viernes, 2 de octubre de 2015

Así me ve Eugénio de Ávila

ALMANZOR (que yo diría que es el periodista Don Eugenio De Ávila) escribió sobre mí en el “DIA de ZAMORA”  en Junio del año  2009.

Molina, Paco

Se nos antoja, Paco, un rojo en la Corte del rey Maillo.

Un rojo en ese reducto nacional que es la Diputación Provincial y provinciana, en la que viene soplando con aire fresco Clara San Damián, una paridad lozana, pero hemos venido aquí a glosar a Molina, aunque obtendrá, Clarita, su momento.

Tiene cara de andar siempre haciendo amigos, mas la engañosa amistad del politiqueo crea más maquinismos que apegos para ir a la vuelta de la esquina con el mínimo de confianza, máxime en posiciones encontradas, que suceden, las más de las veces, en esa isla de la plaza de Viriato, en la que, el glosado, es un náufrago solitario, sin un Viernes que le auxilie en sus cuitas.

Estuvo a pie de calle cuando lo del cierre del Regimiento de Toledo, cuando lo del cierre de la Vía de la Plata, cuando lo del cierre de la cárcel...

Estuvo, por tanto, en todos los cerrojazos con los que el felipismo castigó a esta ciudad, a la que, creo, ni tan siquiera conocía y, tal vez por ello, no le tembló el pulso, que le latía falsamente socialista, como el tiempo ha venido a quitarle la razón.

El humor de Molina late en sus libros y en sus columnas, siempre buscando el chascarrillo, el lado gracioso de las cosas; dejando la sensación de que se ríe hasta de sí mismo, pero es tan descarnado ese efecto que pudiera restarle votos, porque al ciudadano le gustan los políticos serios, aunque después sean lerdos o chorizos.

Hubiera deseado una Zamora como su bandera, ocho veces roja, pero los trapos se destiñen con el tiempo, "compa”, y yo prefiero quedarme con tu imagen más iconoclasta:

 "La Semana Santa es el periodo de la iniciación sexual de los zamoranos".

Eso, sí, es izar un pensamiento ocho veces ocho.



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