CAPÍTULO ESPECIAL
LA 1ª REVOLUCIÓN
DE LA HISTORIA
“Machismo: Que en la
Santísima Trinidad sean
tres, y ni la paloma sea mujer”
¿Por qué la
Humanidad pasó del Paraíso Comunista al Infierno Machista?
Investigar
ese por qué suponía tener que buscar algo contundente,
por su importancia, y que a la vez pudiera encerrar buena voluntad;
aunque luego haya dado nefastos resultados.
Estamos
hablando de “algo” que separaría la época en que todos resolvían en
común lo problemas de todos -supervivencia y vivencia de placeres
sexuales- a otra en la que se instituye la propiedad privada -algo hasta
entonces desconocido-. Siendo encima el primer objeto que se definía como
propiedad la mujer, que pasaba a ser, cada una, de un hombre.
Ante esto la
explicación lógica y coherente es la que sigue:
Durante
millones de años nuestros antepasados, el homo-simpáticus, fue un animal en
estado puro y vivió conforme a sus dos instintos básicos, que como tal tiene.
Eso hizo que sólo se preocupara de trabajar, lo menos posible, con
el fin de seguir vivo (instinto de supervivencia), y que sólo se preocupara de
gozar sexualmente, lo más posible, que es mucho, atendiendo a su
instinto sexual.
Este último
detalle es el que hace que surja la descendencia. No saben cómo, pero dado que
los órganos del goce están mezclados con los de la reproducción, las hembras
quedan preñadas sin ton ni son. La especie pervive.
La pieza que hace
encajar todo
Pero,
lógicamente, tuvo que llegar el día en que descubrieron que los niños
venían después de las bacanales. ¿Cuál debió de ser la reacción? La de
los hombres posiblemente de indiferencia. Les afectaba poco el descubrimiento.
La 1ª Revolución de la Humanidad
Sin embargo,
las mujeres, que padecían los partos, que sufrían las muertes que estos
ocasionaban, que vivirían la pérdida frecuente de sus pequeñuelos con
dolor y resignación, es fácil deducir que se plantearían en aquel
momento que si se podía evitar todo eso debería hacerse.
Entonces ¿cuál
sería su propuesta? No quedarse embarazadas.
Pero para conseguir eso, cuando no había métodos anticonceptivos, sólo aparecía una solución en el horizonte: Una cierta abstinencia sexual.
Eso sí, no la
completa, pues ni las hembras eran tontas, ni querían renunciar al instinto de
placer. Lo más fácil es que rechazaran los coitos y desarrollaran otras
prácticas sexuales que hasta entonces tal vez fueran sólo ocasionales.
Este periodo
inclina la balanza hacía las mujeres, pues adquieren el poder de decir y
decidir “si o no”. A la vez se introducen prácticas sexuales novedosas que
generan un vía pecaminosa para el logro del placer. Tal vez este
periodo coincidió con lo que algunos intuyen como un periodo de matriarcado.
Se han convertido en las dueñas de la situación, dominan la fuente de la
satisfacción sexual y chulean porque son ellas quienes“tienen”los
niños. Algo esencial para que perviva el grupo.
Pero que
nacieran más de los que morían era básico, no para la pervivencia de la especie
(una bobada) pero sí, y eso fue lo importante, para la subsistencia del grupo o
sea de cada uno de los que ya estaban vivos y querían seguir estándolo, siendo
fuertes (o sea muchos) ante los animales grandes (depredadores que les comían)
y los pequeños (microbios que les hacían enfermar).
Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina
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