Considero que los
que no creemos en el sistema (capitalista) creemos que el sistema hará aguas
más tarde o temprano, por tanto consideramos que “cuanto peor, mejor” (no
porque queramos lo peor, sino porque entendemos que “el peor” es algo
inevitable que se acabará dando).
En este orden de
cosas, la crisis económica (que el pueblo se quedó sin dinero porque éste se
acumuló en el bolsillo de los ricos) en cuanto que era una cosa mala creó (hizo
surgir) una cosa buena.
El cabreo de la gente
y el deseo de cambiar las cosas (15 M).
Ese enfado emergente
después cristalizó en el Partido llamado PODEMOS (porque los dirigentes de IU
no supieron a dónde dirigirse).
Así todo la
coalición electoral “UNIDOS podemos”, aunque no pudo, desequilibró el “estatu
quo” político, y si en principio no rompió el biRRepartidismo (por favor con dos
erres, ya que PP y PSOE, son dos partidos de alterne y reparto de beneficios,
amén de sostén del régimen) dio lugar a una crisis en el PSOE de tal calibre
que parece que todo ha cambiado dentro de ese partido.
El símbolo de ese
posible cambio recae en la persona de Pedro Sánchez, que aupado por las bases,
lógicamente (como los votantes) de ansias socialdemócratas; podría hacer
cambiar todo y que como ellos dicen pasen ahora a ser un partido de izquierdas.
Ahora bien, la
situación del PSOE recuerda la de esas parejas que tras una crisis de bigotes,
en que incluso él pudo tener una conducta violenta, deciden darse una segunda
oportunidad.
Entonces ella (la
masa de afiliados que dejaron de serlo y votantes que huyeron del engaño)
vuelve ilusionada hacia su hombre; que en genial conclusión de Agustín García Calvo,
ella sabe más que nadie que es su verdadero y gran amor, ya que nota que lo
quiere a pesar de lo mal que él le trata (¿existe mejor prueba de que eso es el
autentico y sublime amor: querer al que te maltrata a pesar de que te maltrata?).
La duda es. ¿Esta
reconciliación, basada en el “no te preocupes cariño que ya verás cómo he
cambiado y voy a ser otro”, está abriendo el paso a un PSOE socialista?.
No hay por qué sospechar
lo contrario. Pero si se debe reparar en algo.
1. No se debe de
olvidar que las parejas, cuando se han dado una segunda oportunidad, normalmente
se han dado un segundo batacazo.
2. Que cambie un
partido (y tan grande como el PSOE) es más difícil que cambie un hombre que te
ha puesto los cuernos hasta con el capital.
3.- Si al final el
PSOE no cambia (y de momento el pretender seguir con los devaneos con la
vecinita del 5º, vulgo Ciudadanos es mal presagio); la ruptura del PSOE será
definitiva y letal, quedando destrozado en mil pedazos.
Por lo demás, si el
PSOE pasa a ser “la izquierda”, como dicen tras su último congreso, pues
bendito sea, porque lo importante son las políticas para los que las necesitan,
los de bajo o clase trabajadora, y qué más da quien las aplique (si las aplica).
Paco
Molina. Zamora 20 de Junio del 2017.
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