A Paco Molina, el
incansable guerrillero, amigo, maestro, confidente y sobre todo el compa, el
gran compa.
Qué voy a decir yo
de él que he pasado a su lado probablemente mi mejor año laboral,
en el que más he
aprendido,
pero no de trabajo
sino de la vida, de filosofía, de política
no de la política
corrupta y sucia que se ve por la tele sino de la buena, ¡que si! que la hay,
que existe, pero existe en gente como él, luchadora persistente (a veces
demasiado),
y con ese punto de locura
necesario para seguir por este camino que tantos dolores de cabeza da, que
tantos sinsabores tiene, pero en el que también vives experiencias buenas y
conoces a gente estupenda,
gente que pasa a ser
de tu familia (con la que en ocasiones incluso hablas y ves más que a tu propia
familia).
Y entre otros, Molina
para mi es de mi familia,
no de la familia
impuesta como esa tía que no sabe ni dónde vives, más del tipo de familia con
la que tienes tanta confianza como para que un día de terrible espera hospitalaria
se convierta en toda una anécdota que recordarás siempre con una sonrisa en la
cara.
Por todo ello, por
tus enseñanzas, tus consejos y recomendaciones, y sobre todo por tu lucha constante
defendiendo y reivindicando nuestros derechos, y siempre al lado de aquel compa
que te ha necesitado en cualquier momento, a cualquier hora, ya sea camarada o
simple paria de la tierra sin ningún color;
por tus ideas
descabelladas pero por lo general bien fundamentadas.
Gracias, gracias por
habernos dedicado tu tiempo y gracias por haberme hecho un poco partícipe de
todo esto.
En Benavente a 13 de
Diciembre de 2014.
Con mucho cariño
NURIA HERRERO
GÓNZALEZ.
(((Nuria, una niña de cerca de 30, lloró al
acabar de leer lo anterior. Si lo escrito era bello, al menos para mí, sus lágrimas
lo embellecieron más. Tiene la suerte Nuria de contar con una inteligencia y
capacidad de trabajo sin igual. Cualidades sólo superadas por unos padres
excepcionales de los que yo me siento familia -no se si política, a través de Nuria, que como se ve me ha
adoptado- directamente o indirectamente a través del sentimiento de admiración y respeto que por
ellos siento.
Habla
Nuria de una anécdota incontable que es lo más tierno que cabe imaginar, como
tierna es ella. Tierna, valiente y luchadora, ¡¡¡qué regalo para la causa!!!.)))
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