domingo, 8 de febrero de 2015

MACÁ YAÑEZ (de Sao Paulo y Lugo)


MACÁ YAÑEZ

MACÁ

MARIA DEL CARMEN YAÑEZ PUJOL

Esta deliciosa criatura nació en el Siglo XX y no morirá nunca.

Macá es una mezcla de española y brasileña, un coctel de belleza y encanto, un combinado de inteligencia y locura, un sandwich de vida y alegría.

Tengo la suerte de ser su tío, y la más inmensa aún de haberme dejado contagiar por su manera de ser, lo que me permitió viajar a Marrakech, que ni sabía lo qué era, y montar en camello que si temía lo que era, y a Egipto subiendo y bajando por el Nilo tras la revolución que llevó al poder a los Hermanos Musulmanes con un Hotel (El Hilton de El Cairo) donde nos registraban cada vez que entrabamos y salíamos. África, un continente alucinante, como ella.

Eternamente niña, aunque le haya tocado ser madre luchadora, esposa perfecta a juzgar por el número de maridos, abuela modelo por lo joven que es e hija ejemplar de Pepa y Tata por el amor que da, siempre creó un torbellino de acontecimientos a su alrededor.

En Europa, en España, en Galicia, en Lugo, tiene una familia que le adora (que le adoramos aunque algunos en otra parte vivamos). En América, en Brasil, en Sao Paolo, tiene la misma familia, con otras caras, que también le adora, porque para ella sólo hay una forma de dar y recibir cariño, tirando la casa por la ventana.

Y en consecuencia, sea allí o sea aquí, cuando conoces a Macá vas a recibir algo especial, algo de ella misma, de su íntimo ser.

Macá da, no se queda con nada: da besos desde el alma, abrazos desde el corazón, palabras desde el cielo de su boca.

Elegante, bonita, guapa, bella, inteligente, trabajadora luchadora, divertida y arrebatadora.

Macá: Has tenido lo mejor, y paradoja como tú, aún te mereces lo mejor.

Un beso en nombre de todos, los que te han querido y los que están a la cola para quererte.

Paco Molina

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