su
nombre inicial (bidet, en francés).
Palabra con la que
el curioso dispositivo para el aseo entró en sociedad porque “bidet” en Francia
es el nombre que se asigna a los caballos pequeños. Y es precisamente ese
detalle (el de que en el bidé hay que montar a horcajadas) lo que le dio el
nombre al artefacto.
Dicho lo cual vamos
con lo que se quiere proponer.
No cabe duda de que
el bidé, al aparecer en sociedad, se convirtió en un artículo de lujo (de hecho
sólo se empezó a instalar en palacios).
Sin embargo una vez
que el bidé ha estado al alcance de cualquiera, la misma oligarquía lo ha
despreciado (algo similar a lo ocurrido, por poner un ejemplo, con la Costa del
Sol malagueña, que de ser un lugar de encuentro de la alta burguesía, al
popularizarse, ha sido abandonada a su
suerte).
Bueno
eso como explicación social, pero sin duda es la explicación económica la
que acierta al analizar su devenir. Los pisos
cada vez son más pequeños y los cuartos de baño ni te digo, luego sobra…el bidé.
Y
centrémonos ahora en Zamora. Resulta que si cualquier terrícola consulta y hace
la siguiente pregunta por Internet: ¿Dónde es
obligatorio el bidet?
Se va a encontrar con esta respuesta:
Hoy en día no
es muy usual tener un bidé en casa; sin embargo, existe una ciudad donde su
instalación es obligatoria. Concretamente, se trata de Zamora.
Es decir
Zamora es la única ciudad del Planeta Tierra donde es obligatorio el bidet en todas las casas construidas desde el año
1986. Y todo por una decisión de su
Ayuntamiento, entonces presidido por Don Andrés Luis Calvo (PSOE).
Todo esto que
parece simplemente una original anécdota, sin embargo, por sus características,
se puede convertir en un reclamo más para invitar a los forasteros a curiosear
esta ciudad sin par (de hecho, aquí matamos a un Rey y no nos pasó nada).
Porque si
resulta que no hay ningún otro lugar en el mundo donde sea obligatorio el
bidet, si resulta que el bidet fue un símbolo de lujo en los hogares, si vemos
que donde se ha quitado el bidet o no se ha puesto, la alternativa es una mini
ducha que se pone junto a la taza del retrete y que sólo permite usar una mano
para la limpieza general, si resulta que por esto y muchas cosas más somos
únicos, debemos explotar estas circunstancias para presumir.
Si el bidet
nació como un lujo, y en Zamora seguimos con él y lo hacemos obligatorio, es porque
Zamora es una ciudad de lujo y sus bidets recuerdan que aquí hay calidad de
vida.
Además,
dentro de esta línea de explotar al máximo lo del bidet, el Ayuntamiento (en colaboración
con el Museo Etnográfico) debe empezar a toda prisa a recopilar bidets de todo
tipo para crear un Centro de Interpretación del Bidet (la denominación suena cursi
pero es lo que se lleva) o un Museo del Bidet.
Tampoco
estaría mal que para arrancar (y para que se hable de Zamora en todas las
teles) se le hiciera un entrevista al mencionado Alcalde de 1986 para
preguntarle por qué decidieron hacer obligatorio el dotar a nuestros hogares de
ese lujo, convirtiendo con ello una ocurrencia en una importante decisión.
PD: Ah!!! y
para los historiadores, que investiguen si en los seminarios no había y en
los conventos si, o qué.
Paco Molina. Zamora. 26 de agosto del 2024.