Hubo un científico,
de nombre Gauss, que estudió los datos estadísticos sobre las variables de una
población, y descubrió lo que dio en llamar “distribución normal”.
La distribución
normal es algo sencillo.
Supongamos que de un
grupo de cien personas cogidas al azar, medimos la estatura de cada una.
Pues bien, todos entendemos
que habrá alguien (el más alto) que medirá mucho. Y habrá otros, pocos, que
estén cerca de esa gran estatura.
Por lo mismo, habrá quien
sea el más bajito, y otros cuantos, pocos también, serán casi tan bajitos como
él.
Mientras que por el
contrario, en torno a la estatura media,
habrá un gran número de personas que la tengan similar.
Estos datos los
llevó el Señor Gauss a una representación gráfica, colocando en el eje “X” (el
que va tumbado como recuerda el colchón FleX) las medidas de las estaturas, y
en el “Y” (el que va de pie como nos recuerda el caballo encabritado con su “iiii”)
puso el número de personas que tenían cada estatura.
A continuación unió
los puntos que le salieron, obteniendo así una grafica con forma de curva (que
siempre tenía la misma forma).
Dicha gráfica, como
la obtuvo de estudiar las cosas cuando eran normales, la bautizó como
Distribución Normal (o Curva de Gauss para los amigos).
Pero hete aquí que
la Curva de Gauss casualmente tiene la forma (del caparazón) de una tortuga.
¡Y luego dicen que
no existe la Divina Providencia!
Porque miren:
Supongamos que lo
que medimos es el grado de inteligencia o comprensión de las personas (que constituyen
una sociedad).
Entonces por la llamada
Distribución Normal nos saldrá una Curva de Gauss (o lo que desde ahora llamaremos
Tortuga de Gauss, por su forma, y porque nos va a explicar por qué las cosas de
la sociedad van tan lentas).
Para ello imaginemos
que la tortuga camina hacia la derecha.
Pues bien; en lo que
corresponde a la cabeza de la tortuga, estarían
las cabezas más privilegiadas de esa sociedad.
Y en la cola de la
tortuga las más lentas para entender las cosas.
En ambos casos
serían muy pocas personas (muy pocas las superdotadas o más sabias, y muy pocas
las poco dotadas intelectualmente).
Mientras el grueso de
la población (con una capacidad mental media) estará enclavada (situada) hacia
la parte media y alta del caparazón de la tortuga (de la curva de Gauss).
Pensemos ahora en
que todas esas cabezas, esas inteligencias, se van a usar para buscar salidas
de provecho y beneficio para el conjunto social.
Lógicamente las propuestas
de los más inteligentes (más visionarias porque ven más y más lejos), los de la
cabeza de la tortuga, no son fácilmente entendidas
(es cuestión de capacidad mental) por el grueso de la tortuga.
Esa circunstancia,
natural, es la que le permite a los poderosos jugar a la democracia (sin ser
demócratas como muestra la historia que para eso inventaron, financiándolos,
los golpes de estado) porque ellos (y sus intelectuales contratados) mediante
la llamada “cultura” (ideas predominantes con las que lavan el cerebro de las
gentes) hacen que las gentes, “democráticamente”, no quieran que nada cambie).
Y claro, al no
querer el pueblo llano que nada cambie, el cuerpo social, la curva de Gauss se
ve que es una tortuga, y no solo por su forma, ya que en los cambios sociales
va a paso de tortuga.
Un ejemplo: Si mentes
privilegiadas conciben y proponen una sociedad en que lo de todos (de carácter fundamental)
sea de todos (en común), el pueblo, inducido por la propaganda de los poderosos
y sus medios de contaminación, que la repiten machaconamente, prefieren adorar
el dogma de “virgencita que me quede como estoy”.
Sin ver que encima,
eso de quedarse como se está es un imposible, porque la tortuga por culpa del
capitalismo (la propiedad de lo importante está en manos privadas) se está
convirtiendo en un cangrejo (animal que camina para atrás).
Paco
Molina. Zamora. 22 de Septiembre del 2017
Sobre tu tortuga de Gauss.
ResponderEliminarCómo matemático sabes que la estadística en matemáticas es una ciencia insobornable. Partiendo de que la curva de Gauss no tiene forma de tortuga, también tiene joroba y no es un camello.sabes que la estadística descriptiva es un dogma. Si no refleja la realidad es simplemente, que está mal hecha. Ya que está dotada de unos factores de corrección que aseguran su veracidad dentro de unos límites fiduciales. Por ej. La desviación típica, la desviación estándar,la cirrosis,el coeficiente Ji cuadrado, el coeficiente de Fisher... Así tu tortuga se pierde convertir en una culebrilla gordita en la realidad.
El problema es más complejo cuando tratamos de predecir un suceso, un comportamiento... de lo que se ocupa la estadística inferencial aunque si falla también es por estar mal hecha, ya que también tiene sus factores de corrección, pero, la carne es débil y mentimos como bellacos en las encuestas, y en la vida en general, de ahí los tremendos patinazos de las empresas de demoscopia en los últimos tiempos.
Dejemos pues que descanse en paz el Sr. Gauss que no tiene culpa de nuestros defectos. Tampoco soy un gran entendido en estadística pero tú argumentación de hoy, cuando menos, cojea ligeramente.
Un abrazo y a dormir que ya va siendo la hora.
gracias compa
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