LA
ALDEA GALA Y LA COMUNA ANTINACIONALISTA ZAMORANA.
La publicidad buena
es la que genera, de entrada, curiosidad sobre el objeto ofertado.
En este sentido ya
hemos aportado, para fomentar el turismo, algunas ideas como el eslogan
“Zamora: lo que te falta”; la inversión en Conciertos de masas; sembrar el año
de actividades atractivas, e incluso provocar el debate para resolver el
problema de la falsa bandera de Zamora (la que tiene listas blancas).
Y en esa línea se
citó últimamente, como una de las infinitas cosas que debe tener el
Caleidoscopio del Turismo en Zamora, el usar como reclamo el Manifiesto de la
Comuna Antinacionalista Zamorana (CAZ).
En consecuencia se
releyó, topándonos con la sorpresa de que puede dar más juego, incluso, del
esperado.
El Manifiesto de la
CAZ (Editorial LUCINA, 6 €) es un opúsculo que escribió Agustín García Calvo en
1969 desde Paris. Ciudad a la que había acudido, tras haberle quitado su
cátedra universitaria el Régimen del General Franco por encabezar (junto a
Tierno Galván y López Aranguren) una manifestación estudiantil.
AGC (el Cimborrio
Intelectual de Zamora, en frase acuñada por un servidor) será, y cada vez más,
el más universal embajador de la marca “Zamora”, a medida que su pensamiento
deje de ser vetado y se estudie en todas las latitudes como referente especial
del saber humano.
AGC en su
Manifiesto, propone Zamora como lugar ideal para iniciar en España el ensayo de
una comuna que permita vivir sin la camisa de fuerza del Estado, ni los corsés
de sus Administraciones complementarias.
AGC advierte y
define su propuesta, modestamente, así: “Todo a lo que humildemente podemos
aspirar nosotros no es más que una especie de revolución pequeño-burguesa
retrasada”.
El librillo (60
páginas) que debería ser motivo de obsequio del Ayuntamiento capitalino y del
Patronato de Turismo Provincial, para los compromisos que tengan sus
mandatarios, habla de cual podría ser el idioma de la CAZ (incluyendo un mini
diccionario de vocablos de la tierra que configuran una verdadera reliquia y
delicia).
También habla de las
alternativas económicas para que puedan subsistir los comuneros (proponiendo
incluso el uso del aeropuerto de Coreses como tal), e incluso apunta fórmulas
para acoger y resolver, los miedos de quienes temen perder la estructura de la
sagrada familia.
Todo da para
que nuestras guías turísticas y nuestros
reclamos del mismo tipo, configuren un relato corto y atractivo, que acolchone
un parque temático que degusten asombrados, quienes visiten Zamora.
Y llegados aquí,
fíjense, que viene lo mejor, cuáles serían los cimientos de ese parque temático
(Zamora: ciudad vanguardia; pueblo rebelde).
Los cita Agustín
para justificar el por qué elige esta tierra para un ensayo serio de comuna, y lo resume diciendo:
“Apenas podrá
hallarse ciudad como Zamora, que por tan antiguos y claros antecedentes de su
historia pueda y deba sentirse tan llamada a mantener en alto la antorcha de la
rebelión contra el Estado”.
Y recuerda (con su
atractivo estilo literario) cuáles son esos “antecedentes de rebeldía”:
1.- La devoción
espontanea del pueblo zamorano por Viriato (TERROR ROMANORUM) que en definitiva
fue alguien que plantó cara al imperialismo de la época, el de Roma. Aún no
había nacido Cristo.
2.- La especialísima
bandera de Zamora que “se puede interpretar como la destrucción de las
banderas”. Ya que lo importante de ella “no son sus 9 franjas, sino los 8
desgarrones, quiebras o vacios que las mantiene rotas y dispersas a los
vientos”.
Esa bandera conocida
durante once siglos por la Seña Bermeja (de ocho franjas rojas y una verde) por
ser una bandera “sustancialmente roja podría ser bienvenida…(dado que) ese
color ha sido repetidamente elegido por libertos y libertarios”.
3.- Los acontecimientos
del “El cerco de Zamora” (1072), que se resumen en que deseando el Rey Sancho
unificar territorios (para crear el Estado España), su hermana Urraca se
resiste a entregarle Zamora, y no sólo eso, si no que la ciudad genera un
valiente, Bellido Dolfos, que mata al rey imperialista.
Y encima lo mata “en
ocasión que (el rey) se había apeado, bajado los calzones y agachado para hacer
de vientre….como si así la tradición hubiera querido avisarnos (de) la
reducción …de todas las ideologías sustentadoras del Estado a la fétida verdad
de sus mentiras”.
4.- O los
acontecimientos ocurridos 100 años después en nuestra Zamora, y conocidos como
“El Motín de la Trucha”.
Sucesos que se
resumen en que el pueblo, tras un enfrentamiento violento con la nobleza porque
ésta no respetaba ni sus propias normas y leyes, enterado de que están los
poderosos, reunidos en un iglesia para preparar un buen escarmiento y venganza,
la cierran y le prenden fuego con todos los opresores dentro que mueren
achicharrados, amén de incendiar después la casa del Regidor y abrir las
puertas de la cárcel.
Hecho inaudito de
rebeldía y hartazgo.
5.- Añade AGC otro
detalle o antecedente, que canta por si mismo las virtudes del zamorano. Año
1.158.
Fue lo siguiente:
Lógicamente, a raíz del citado motín, sabedores los zamoranos “que poco
tendrían que hacer y mucho que perder, si pretendían mantener su rebelión
contra el Poder central” y “que los nobles iban a conjurarse para ejecutar
(contra) ellos la venganza más sangrienta”, el pueblo llano, unas 7.000
personas, abandonan la ciudad huyendo hacia Portugal.
Si bien, al llegar a
una localidad fronteriza, con gran inteligencia y brillante análisis de la
situación política (disensiones entre los restos del Señorío y la naciente
monarquía) mandan al rey un “recado de dignidad y firmeza: (diciéndole) que si
no declara (el Rey) fehacientemente perdonado de toda culpa al pueblo entero de
Zamora y prestaba su real promesa de librarles de la opresión de los señores,
pasarían todos a establecerse en Portugal y dejarían la ciudad definitivamente
abandonada”.
Ocurriendo que “hubo
de ceder el rey a presión tan eficazmente presentada”.
Y llegados aquí dice
AGC, a modo de resumen de los acontecimientos de rebeldía que dan valor a
Zamora:
“Apenas otra ciudad
del mundo podría sentirse apoyada en sus cimientos por más claros precedentes
para meterse por los caminos de la igualdad, libertad y fraternidad”.
6.- Hasta aquí pues,
lo que describió en 1969 Agustín García Calvo como ADN de un pueblo valiente y
rebelde.
Pero es que después,
en 1.990, este mismo pueblo asalta un cuartel militar abandonado, y lo ocupa
durante un mes, exigiendo en él una Universidad (que hoy existe).
Asalto en que el
pueblo es acompañado por su Alcalde, que encima pertenecía a un partido de
orden, como el PP.
Acontecimiento en el
que, curiosamente, estuvo también Agustín García Calvo con su célebre Escuela
de Sabiduría Popular
7.- Y encima,
seguimos con el ADN de rebeldía zamorano, y en año 2015, la Historia presenta
otro hecho afín o similar a los mencionados, pues en Zamora, y democráticamente
elegido, ha emergido un Alcalde rojo (o si prefieren Bermejo), caso insólito
respecto a otras capitales de provincia.
8.- Año 2019, Izquierda Unida, un grupo con comunistas dentro encabezado por un tal Paco Guarido, gana por mayoría absoluta (14 concejales de 25) las elecciones al Ayuntamiento de Zamora capital. El hecho cobra mayor relevancia aún si tenemos en consideración que en esas elecciones municipales hubo un retroceso generalizado de las fuerzas de izquierda
No me digan, si en
todo esto no hay colores y colorido, para configurar un buen caleidoscopio de
la atractiva historia de Zamora, y embelesar así, aún más, a los visitantes.
Paco
Molina. Zamora 28 de Mayo del 2019
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