martes, 16 de julio de 2019

EL OFENSÓMETRO. EL ODIÓMETRO. Y OTRAS TONTERIÁS.



EL OFENSÓMETRO. EL ODIÓMETRO. Y OTRAS TONTERIÁS.

Veamos cómo va pasando el tiempo. Siendo el mejor reloj para ello el comprobar de qué manera han ido evolucionando las mentiras del Poder (eso que llaman Cultura).

Usemos como objeto de estudio el término “terror”.

Hoy en día la palabra Terror, el concepto Terror, no es aceptado ni por los propios terroristas que se auto engañan (abrumados por su sentimiento de culpa) atribuyendo sus demenciales y asesinas acciones, a la presunta lucha por un Bien Supremo (O Dios, o la Patria, o la Raza, o la Democracia, o la Heterosexualidad, o cualquier otra cosa más o menos sublime).

Sin embargo, en 1.789 el término Terror era un concepto político incluso apreciado.

Apreciado porque en aquella época (cuando la Revolución Francesa) los revolucionarios (entre ellos la burguesía) consideraban que la Nobleza y el 
Clero, si aún siendo pocos podían dominar al pueblo (que era infinitamente más numeroso) era porque la minoría tenia atemorizada a la mayoría mediante el terror.

Y por lo tanto, decían los revolucionarios, una vez que se  tome el Poder (destronando al Rey, a la Nobleza,  a los Terratenientes y a las Castas Militares ) para dominar la nueva situación (mantener el orden) habrá que implantar el terror.

Es decir, hace dos siglos el terror era considerado algo bueno para mantener el orden social. Era nada menos que la medicina adecuada.

Pasados algo más de 100 años, llega la Revolución Bolchevique, y aunque ha pasado un siglo, culturalmente el término terror sigue siendo muy apreciado.

Vamos a ver si nos aclaramos. Apreciado como lo pueda ser el término “amputar”. Nadie quiere amputar, ni ser amputado, pero todo el mundo entiende que la amputación (de un miembro podrido) puede llegar a ser más que necesaria. Puede salvar vidas.

Pues bien, cuando los bolcheviques toman el Poder con otra Revolución (1.917) hablan en sus discursos de implantar el terror para mantener a raya a quienes estuvieran en contra del reparto de la riqueza de arriba abajo.

Sin embargo ahora, en la actualidad, otros 100 años después, el término terror es entendido como algo abominable que ningún Gobierno decidiría usar y menos confesar su uso.

Pero entonces ¿Cuál fue el error de los revolucionarios franceses (en 1789) y el de los rusos (en 1917)?

La respuesta nos la da Agustín García Calvo (el pensador zamorano) cuando muestra y demuestra con sus estudios, que el arma con la que la minoría social (los ricos) dominan a la mayoría social (los que viven de su trabajo) es la Cultura.

Teniendo en cuenta que la izquierda dice que un pueblo para ser libre tiene que ser culto, y eso parece chocar con lo que aquí defendemos (las    cadenas no son de hierro son de cultura) vamos a dejar la explicación para otros momento, aunque tal vez baste con repara en que lo que la gente necesita son conocimientos y no cultura (ideas sueltas que le atan).

Y por fin desembocamos en lo que queremos contar hoy.

 Hoy en día, por culpa de la cultura (oficial) o pensamiento único se dice que hay que respetar las ideas y los sentimientos de todo el mundo. Aberración cultural tan arraigada que permite perseguiré a los distintos

Y ese tipo de persecución se hace así.

1º.-Como todo el mundo tiene sentimientos y le duele que se burlen de sus sentimientos, se dice que hay ahí un algo que proteger.

2º.- A continuación se  establece que hay dos tipos de sentimientos. Los sublimes y los otros. Un ejemplo de sentimiento sublime es el que me produce mi Fe (mi religión), y uno de sentimiento vacuo o banal, sería el que me inspira mi equipo de fútbol favorito.

3º.- Establecida (culturalmente) las dos categorías de sentimientos, la ley (la cultura) decide que hay que hacer que se respeten los sentimientos sagrados, los importantes, los trascendentes, etc.

4º.- Llegados aquí resulta que  los poderosos permiten que un individuo pueda decir que se ha sentido ofendido.

5º.- Y como hay que proteger a ese individuo y su presunto dolor del alma, el ofensor debe ser castigado.

6º.- Esta conclusión (un mero mecanismo cultural de lavado de cerebro para reprimir) es complicada de llevar a cabo, porque ¿cómo se sabe  si realmente una persona se ha sentido ofendida? 

7º.- Únicamente hay un mecanismo, que la persona ofendida denuncie que se ha sentido ofendida por lo dicho por alguien, y que eso baste para aceptar la denuncia y promover el castigo.

8º.- Tal  anomalía en derecho (eso no es justo), pues puede incluso ser falsa la denuncia de la ofensa, se complementa castigando al ofensor sin decirle en qué ha ofendido al denunciante, y sobre todo sin saber ni  siquiera quien es el ofendido.

9º.- Baste de ejemplo que Facebook a mi me ha condenado al ostracismo un blog (pacomolinadezamora.blogspot.com) argumentando simplemente que alguien que usa Facebook se sintió ofendido (asi, sin más).

10º.- Pero lo de menos es lo que me haya pasado a mi. Lo importante y dramático es que todos los cambios sociales históricos, se han producido  porque ideas o conceptos nuevos han desplazado (ofendiendo) a la cultura vieja.

Ejemplo: Cuando los romanos y los griegos creían en mil dioses y apareció la religión cristiana que hablaba de un sólo Dios, era lógico que los paganos se sintieran ofendidos

11º.- Luego, proteger al ofendido (encima guardando su anonimato) va contra el progreso de la Humanidad. Es un acto represivo a favor de la cultura imperante (el pensamiento único), con el que se trata de frenar y parar el mundo.

12º.- Además ese poder de reprimir y censurar sólo lo pueden ejercer los poderos (los ricos, Facebook, Google, etc.). Mientras que si usted se siente ofendido por lo que ve en una televisión no puede cerrarla simplemente con su denuncia.

13º.- Encima la prueba del abuso que supone todo esto está en que no existe un ofensómetro (aparato que mida las ofensas), con lo que puede que l presuntamente ofendido no esté ofendido en absoluto, y si simplemente preocupado porque se argumenta contra su sistema de valores (contra su cultura, con contracultura).

14º.- Cerrándose el ciclo represor cuando vemos que en definitiva el Poder lo que busca es que nada cambie, para seguir dominando al pueblo con “cultura” (es decir con cuatro idas que le han metido en la cabeza a      cada individuo mediante el correspondiente lavado de cerebro).

Estrambote: Dentro de unos años el término “sentirse ofendido” nos parecerá tan ridículo o fuera de lugar, como ya lo es ahora el de terror para controlar a los pueblos.

Ofendamos.

Paco Molina. Zamora. 16 de Julio del 2019

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