REFEDERENDUM EN TARDOBISPO.
El centenar de habitantes de este bello pueblo zamorano va a ser sometido a una singular consulta.
Sabido es que el nombre de “tardobispo” nace de la unión de TARD (teso o colina) y OBISPO, queriendo significar con ello, los fundadores de tan noble localidad, que estamos ante “La Colina del Obispo”.
Sospechándose que éste no es otro que San Atilano pues no consta que ningún obispo poseyera una colina en tan espléndido paraje.
Dicha vinculación se establece porque, según sospechas lógicas, sería en dicho teso donde acampó San Atilano cuando regresaba a Zamora tras su autoexilio, siendo ese acogedor lugar su penúltima parada antes de hacer la definitiva en la orilla izquierda del Duero, ya en la capital, y toparse con un anillo en el interior de una trucha. Consistiendo el milagro en que dicho anillo episcopal era el mismo que él tiró al río años atrás cuando se largaba por estar hasta las narices de la diócesis.
Pero nada tiene que ver la consulta al pueblo de Tardobispo con lo comentado.
Resulta que el Consejo Vecinal, máximo órgano rector en dicha comunidad, ha decidido por unanimidad proponer que el actual Obispo de Zamora, Don Fernando Valera Sánchez, sea nombrado Hijo Adoptivo de la Villa.
Siendo el motivo de tal propuesta que el citado monseñor ha sido, de todos los de Zamora, el que más TARDÓ en ser nombrado OBISPO.
Si el egregio personaje aceptara esta simpática e inocente broma la noticia alcanzaría relieve nacional y quién sabe si internacional, generándose así una publicidad gratuita que hiciera reparar al resto del mundo en las riquezas materiales y espirituales de tan bello lugar.
Las urnas están abiertas. Salud con Suerte y Buen Humor. Vivan Tardobispo y los tardobispeños.
Nota del Editor: Esta narración está basada en hechos reales en lo que concierne a la descripción de los valores de Tardobispo y sus gentes; ocurriendo que del resto cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Paco Molina. Año 2021
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