QUERIDOS HOSTELEROS.
Como dijo el célebre
escritor Manuel Vázquez Montaban (experto en serie negra si recordamos las
aventuras del detective Carvallo), “lo peor de tener manía persecutoria es que
te persigan”.
Y este es el motivo
por el que me atrevo a dirigirme a ustedes, dado que he oído que acusan a las
administraciones públicas de que les culpan de los contagios del covid19 (el
delirio de persecución) y que la han emprendido contra ustedes permitiendo
otras cosas iguales o peores en esto de contagiar (persecución real).
Es lógico y comprensible
que ante el estrés que produce la potencial, o ya real, ruina económica de su
sector, se razone más instintivamente que otra cosa (como la madre que al
perder un hijo grita a Dios ¿Por qué a mí, por qué a mí?)
Buscando este
escrito razonar sobre el momento y
anunciar una esperanza para el futuro.
Como saben, contra
la pandemia sólo hay un tratamiento (y ahora una vacuna afortunadamente). Dicho
tratamiento consiste en que cada uno procure no contagiar a nadie y que cada
uno procure que no le contagie nadie.
Ante esa receta,
cuando la pandemia arreció fuerte, se aplicó un confinamiento lo más severo
posible (el de Marzo a Junio). periodo en que la Hostelería y todos sus
derivados, estuvieron cerrados de sol a sol y sin terrazas. Llamémosle Confinamiento Severo.
Posteriormente cuando
parecía que volvíamos a la normalidad (aunque fuese nueva) sucesivas olas han
hecho que las autonomías estén
tratando de ganar la batalla alejándose del Confinamiento Severo y aplicando
uno que podríamos llamar Confinamiento Inducido.
Este Confinamiento
Inducido consiste en procurar que la gente se quede en casa, como en el
Confinamiento Severo, pero por voluntad propia. Amén de mantener los centros
educativos abiertos, así como el comercio.
Éste tratamiento, el
Confinamiento Inducido, los Gobiernos Autonómicos, lo está modulando según les
indican las cifras de ocupación de sus hospitales. De manera tal que a menos
ocupación hospitalaria más apertura de la hostelería (amén de otras
cuestiones).
Pero esto no es
porque se les persiga a ustedes, sino porque, como se decía, se trata de un
Confinamiento Inducido, es decir se busca que la gente salga lo menos posible.
Y en este sentido es evidente que si la hostelería está cerrada, el aburrimiento
y la no aglomeración en la calle aumenta.
Bien es verdad que
algunos de ustedes usan como ejemplo, para que se les permita abrir lo más
posible, el caso de Madrid (incluso en una manifestación de colegas suyos en
Castilla la Mancha, una pancarta decía “Queremos una Ayuso”). Porque
aparentemente permite todo y no va peor que en otros lugares. Pues bien, les
recuerdo 2 detalles de su aparente mejoría para que vean que lo suyo no es un
milagro (que no existen), es que tuvieron un confinamiento más fuerte que en otros
sitios.
Recuerden que en la
segunda ola, otoño, el Gobierno Central le obligó a un confinamiento que no
quería de 15 días, y que posteriormente al comenzar el año una gran nevada
produjo un confinamiento voluntario muy elevado ante la imposibilidad de andar
incluso por las aceras. Es decir, Madrid lleva un mes más de confinamiento duro
que las demás autonomías, luego de milagro nada de nada, es más, el fuego con
el que se está jugando en esa autonomía puede ser fatal para su población.
Porque miren, si se
aplica la teoría del juez vasco, o la de Ayuso (que como ella dice aplica la de Trump, con
casi 30 millones de contagiados y medio
millón de muertos en EEUU) o la de algunos de ustedes de salvar la economía,
podemos matarla.
Pues es evidente que
cuanto más se desconfina más se propaga el virus y más se atiborran los
hospitales. Esto es una evidencia absoluta. Y cuando un hospital se queda sin
camas, primero sin camas UCI, eso significa que una vulgar apendicitis puede
ser mortal. Entonces en una sociedad en que las muertes vuelvan a producirse en
las casas, los enfermos graves y más contagiosos sigan en sus hogares y los
accidentados en carretera (por poner un solo ejemplo) mueran simplemente
desangrados, en una sociedad así, habremos tocado techo en cuanto a ruina
económica se refiere. A parte de que el país del mundo que tras la pandemia
quede rezagado y con mala fama en cuanto a si en él aún hay o no virus, está
condenado al cerco turístico.
Es decir, el salvar
la economía anteponiéndola a la salud, es un disparate mayúsculo e imposible
(de hecho Madrid recula a toda velocidad).
“Muy bien, todo muy
bonito, pero yo me estoy arruinando y tú no”, piensan. Y tienen toda la razón.
Hay que evitar su ruina, como la de cualquier otro compatriota.
Por lo tanto está
bien que pidan ayudas directas (que supongo que quiere decir, dinero). Pero
recuerden que para que se les de dinero a ustedes, o a mí, o a cualquier otro,
tiene que tener dinero aquel a quien se le pide, el Estado, o la Autonomía o el
Ayuntamiento.
Y para eso, en esta
época de vacas flacas, pero también en le de vacas gordas, hay que pedir que se
suban los impuestos directo, como
el IRPF. Sí, los directos, porque mientras ustedes se arruinan
por esta tragedia otros se están forrando, luego es lógico que paguen más. Hay
que redistribuir la riqueza, que eso es la economía. Todo por no hablar de lo
bueno que hubiera sido que cada cual cobrara una Renta Básica Universal.
Paco
Molina. Zamora. 13 De Febrero del 2021
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