lunes, 2 de mayo de 2022

EL CERCO DE ZAMORA Y LA ESTUPIDEZ DE LAS GUERRAS.

 


EL CERCO DE ZAMORA Y LA ESTUPIDEZ DE LAS GUERRAS.

En este año 2022 celebramos en Zamora el 950 aniversario del Cerco de Zamora. Se pretende con tales fastos hacer más atractiva la ciudad, que vengan turistas en abundancia y que así podamos ofrecer al Dios Dinero la pasta gansa que se merece (que nos merecemos).  

El acontecimiento conocido como el Cerco de Zamora fue el clásico problema entre hermanos en disputa por una herencia (por dinero pues).

Sobre los pormenores basta buscar en Google pero para lo que se pretende en este texto baste fijarse en que el hermano al que le había tocado Castilla al morir su padre (un rey) la emprendió a tiros contra los otros herederos (a los cuales les había tocado a uno el reino de León, a otro el de Galicia, y a las chicas, a una la ciudad de Toro y a otra la de Zamora).

El hermano ambicioso (Sancho de nombre) decidió coger lo que no era suyo y mediante las necesarias guerras así lo logró (tomen la primera nota: las guerras existen para que se enriquezcan quienes mandan).

Sin embargo se encontró con que su hermana pequeña (de nombre Urraca) se resistió a darle la plaza de Zamora que acababa, como dijimos, de heredar de su padre.

Entonces el tal Rey de Castilla y para entonces también de los otros reinos, decidió cercar Zamora (de ahí lo de el Cerco).

Estando así las cosas un zamorano (Bellido Dolfos) sale de la ciudadela a escondidas y mata al Rey. Pero, heroicidades a parte, ganaron los buenos, o sea los más poderosos, y desde entonces el portillo por el que salió el tal Bellido a matar al sitiador se llamó de la Traición, que fue la penitencia que  impuso a los zamoranos el incipiente estado español (que diría Agustín García Calvo).

Pero desde hace apenas una docena de años, a iniciativa del profesor, historiador y a la sazón político, Don Miguel Ángel Mateos, el Ayuntamiento de la Ciudad decidió llamar a la que fue Puerta de la Traición, Puerta de la Lealtad, y como la Casa Real Española no se quejó (tal vez por ser Borbones, o sea de otra dinastía) aquí celebramos que hemos matado un Rey que se lo merecía y no pasó nada.

Llegados aquí cabe hacerse las preguntas de rigor. ¿Los que murieron por tener que obedecer a su Rey que ventajas obtuvieron por ser obedientes? ¿Y los zamoranos que murieron por resistir el cerco, qué ganaron? ¿El Rey felón, que no respetó ni la herencia que dejó su padre, otro Rey, qué buscaba a parte de gloria y oro para él? ¿Doña Urraca, cuando ante la desproporción de fuerzas decidió resistir, en qué pensaba, en sus súbditos que morirían o podrían morir por la decisión de ella y sus nobles, o en su orgullo e interés material (heredar una ciudad sin esperárselo no estaba nada mal)?

En esta mini guerra, como en todas las que hay y ha habido entre naciones, mueren los pobres para gloria y enriquecimiento de los ricos. Y además, sufren y mueren hasta los pueblos del ganador.

Sirvan pues estas enseñanzas para tomar postura contra la guerra y por la paz.

PD: Por si hace falta insistir imaginemos que los dueños de El Corte Inglés deciden iniciar una guerra contra los de Inditex (lo cual no sería raro, pues mientras Zara y ese emporio prospera, los del Corte han llegado a deber 3.000 millones de euros).

El discurso seria así: “Queridos empleados, nuestro futuro, el vuestro y el de vuestras familias e hijos, está en peligro. Las malas artes de la competencia nos están abocando a la ruina. Debemos defender nuestros derechos en el campo de batalla, solo con el exterminio de esos traidores la libertad de mercado volverá, y con ella la prosperidad para todos y para la humanidad entera”.

Entonces para pasmo de todos, esos empleados (unidos por lazos afectivos, como tener el mismo uniforme, poseer algunas acciones de la empresa, etc.) irían felices a la batalla creyendo que tras la guerra y como mucho  la muerte (que no es el final) sus hijos serán felices por los siglos de los siglos amén.

Acabando todo con X muertos de quien ganara y X+1 de quien perdiera (que siempre mueren más por parte de quien pierde), al tiempo que los dueños de ambas corporaciones, cuando vieran oportuno según sus intereses personales, firmarían la paz (se rendirían), de manera tal que ninguno de los poderosos perdería.

Y es que las guerras entre naciones o territorios son así. Guerra NO.

Paco Molina. Zamora 2 de Mayo del 2022

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