CÓMO
QUE NADIE PERSIGUE LAS IDEAS.
Según los Mandamientos
del Poder (y que repiten con fruición sus súbditos) el trípode que sustenta una
democracia (o que define una democracia) es el siguiente:
Punto 1. En una
democracia no se persiguen las ideas; únicamente se persiguen las acciones si
es que van contra la Ley.
Punto 2. No hay
democracia sin cumplimiento o respeto de la Ley.
Punto 3.- El acuerdo
marco de convivencia es la Constitución, e ir contra ella es ser un golpista o
antidemócrata.
Pues bien, vamos a
ver de qué pie cojea esta “definición” de democracia (usando para ello el caso español).
Anticipemos que en
realidad esta “visión” de la democracia cojea de los 3 pies.
Ataquemos el tema de
las ideas: En realidad que no se persigan las ideas es una tontería de tomo y
lomo.
Las ideas de una persona
no se pueden perseguir porque no se sabe cuáles son, que si no.
Bueno, de hecho, las
ideas se han llegado a perseguir hasta por la Iglesia Católica.
Nos referimos al
asunto de los malos pensamientos (o fantasías sexuales).
Resulta que tú las
tenías, y si no se las contabas a nadie pues nadie te perseguía por tus ideas.
Pero al parecer, Dios que lo sabe todo (y le va lo del sexo) conoce tus sucios
pensamientos, y por ello (y por esas ideas sucias) te castigará.
Salvo que te confieses
(o sea, salvo que le cuentes tus “ideas” a un 3º) en cuyo caso ya lo sabe alguien
más que tú. Y….
Por lo demás es
evidente que tampoco en una dictadura te persiguen por tus ideas (y menos si no
van contra el orden establecido).
Por lo que te persiguen
no es por tus ideas, es por intentar ponerlas en práctica.
En ese sentido, el
plasmar las ideas en un libro, en un artículo de prensa, o en una tertulia, si
suele ser perseguido, como se comprueba cuando se te censura, se te ningunea,
se te amordaza, impidiendo la difusión de “esas ideas” (malas para el régimen o
el poderoso de turno).
Es decir, predicar
está permitido pero no en un plano de igualdad. Unos lo pueden hacer desde el
púlpito y buceando en la pila del agua bendita.
Ahora bien, por
querer llevar a cabo tus ideas, democráticamente, ya te la juegas (si son
contrarias a los deseos de quien manda).
En este sentido tienen
razón los partidos ultras al proponer (en plena democracia) que se prohíban los
partidos cuyos fines sean contrarios a la Constitución.
Permitir partidos
republicanos, o independentistas, o comunistas, no tiene ningún sentido si luego,
aunque tengan mayoría, no se les va a permitir llevar a cabo su programa.
En Cataluña los de “Juntos
per Sí”, ganan 2 elecciones catalanas prometiendo un referendum en su programa.
Ganan, y porque cumplen su promesa son declarados delincuentes comunes (no
presos políticos).
El Punto 2 de la
definición de democracia es ridículo. Porque si democracia es cumplir y respetar
las leyes, resultaría que las peores dictaduras (donde se cumplen sus leyes incluso
mejor que en otros sitios por el miedo de la gente) serían democracias.
Y respecto a la prueba
del 9, del último punto (el 3), de que democracia es estar dentro del marco de
convivencia que marca la Constitución, baste decir que según el Tribunal
Constitucional (el que dice si se respeta o no la Constitución) el PP no la ha respetado
una veintena de veces en el ejercicio de sus funciones de Gobierno.
Mientras, y en
paralelo, hay 12 políticos (catalanes) presos, por decir que Cataluña era independiente
(según un referéndum imperfecto o anómalo) y añadir al segundo siguiente “que
todo seguía como si nada (sin república independiente)”.
Al tiempo que hay
otros 3 (políticos catalanes) libres, que como viven en Europa no pueden ser
perseguidos por España como presos comunes, porque lo que han hecho dicen los de
Europa que no es delito común.
Estrambote:
Democracia es esa forma de Estado en que los conflictos se van resolviendo
pacíficamente y la justicia es condescendiente con los pasos transformadores
que va pidiendo la sociedad por el sistema de mayorías y minorías (y unas normas
electorales justas, que en España no lo son).
Todo lo demás
(evitar cambios) ha sido traumático en la Historia de la Humanidad, precisamente
por no ser los Gobiernos, o las Leyes tolerantes.
Intolerancia que no
ha podido evitar el avance hacia sociedades cada vez más justas y democráticas
en todos los órdenes.
Es pues la tolerancia
el término que define a las democracias avanzadas.
Y un sistema electoral justo donde cada voto valga lo mismo en cualquier lugar.
Amén de que los conflictos se resuelvan dialogando y votando
Paco
Molina. Zamora. 22 de Marzo del 2019
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