jueves, 23 de enero de 2025

¿POR QUÉ PERDIMOS EL HUESO DEL PENE?

 


¿POR QUÉ PERDIMOS EL HUESO DEL PENE?

Hace días supinos que Zamora  era una de las provincias de España donde menos se hacía el amor (pero) donde había más infidelidades.

Habría que estudiar esta contradicción. Pero no se va a hacer aquí (de momento). Aunque a lo mejor lo que se contará tenga que ver con lo contado.

Darwin (creador de la Teoría de la Evolución) “descubrió” ésta porque en un viaje en barco por América del Sur comprobó que el mismo tipo de pájaro tenía un pico diferente ¡según donde viviera!.

Estudiando el fenómeno cayó en la cuenta de que el pico era duro  donde la alimentación del ave resultaba ser dura, y el pico era blando donde la comida era fácil de masticar.

A partir de ahí concibe la citada teoría para explicar estas cosas. Según esa teoría (y no hay otra mejor) la vida nace en una charca calentita. En ella y por carambola (de casualidad) surge la primera célula. Y luego otras que se van haciendo más complejas.

Es decir todos los seres vivos proceden del agua, siendo una confirmación de ello que todos los ejemplares del reino animal son simétricos, es decir el lado derecho es igual al izquierdo. Cosa lógica pues, como las piraguas, si nuestros antepasados no hubieran sido simétricos no podrían haberse podido desplazar bien en los fondos marinos.

Posteriormente, cada especie, una vez fuera del agua, ha ido evolucionando según sus costumbres o modos de subsistencia (como los picos del pájaro aquel que estudio Darwin).

Pues bien, y aquí viene un tema que se las trae. 

La mayoría de los mamíferos tienen el pene dotado con un báculo (una especie de andamio para mantener  el pito tieso) consistente en un hueso por dentro del aparato reproductor colocado longitudinalmente, o sea a lo largo del mismo.

Pero nuestra especie, tan chula ella que se cree superior a las demás, ha perdido ese “comodín”. Y a lo mejor por eso los machos nos lo pasamos mejor prohibiendo cosas, haciendo guerras, siendo machistas y violentos, vamos haciendo el bobo al no poder follar a destajo (téngase en cuenta que el “huesecito milagroso” es mejor que la biagra, ya que ésta exige que haya deseo por medio para lograr la erección, y el “báculo” NO). 

Lo curioso es que los bonobos (y los chimpancés) sí tienen ese hueso (a modo de Cirineo de la pasión amorosa). Es decir, los mamíferos más parecidos genéticamente a nosotros tienen lo que no tenemos nosotros. Pero ¿por qué? .

Según el libro (que no he leído) titulado “El sexo injusto”, hace 4 millones de años, mamíferos bípedos, como los chimpancés, bonobos y humanos éramos similares. (Ah! de los bonobos ya hablaremos pero sirva de anticipo que “la brújula de los Humanos” debería ser: “Bobos o bonobos”).

El caso es que hace 2 millones de años se empezaron a “separar” las especies citadas. Pasando los humanos a ser “sapiens” pero sin hueso en el pene, y ellos “no sapiens” pero con báculo en el miembro.

Analizado el asunto se vio que las especies polígamas conservan el báculo y las monógamas no. Después para certificar que el tipo de  relaciones sexuales (libres o no)  fue lo que influyó en la pérdida del báculo se han hecho experimentos con ratones, obligando a algunos de ellos a vivir en monogamia, comprobándose a continuación que estos iban perdiendo parte del hueso peniano y los otros no.

Entonces la explicación más plausible de éste fenómeno será que: como las especies con báculo son más promiscuas (polígamas) que las sin báculo (monógamas), cabe suponer, por aquello de que “la función crea el órgano”, que en la medida en que “nos hicieron monógamos las leyes sapiens” entonces las circunstancias han hecho que se practique menos sexo, y ante eso ¿para qué un “hueso divino” que ayude al macho a saltar de cama en cama si sólo hay una y eterna….?

Aunque más han perdido las hembras de la especie sapiens, al pasar a escasear el orgasmo coital.   

Paco Molina. Zamora. 20 de Enero del 2025          

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