LA PLAZA DEL FRESCO
LA COSA ESTÁ QUE ARDE
Los estados de la materia pueden
ser tres: sólido, líquido y gaseoso.
Para pasar de uno a otro hay que dar
calor, o enfriar, aquello que tengamos entre manos. El mejor ejemplo lo tenemos
en el agua, que es liquida, pero que si la enfrías pasa a sólido-el hielo-y si
la calientas se convierte en vapor.
Zamora siempre fue una ciudad de
piedra-fortaleza, templos, empedrados, puente, tarugos-pero las cosas se están
calentado más de lo debido.
El clima político está a punto de
ebullición. Miren, tanto en el Ayuntamiento como en la Diputación se celebraban
anualmente unas “comilonas” (platos ricos y caros, pagados por el pueblo, que
esa es la definición de “comilona”) que tenían como fin hermanar a los
políticos.
Hasta que “los de siempre”
consiguieron que cada cargo público se pagara su plato.
A partir de ahí desaparecieron
las comidas de convivencia, y es lógico porque si los comensales van a pagar el
ágape de su bolsillo mejor gastárselo con las amistades de cada cual que con
quien estarían dándose patadas en las espinillas bajo la mesa desde el
aperitivo hasta el postre.
Porque ese es el clima que hay en
la clase política zamorana. El ambiente está que arde y usted lo debe de saber.
Si estará caliente que la “Zamora
Piedra” ha pasado a ser “Zamora Líquida” según los que llevan el turismo. Y
como el Fiscal Anticorrupción descubra aquí algo de la trama Gürtel, pasaremos
a ser “Zamora Gaseosa”.
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