HUMOR FEMENINO ULTRAFINO.
Zamora. Septiembre. 2019.
Habiendo acudido yo a urgencias contra mi voluntad pero voluntariamente, pude comprobar el funcionamiento del sistema (por cierto, perfecto) y disfrutar de la siguiente anécdota (que considero genial).
Despuntando el día, deduzco que se me tantea, por parte de una doctora, para ver si estaba en mis cabales.
Ella da órdenes que obedezco, paciente y agradecido, pues quería curarme.
Siendo la última la de que cerrara los ojos, caminara y que con los ojos aún cerrados dijera mi número de teléfono.
Lo hice sin rechistar sospechando que nadie (había más gente) de los allí presentes tenía ese dato para comprobar si acertaba o no con los 9 dígitos.
Y deduciendo que sería la contundencia con que yo lo recitara la que indicara si tenía uso de razón o no.
Pasada una hora larga, volvió la misma doctora, esta vez sola, y me sometió a las mismas pruebas de la vez anterior.
Pero cuando llegamos al momento en que yo tenía que cerrar los ojos y caminar, recordando que la otra vez también me pidió recitar mi número de teléfono, sin abrirlos le dije:
“¿Digo mi número de teléfono?”
“No, que ya me lo se”.
Paco Molina. Zamora. 25 de Septiembre del 2019.
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