LA
VALENTÍA DE FLECHA Y EL PAÑO DE PUREZA.
Le conocía muy poco,
no puedo presumir de su amistad, pero siempre me pareció una gran persona, una buena
persona. Y acerté, como me lo corroboró un escrito en su honor, firmado por su
colega de profesión Irene Mateos, con motivo de su fallecimiento.
En
el año 2011, la Cofradía Zamorana Progresista del Buen Humor (COZPROBUHO) lo
nominó así para el Gran Premio Inocente:
Al
escultor Flecha. Por hacer
un Cristo “de armas tomar” y sin paño de pureza, (o sea) “armando el Cristo”.
Es impresionante su
arte y su valentía, mezcladas ambas cualidades, en su obra: “Cristo en brazos
de la muerte”.
En esta obra tuvo la
osadía (el valor extremo) de hacer un Nazareno sin “paño de pudor”.
Un “paño o manto de
pudor” es la “tela” que, en toda la iconografía religiosa, aparece tapando los
genitales del Hijo de Dios (que los tenia, puesto que su Padre le hizo hombre).
Como no soy un
experto en arte, ni en la vida profesional de Ricardo Flecha, indagué un poco
por Internet, y se ve que: Uno, que hay muy pocos Cristos completamente
desnudos. Dos, que los que sí lo están son de siglos atrás y tienen los atributos
desdibujados. Tres, que la obra de la que hablamos nos presenta a Jesús hecho
todo un hombre. Cuatro, que Flecha consideraba la apuesta por la innovación,
sobre todo en el arte religioso, como algo necesario para que ese mundo no
colapse.
De hecho sus
palabras durante una entrevista que le hace La Opinión de Zamora son: “Mi guerra -el enemigo soy yo mismo- es que la
imaginería debe evolucionar y no lo hemos hecho desde los años treinta”.
No se si explicó con algún otro
razonamiento su valentía, o si tiene alguna otra obra así. Pero sería muy
importante que alguien más próximo a él y mejor documentado expusiera los
argumentos del autor a favor de ese “Cristo sin Paño de Pureza”.
Porque esa obra ha resultado ser una
provocación. Lo cual no es de extrañar en la esfera de la religiosidad
católica, cuya doctrina señala como enemigos del alma: al demonio, al mundo y
la carne.
La carne. ¡Ay! la carne. Si será enemiga
del alma, según nuestra cultura (“cultura es creer que Ariel lava más blanco”)
que fíjense en el Vía Crucis de este Cristo.
La obra nace en el año 2011. Y acaba en
Medina del Campo (una pena que no permaneciera en nuestra diócesis).
En Medina la tienen en un museo tal y
como fue creada. Pero para sacarla en procesión, 12 años después, le han tenido
que encargar al autor un paño de pureza desmontable, no fuera que dicha imagen hiriera
la sensibilidad del espectador.
Y aún hay más, en la exposición en Zamora que recopiló parte
de la obra de Flecha en este mismo año (2023) el “Cristo en brazos de la
muerte” se expuso con “el paño de pureza” puesto. Mientras que el boceto, más
pequeño, también expuesto, aparece en su versión nudista. ¿Será que el tamaño
importa?
Y es que las religiones, todas, a base de
darle vueltas al asunto de la “carne”, han inventado el “femandesnudómetro”. Que
funciona así: En una escala del 0 al 10, otorgándole el 0 a una mujer “totalmente
desnuda” y el 10 a una “tapada hasta el burka”, puntúa a tu antojo siendo el 0 “una perdida”
y el 10 “una santa”.
Mientras que el desnudómetro para tíos no
existe, porque una sociedad machista no iba a inventar un aparato que le quite
autoestima al hombre.
Es evidente pues que Ricardo Flecha
Barrio fue un artista, además de lleno de genialidad, valiente. Muy valiente.
Una excepción. Un rompedor de esquemas.
Paco Molina. Zamora. 8 de Octubre del
2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario