LA BARBARIE DE LAS CIVILIZACIONES
Si la Humanidad, individuo a individuo, sólo tiene dos problemas básicos que resolver (supervivencia y placer) y puestos todos a ello está claro que ya se habrían resuelto, es fácil deducir cual ha de ser la técnica, táctica y estrategia del Poder para evitar que tal cosa se produzca y que así siga habiendo problemas menores que enturbien u oculten los mayores.
Si todo apunta a que la salida lógica es que todos nos unamos para atender nuestras necesidades vitales ¡vitales!, corresponde al Poder con mando en plaza, hacernos creer que somos diferentes (cuando somos iguales), que tenemos intereses diferentes (cuando tenemos los mismos) que el bienestar es trabajar y producir riquezas (cuando todo el mundo sabe lo que en el fondo necesita) y que el orden para que sea lo contrario del desorden exige castidad o, castidad fidelizada ("""contigo no soy casto, pero con el resto sí “porque te quiero""") o renuncia, para ganar la vida en el otro mundo tras renunciar al placer de vivir en este.
Todos estos falsos problemas el Poder ha conseguido con gran éxito convertirlos en verdaderos problemas. Y así tenemos que, creyéndonos diferentes unos de otros, existen las guerras para defender a mi pueblo (guerras que pueden ser económicas, de religión, por honor; da lo mismo), el caso es que haya guerras para que la gente no repare en que somos iguales. Algo similar se da en la guerra entre sexos, hasta el punto de que hasta algunas feministas creen realmente que machos y hembras tienen distintas sensibilidades, diferentes caracteres y por supuesto contrapuestos instintos sentimentales.
Sin pararnos mucho porque es evidente si usted se fija, lo cierto es que quienes siempre, a lo largo de la historia han intuido que algo iba mal y que había que ponerlo todo patas arriba, han caído, casi siempre o demasiadas veces en el pecado de defender las diferencias, creyendo que así se oponían al poder.
Así vemos que la izquierda defiende con ahínco que cada persona pueda creer en el Dios que sea. Loable, si no fuera porque ninguno existe y lo que quiere en definitiva el Poderoso es que creas en un Dios-el que sea-que para eso todos son iguales, machistas y represores de lo sexual.
La tragedia de que dos tribus no se entendieran por hablar distinta lengua o idioma, ahora se defiende desde la izquierda como el no va mas de dignidad humana-el derecho a expresarte en la lengua materna para entender mejor-, cuando, si precisamente el problema es el de entenderse mejor y el comunicarse a la perfección, lo que se debe buscar, por el camino más respetuoso posible, pero también más claramente predicado, es que en unas decenas de años la Humanidad hable un sólo idioma (claro que así sería más evidente que todos somos iguales y tenemos los mismos problemas básicos, que son los que hay que resolver, y por eso el Poder no está por la labor).
Sólo la tarea de conseguir que en, por ejemplo 50 años la Humanidad hablara un único lenguaje, supondría alfabetizar a todos los niños y adultos que hoy viven en la mayor miseria y explotación, sin ningún tipo de enseñanza, ni ayuda académica para aprender cosas útiles.
Todo esto, así como la facilidad para que se pase de la pareja-cerrada a la que hemos llamado pareja-abierta, se haría dentro de la máxima libertad para que quien quiera seguir sufriendo (respetemos el masoquismo) o defendiendo lo que defiende el Poder, pueda seguir, “feliz” él, haciéndolo.
Observemos como los mandamientos, no de la Ley de Dios, pero si de la de “Ley del Dinero”, conocidos como pensamiento único además de ser aceptados por todo el mundo-de ahí lo de únicos-se han convertido en algo aparentemente indiscutible que paraliza cualquier revolución mental (las otras las paralizan las armas).
Mandamientos del Pensamiento Único
- El espíritu religioso es inherente a la especie humana.
- Todas las religiones son igual de respetables (todas son la verdadera) porque todas ponen al hombre en contacto con Dios (o con alguien superior se llame Dios o llamémoslo X).
- El dinero es imprescindible para vivir.
- Un país es más rico cuanto más produce.
- Si no hay competitividad la economía se viene abajo.
- Las diferencias de idiomas, de bailes regionales, de costumbres, de tipos de cocina son la sal de los pueblos y enriquecen a estos y al género humano.
- La familia es imprescindible para el progreso y el bienestar de los miembros de una comunidad.
- La propiedad privada es innata al ser humano porque el bebé cuando empieza a hablar dice enseguida de su chupete,” mío, mío” (curioso que no lo diga de los pezones de su madre).
- La inteligencia demuestra que no somos animales y en caso contrario nos permite no ser como animales que eso es la civilización.
- Los empresarios crean riqueza y puestos de trabajo arriesgando su dinero.
- Hay que facilitar las inversiones de la propiedad privada para crear puestos de trabajo, y la Justicia Social consiste en dar Igualdad de Oportunidades para conseguir esos puestos.
- Hoy todo el mundo tiene el sexo que quiere (referido a relaciones sexuales). Al menos en los Países Ricos o Desarrollados el problema está resuelto, y los demás países, en cuanto progresen como en Occidente, lo mismo.
Como han salido diez, a parar. Aunque se podría seguir, pero siempre dándole vueltas a lo mismo.
Y por copiar el final de los mandamientos de la Iglesia Católica, diremos que, estos diez mandamientos del Pensamiento Único se dividen y resumen en dos, RENUNCIAR AL INSTINTO DE SUPERVENCIA Y RENUNCIAR AL INSTINTO DE PLACER.
ADVERTENCIA: Si tras leer estos Mandamientos consideras que están mal o equivocados porque tú, que no eres fan de lo Políticamente Correcto, comulgas con ellos, recuerda, se denominan del Pensamiento Único porque pretenden que no haya otro, y entonces tus síntomas indican que estás infectado. No te asustes pero...combate este virus universal con la única medicina posible: Razonando.
Sí, porque amigos y amigas, si el pensamiento único se llama así es porque es aquel que tienen todos en todas las latitudes tanto territoriales como políticas.
Todas las culturas son ya la misma
Otra verdad es que, a comienzos del Siglo XXI ya no hay distintas civilizaciones, todas son la misma. ,y todas tienen una misma base, castrar los instintos de supervivencia y placer para, paradójicamente, hacernos a todos animales y además iguales, TODOS BORREGOS, a las órdenes del pastor y atemorizados por sus perros.
Todas las civilizaciones son ya la misma porque todas se sustentan en los mismos pilares o columnas del orden.
En todas, la célula básica es la familia con ventajas para el macho (familia machista).
En todas, la mujer está en desventaja respecto al hombre, sobre todo a partir del principio sexual de la fidelidad.
En todas, hay ricos y pobres y eso se ve como lo más normal y lógico del mundo.
En todas, la propiedad privada y la represión sexual son Ley.
En todas, hay monarquías o repúblicas, democracias o dictaduras, que en esencia no suponen diferencias sustanciales respecto a lo esencial, salvo que donde hay “libertad política”se lucha mejor contra las injusticias económicas.
En todas, hay un apoyo explícito del poder a favor de alguna forma de religión, y en las más avanzadas el régimen se apoya en todas las religiones a la vez (sin mayor problema porque todas son iguales en lo básico-la represión sexual-).
En todas, los miembros de esas civilizaciones se creen distintos a los de otras y, para pasmarse, ¡superiores!
En todas, hay una regresión a todo lo del pasado con lo que se refuerzan los tabúes, mitos y mentiras que sirvieron para hacerles a todos esclavos, no de pueblos a los que odian, si no esclavos de sus jefes, a los que, como son de los suyos quieren y obedecen ¡Genial!.
Y en todas, señores y señoras, el aburrimiento es mortal. Y todo para que unos pocos vivan como dioses.
Hay quien cree que hay distintas civilizaciones o culturas. Aún más, incluso piensan que la suya, si es la del mundo desarrollado, es la mejor, y todavía más, creen que su mundo es rico porque su cultura es la perfecta. Craso error. Es exactamente al revés. La cultura del mundo rico, del más progresista, es más flexible justo por ser el mundo rico (y no al revés, por ser la mejor civilización) ya que esa transmutación de un “Dios-meapilas” por el “Dios- Dinero” ha hecho que las costumbres, represoras y atrasadas, hayan sido barridas por la búsqueda sin tregua, sin valores y sin limite, de un dinero que nos de la “felicidad que previamente nos hemos robado unos a otros”: “”Ellos los del Poder, prohibiéndonos cosas, nosotros, los esclavos-voluntarios, no confesando lo que nos gusta””.
* * *
Y sobre todo, el fondo, el núcleo duro, el infierno y la barbarie de cada civilización, consiste en que toda educación (no confundir con Enseñanza, que seria la trasmisión de una generación a otra de los conocimientos útiles para la supervivencia), toda educación decimos, se basa en dos ideas primordiales:
Una. Anular el instinto de placer.
Otra. Anular el instinto de supervivencia.
Y ambas así y en ese orden. Sí porque es fundamental que el ser humano pierda la ilusión por el sexo, por el placer que su práctica proporciona, para que así, aburrido de la vida, sea más fácil manejarlo para llevarlo a muertes absurdas.
Por supuesto, muertes disfrazadas (aunque no tanto, como se ve por los guerreros suicidas que siempre han existido desde que estamos civilizados). Esas inmolaciones se disfrazan con un paso previo. A nadie le piden matar por la patria, o el honor o el dinero. Ni hablar, previamente, se pone sobre la mesa un NOBLE (en el estricto sentido del término, es decir algo ajeno al pueblo) sentimiento, el de estar dispuesto a morir por la causa.
Llegados a ese punto, estar en disposición de morir por lo que te digan los poderosos, el resultado siguiente es elemental, también estás dispuesto a matar por la causa. Causa que 9 de cada 10 veces, es sacar las castañas del fuego al jefe (de Estado, de la Iglesia, de la Patria, que eso es lo de menos).
Y que eso es así, lo ve todo quien quiere razonar sin miedo. Hay que castrar el placer para que sea más fácil morir por bobadas. De ahí la trascendencia de las religiones para perpetuar el Poder. De ahí la persecución de las conductas disolutas para que no sea tan duro dejar este mundo.
Quien está acostumbrado a una vida más animal, menos entiende eso de trascendencia tan tonta y humana, como el morir por ideas (que encima a la vuelta de la esquina las cambia el Poder según le venga en gana y se acople a sus intereses del momento).
Esa es la barbarie de todas las civilizaciones que quedan: Controlar nuestros instintos básicos de placer y supervivencia, para que no seamos animales felices, si no que prefiramos ser, y con orgullo, seres superiores, a base de llevar una vida inferior.
Que por eso es fundamental para el Régimen que se valore más lo malo que lo bueno, el sacrificio y la renuncia, que la ternura, la ayuda mutua y el placer compartido y extendido a todas las gentes, sin limites de belleza o riqueza o salud o enfermedad.
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