EL
MITO DE LAS LISTAS ABIERTAS
Quede claro que
estoy a favor de ellas. Pero ello no evita que haya que reflexionar sobre el
asunto. Máxime cuando un Señor al que no conozco ha dicho que Javier Iglesias (el padre de Pablo Iglesias, y amigo por siempre)
está “trabajando” para su hijo “haciendo que ganen las listas” que el hijo defiende
(todo ello dentro de PODEMOS).
Supongo que el
iracundo Señor se habrá quedado desconcertado y avergonzado, al ver que las listas
“oficialistas” (las que respalda el hijo Pablo) también han ganado en Autonomías
en donde no vive Don Javier Iglesias.
Toda esta anécdota
nos obliga a traer a colación el mito que existe sobre las listas abiertas en
el común de las gentes.
Pasando de quienes
se creen que las listas abiertas son buenas porque así ellos van a ganar,
centrémonos en el sentimiento honesto de las clases sencillas a favor de este
método.
A ellos, a los que
son fans de las listas abiertas como panacea democrática, démosles la alegría de
recordarles que ya las “disfrutan” en las elecciones al Senado.
Y con muy amarga
experiencia por cierto. Pues aunque en las elecciones de Senadores usted puede votar
a quien quiera (lista abierta) y no a la lista cerrada de un partido, resulta
que siempre se llevaba los 4 Senadores de cada provincia el mismo partido (el que
era el más votado). Y eso es tan así que la Ley se tuvo que cambiar y ahora se
obliga a cada ciudadano a votar como
mucho a sólo 3 candidatos (para así garantizar que al menos uno de los que
ganen, no es del partido más votado).
Y es que el fenómeno
que se produce es el siguiente. Imaginemos que los electores son las letras del
abecedario. Y que van a elegir a cinco de ellas como “LETRAS DEL TESORO” (por
poner un nombre cualquiera y ampuloso).
Pues bien, si nadie
hace campaña por nadie y no hay ninguna lista completa, lo más fácil es que
salgan las 5 primeras letras, por desconocimiento y pereza del votante que no
conoce en profundidad el mérito de cada letra de las que optan a Letras del
Tesoro.
Pero si hay una
lista COMPLETA, es decir una lista en la que optan 5 letras a ser las 5 letras
del tesoro en conjunto, esa lista tiene ventaja de salida, salvo que haya otra
lista completa que se le enfrente.
¿Por qué tiene
ventaja? Porque la mayoría de los votantes desconocen los meritos y cualidades de
cada uno de los candidatos, y entonces, si hay una lista completa, y encima con
alguien que conocen y admiran o recomendada por alguien que le merece
confianza, ocurrirá que la mayoría marcará las cruces de la lista completa.
Por ejemplo si para
ser las 5 Letras del Tesoro se presenta una lista Completa formada por A, E, I,
O, U, esas tienen ventaja respecto a las
candidatas letra X, letra Y, y letra Z, si estas van sueltas ( o sea, no en
listas completas), y difícil lo tienen; máxime si la lista completa tiene buen
fama por ser muy apreciadas y conocidas la I y la U, o estar recomendadas por
todos los parvulitos de España al ser las vocales.
Así de sencillo. Y
eso es tan así que en el caso del Senado (elección mediante listas completas)
la gente votaba más al colocado en primer lugar por cada partido, luego al
segundo, etc., y como ese orden era el alfabético, se ha tenido que permitir
cambiarlo y ordenarlo a gusto del partido político de turno.
No obstante siempre es
mejor la lista abierta para que se pueda colar alguien querido por las masas y
no los aparatos de cada fracción. Aunque ahora que lo pienso me entran dudas
pues con las litas cerradas siempre se garantiza al perdedor una proporción de
puestos a ocupar según los votos recibidos. Que lio.
Paco
Molina. Zamora. 3 de Abril del 2015
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