DIPUTACIONES
NO, Y MIENTRAS
Si hubiera un
referendum sobre si deben seguir las Diputaciones Provinciales, el NO sería
rotundo.
Y ¿cómo es que
siendo así, siguen?
Dice todo el mundo
(incluso los bien pensados) que es porque los dos partidos de la casta las usan
a su favor tras ganar las elecciones a ellas.
Pero ¿cuando se vota
lo de las Diputaciones? Sin saberlo la gente vota a sus Diputados Provinciales
en el momento en que votan al Alcalde de su pueblo. Después cada partido dirá
quienes serán. Es decir el pueblo soberano vota con los ojos tapados y en
ocasiones tuertos.
Un verdadero
galimatías, complicado encima por partidos judiciales, etc. que no se explica
aquí porque se quiere hablar de otra cosa.
Dice la Constitución
Española que el pueblo es soberano. Por tanto hay que hacer lo que él diga, y
para saber qué dice hay que escuchar nítidamente su voz, no como ocurre en las
Elecciones Generales donde por ejemplo,
en las últimas, el PP con el 44% de los votos válidos obtuvo sin embargo el 53%
de los padres de la patria, presumiendo continuamente de que el pueblo le apoyó
con mayoría absoluta y que por tanto puede hacer lo que le de la gana, cosa que
es falsa como se ve.
Pues bien, si el “pueblo
español soberano” más bien es un tartaja, que no se sabe lo que quiere porque
la ley electoral le distorsiona la voz, en el caso de las Diputaciones la
locura es absoluta; es como si a la gente de los pueblos se le pusiera una
esponja en la boca y luego les preguntaran, qué quieren.
Manteniendo el
principio de que el pueblo es soberano y hay que saber nítidamente qué quiere,
considero que las elecciones de Diputados Provinciales deben regirse así:
*Como su finalidad
es ayudar a los municipios de menos de 20.000 habitantes, sólo estos deberían
votar para elegir Diputados (No tiene sentido, por poner Zamora, que los ciudadanos
de la capital, que nada van a tener que ver con la gestión de la Diputación
sean electores de los miembros de esta).
*Debería cada grupo
político presentar una sola lista por provincia, especificando a quien presenta
como candidato a presidente, como si se tratara de unas elecciones a una España
pequeñita (con circunscripción provincial de municipios de menos de 20.000
habitantes).
*El número de
Diputados electos se repartiría en forma directamente proporcional y pura,
según los votos obtenidos por cada candidatura.
*Esa lista estaría
formada por ciudadanos empadronados en la provincia y sin ningún criterio
territorial, es decir ninguna candidatura estaría obligada a presentar tantos candidatos
por comarca, etc.
*Por lo mismo, si
alguien sale elegido Diputado Provincial y a la vez concejal, deberá optar por
uno de los dos puestos, nada de mantenerse en ambos como ahora. (La idea actual
de que los Diputados sean además cargos públicos en sus localidades, sólo lleva
a que actúen con ventajas y enchufes a favor de sus municipios, sin aportar
nada que justifique esa presencia condicionada).
Toda esta propuesta
permitiría saber lo que dice y pide el pueblo soberano y hacerlo; lo demás es
decir que el pueblo es soberano y acto seguido amordazarlo con sistemas electorales
injustos para que no se sepa lo que demanda u ordena.
Paco
Molina.
Zamora-3
de Julio del 2014
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