TRILOGÍA SOBRE PABLO IGLESIAS. 3. El regreso.
El acoso político contra Julio Anguita en los años finales del Siglo XX desembocó en un infarto.
Cosa que es fácil de deducir, pues si cuando has tenido uno te recomiendan una vida sosegada y libre de sobresaltos, es evidente que lo contrario a eso es perjudicial para un corazón.
Anguita había conseguido para IU cifras de representación que superaban los 2 dígitos, y aunque en aquella época los bulos no eran tan frecuentes como ahora para tratar de dañar la imagen y la vida de una persona, contra él podríamos decir que se inauguraron.
Y así, a los ataques de tipo político, desde dentro de sus propias filas cual pan nuestro de cada día, y desde fuera de ellas, acusándole de hacer una presunta pinza con la derecha por decir que el PSOE estaba siendo corrupto y coincidir en esa verdad con otros, se añadió el siguiente bulo.
Anguita siempre consideró su paso por Madrid como una etapa transitoria de su vida y un acto de servicio por la causa de la clase trabajadora.
En consecuencia vivía provisionalmente en un piso. Pero resulta que la policía le advirtió a él y a la organización, de que estaba peligrosamente amenazado de muerte (aunque nunca se dijo por parte de quien).
Y tales amenazas debieron ser de tal gravedad que la propia policía declinó cualquier responsabilidad en lo que pasara si seguía en un piso corriente y moliente.
Ante tales datos, Izquierda Unida consideró necesario actuar y por eso decidió que pasara a vivir en un chalet alquilado en las afueras de Madrid, al que dio el visto bueno la propia policía.
Éste hecho, de lo más natural y necesario, fue informado por el entonces prestigioso periódico de papel “El País” como una contradicción que les sonará. El líder de IU se iba a vivir a un chalet con piscina (lo de las piscinas en la España seca suena a más lujo que tener un yate).
Por supuesto que la noticia de “el país” no se explicó como hoy aquí y se vendió como el pecado capitalista de un comunista (un bulo, pues).
No es por lo tanto de extrañar que si Anguita tenía un corazón que necesitaba mimos, acabara saltando por los aires en la recta final de unas elecciones.
Menos mal que dejando la primera línea de fuego su vida siguió durante más de 20 años.
Pero claro, eso condicionó que cuando nace Unidas Podemos (año 2016 como Unidos Podemos) si alguien pensó en él, y millones lo hicimos, para encabezar tal operación y ser un ariete más en ese nuevo proyecto unitario, él no estuviera en condiciones de aceptar por razones de salud.
Pues bien, desde aquí anunciamos que cuando dentro de 20 años (con un error de +,- 5) se reclame a Pablo Iglesias para que, junto con los nuevos líderes de la época, encabece la definitiva unión para el reparto de la riqueza, éste si podrá aceptar y así será.
¿Y por qué decimos que volverá e incluso ponemos fecha? ¿Lo ha dicho él a un círculo de amigos? ¿Es su secreto?
En absoluto, incluso él no lo sabe. Pero así será. ¿Por qué?
1.- Tendrá una edad ideal. Estará en la década de los 60 (recuérdese que Salvador Allende fue elegido Presidente de Chile con 64 años), conservará buena salud según le deseamos todos y sus hijos serán mayores.
2.- El momento político será de una gran convulsión social pues desde el año 2040 los robots estarán desplazando a la gente y enviándola al paro. Además, al ser los millones de robots que vayan surgiendo una propiedad privada, las riquezas que generarán serán, no de la Humanidad y si, de los ricos.
Entonces con las clases medias yendo al paro (habrá robots que sustituyan médicos, profesores, policías, notarios, campesinos, militares, conductores, etc.) las izquierdas tendrán que dejar de subdividirse según sus excelencias, los padres verán peligrar el provenir de sus hijos, la unidad como arma defensiva se tornará en imprescindible, y habrá que buscar líderes que encabecen esa revolución democrático gigantesca.
Volverá Pablo Iglesias; eso sí, sin coleta, aunque le seguirán llamando “el coletas”. Porque la revolución de los robots va a traer cola.
Paco Molina. Zamora. 15 de Mayo del 2021
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