domingo, 6 de julio de 2014

Quitémosles las Diputaciones



DIPUTACIONES  NO, Y MIENTRAS

Si hubiera un referendum sobre si deben seguir las Diputaciones Provinciales, el NO sería rotundo.

Y ¿cómo es que siendo así, siguen?

Dice todo el mundo (incluso los bien pensados) que es porque los dos partidos de la casta las usan a su favor tras ganar las elecciones a ellas.

Pero ¿cuando se vota lo de las Diputaciones? Sin saberlo la gente vota a sus Diputados Provinciales en el momento en que votan al Alcalde de su pueblo. Después cada partido dirá quienes serán. Es decir el pueblo soberano vota con los ojos tapados y en ocasiones tuertos.

Un verdadero galimatías, complicado encima por partidos judiciales, etc. que no se explica aquí porque se quiere hablar de otra cosa.

Dice la Constitución Española que el pueblo es soberano. Por tanto hay que hacer lo que él diga, y para saber qué dice hay que escuchar nítidamente su voz, no como ocurre en las Elecciones Generales donde  por ejemplo, en las últimas, el PP con el 44% de los votos válidos obtuvo sin embargo el 53% de los padres de la patria, presumiendo continuamente de que el pueblo le apoyó con mayoría absoluta y que por tanto puede hacer lo que le de la gana, cosa que es falsa como se ve.

Pues bien, si el “pueblo español soberano” más bien es un tartaja, que no se sabe lo que quiere porque la ley electoral le distorsiona la voz, en el caso de las Diputaciones la locura es absoluta; es como si a la gente de los pueblos se le pusiera una esponja en la boca y luego les preguntaran, qué quieren.

Manteniendo el principio de que el pueblo es soberano y hay que saber nítidamente qué quiere, considero que las elecciones de Diputados Provinciales deben regirse así:

*Como su finalidad es ayudar a los municipios de menos de 20.000 habitantes, sólo estos deberían votar para elegir Diputados (No tiene sentido, por poner Zamora, que los ciudadanos de la capital, que nada van a tener que ver con la gestión de la Diputación sean electores de los miembros de esta).

*Debería cada grupo político presentar una sola lista por provincia, especificando a quien presenta como candidato a presidente, como si se tratara de unas elecciones a una España pequeñita (con circunscripción provincial de municipios de menos de 20.000 habitantes).

*El número de Diputados electos se repartiría en forma directamente proporcional y pura, según los votos obtenidos por cada candidatura.

*Esa lista estaría formada por ciudadanos empadronados en la provincia y sin ningún criterio territorial, es decir ninguna candidatura estaría obligada a presentar tantos candidatos por comarca, etc.

*Por lo mismo, si alguien sale elegido Diputado Provincial y a la vez concejal, deberá optar por uno de los dos puestos, nada de mantenerse en ambos como ahora. (La idea actual de que los Diputados sean además cargos públicos en sus localidades, sólo lleva a que actúen con ventajas y enchufes a favor de sus municipios, sin aportar nada que justifique esa presencia condicionada).

Toda esta propuesta permitiría saber lo que dice y pide el pueblo soberano y hacerlo; lo demás es decir que el pueblo es soberano y acto seguido amordazarlo con sistemas electorales injustos para que no se sepa lo que demanda u ordena.

Paco Molina.

Zamora-3 de Julio del 2014

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