PEDRO
MONJE PEREZ
De Pedro podríamos decir que es un “hombre de
una pieza”, y no habría verdad más verdadera. Pero Pedro además es un milagro
en sí, pues siendo “hombre de una pieza”, es a la vez “hombre de varias piezas”.
1ª
pieza. Su alma campesina.
Nacido en una
familia de agricultores y viviendo en el mundo rural, ayudaba a su madre en
todo aquello que pudiera hacer un mocoso de 6 años. Y a su padre hasta el año
2014 en todo lo que era capaz en cuanto a tareas del campo.
Ese mamar de la
tierra le inculcó la leche que le hizo “recio y dulce a la vez”, esa capacidad
para “sembrar amistades”, esa sencillez de quien no sabe si por fin lloverá y
habrá cosecha.
2ª
pieza. Su capacidad de trabajo.
Sostiene Stephen
Hawking, y sostiene bien, que “el universo funciona gracias a que en él todo es
imperfecto”. Y Pedro no ha querido ir contra éste axioma, encontrándonos así
con que, apasionado de la Filosofía desde siempre, la rechaza; porque previó que si optaba por ese
saber acabaría dando clases, cuestión que “no le gustaba nada”. Nada. Entonces,
para evitar la docencia, decide estudiar
Físicas, con lo que deriva en
profesor de Matemáticas y descubre que la gran vocación oculta de su
vida era: “dar clases”.
¿Cabe mayor
imperfección? Si cabe. Porque esto de enseñar lo ha cogido con tanta furia que también
se hizo profesor de universidad y se iba desde el nocturno del María de Molina hasta Bejar a impartir
aún más docencia.
Y todavía ahora, en
el paraíso de la jubilación, “descansa” preparando textos de ejercicios matemáticos
para alumnos de todos los niveles. Ni filosofía, ni física, ni tierras en
barbecho…. ¡ejercicios de matemáticas!. O sea, como veis Pedro es tan
imperfecto que encaja en el Universo perfectamente.
3ª
pieza. Ana : Ana Belén Martín Salvadores
En realidad decir de
alguien que “el amor correspondido le hizo feliz” no aporta nada a los
acontecimientos. Es una simpleza.
Pero nos vamos a
tomar la libertad de mencionar a Ana porque recordando este idilio (el de Ana y
Pedro) la radiografía de nuestro gran amigo Pedro queda completa (y la de ella,
casi) como veréis.
Estamos en los años
90 del siglo XX, y en el instituto “Universidad Laboral de Zamora” coinciden
ambos. Jóvenes, sin compromiso, apuestos, atractivos, elegantes, sexys, en fin
2 compas como escogidos para una película de esas románticas.
Tanto es así que en
todo el claustro emerge uno de los instintos bajos más bajo: el cotilleo. Y nos
empezamos a preguntar, aquí, allá y en el más allá: ¿Por qué no dan el paso que
deben de dar, emparejarse, y nos dejan
volver, de una vez, al sosiego habitual de un puesto de trabajo discretamente
pagado?
Creo que hasta ahora
no hemos mencionado que Pedro es persona extraordinariamente inteligente,
aunque no sepa distinguir su verdadera vocación. Si será inteligente que aún
muy niño, en su pueblo, en Coreses, el
maestro lo lleva a la clase de los mayores para que les cuente cómo se cuentan los cuentos de las cosas y que
estos aprendan a aprender.
Pues bien, esta alta
capacidad mental estuvo a punto de perjudicarle gravemente como veréis. Resulta
que está ocurriendo lo que tenía que ocurrir pero que aún no había empezado a
ocurrir. Pedro ya sondea a Ana, que le gusta
muchísimo, para ver eso del carácter: ¡cómo es su interior!, y esas
cosas que según los expertos valen más que la cara y el cuerpo.
Y lo que descubre le
abruma: Ana vale más de lo que parece que vale. Ana es un lujo. Ana es
inalcanzable para él. Él no es digno de
ella. Ana es la joya de un cirujano, o un ingeniero, o de alguien de más postín
que el magnífico y humilde amigo del alma, nuestro compa, Pedro.
Menos mal que todo
funciona porque nada es perfecto, y así, aunque el razonamiento de Pedro es
impecable, y debería obrar en
consecuencia: ¡dejándola en paz!, la imperfección le lleva a trasladar su
tutoría de padres a la biblioteca donde sabe que está ella “de seguro” pues tiene
……guardia de ¡¡¡biblioteca!!!.
Empiezan a quedar.
Pero, y menudo ¡¡¡PERO!!!. A propuesta de él: siempre quedan “a la oscurecida”. (o sea, cuando
se pone el Sol). Eso a Ana la descoloca (¿quiere ocultarla, se avergüenza de
esa relación, es un maniaco que busca la oscuridad?). Mas, mosqueada o no, ya
empieza a sentir que moriría por él… y se la juega. Años después descubriría
que había que ir “a la oscurecida”
porque él antes de esa hora iba a ayudar
con el riego a sus queridísimos padres.
Pero rebobinemos un
poco: Ana ya se ha colado por él porque vale más que un cirujano y un ingeniero
juntos. Y llega el Día de los Enamorados, y Ana ¡¡¡recibe 2 preciosos ramos de
rosas rojas!!!.
Qué alegría. Ana
pega un salto de felicidad, porque aunque es de lengua y no tiene ni idea de
probabilidades, sabe que 2 es mayor que 1, y 1 mayor que nada. ¿Le ha enviado Pedro 2 pruebas de amor en
una?
Como no es bueno
endiosar a los amigos, aclaremos que Pedro tiene también sus fallos, y ninguno
de los 2 ramos era de él. Menos mal que para entonces ella solo oye los cantos
de sirena de su sireno favorito: Pedro.
Querido amigo, Pedro,
que siempre oigamos los cantos de sirena de nuestras amistades, de los lazos
que nos unieron y unen.
Así que: En nombre
de todos, de todas, un abrazo eterno que os acoja a ambos Ana y Pedro, en un
mundo de felicidad.
Paco
Molina . 18 de Mayo del 2024
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