OCHO
APELLIDOS ROJOS.
Advertencia:
Para mejor entender este texto es bueno haber visto la película “Ocho apellidos
vascos”, o en todo caso saber que el argumento de la misma es la historia de un
padre (vasco) que naturalmente quiere lo mejor para su hija, y eso sólo puede
producirse, considera él, si su futuro yerno fuera vasco al cien por cien.
En 1917 triunfa la
llamada revolución bolchevique. Su líder, Lenin, muere muy pronto (un atentado
que le hiere y una complicación en su salud hacen que solo gobierne unos 5 o 6
años).
Para los que creemos
que los líderes es mejor tenerlos que no tenerlos, esa brevedad (murió con
menos de 60 años) fue mala para el recién estrenado proyecto comunista.
A la hora de
sustituir a Lenin, aunque éste había advertido sobre lo negativo que podría ser
Stalin, los más rojos, los rojos fetén, impusieron a éste contra Troski, que a
la postre demostró ser mejor revolucionario y preferible persona. (El otro
mandó asesinarle en Méjico a pesar de que ya no pintaba nada que no fuera su
molesta presencia marxista que cuestionaba el poder de Stalín).
Cuando los barbudos
de Fidel Castro desembarcan en Sierra Maestra y hacen emerger la guerrilla que
acabaría con la Dictadura Brutal de Batista, el Partido Comunista Cubano no ve
la acción con buenos ojos. Como buenos rojos dirían “ya están los burguesitos
jugando a la revolución”. Ellos sí que eran rojazos
En los años sesenta
estalla la Primavera de Praga, encabezada por marxistas heterodoxos. Son
aplastados porque los rojos, rojos, rojos del Partido, saben lo que hay que
hacer, siempre saben lo que hay que hacer.
En el Mayo Francés
de 1968, aquel levantamiento popular de obreros y estudiantes, el Partido
Comunista francés, sin duda iluminados por el rojo de sus apellidos (sabían lo
que había que hacer si se era rojo de verdad) decide colaborar para que el
levantamiento aborte. Y abortó.
En el año 2014, ante
un país desolado por el Gobierno de un PP que escribe las leyes al dictado de
los poderosos, un mindundi llamado Pablo Iglesias propone unir a las fuerzas de
la izquierda ante las próximas elecciones europeas, con una sola condición: que
la lista se fragüe en unas primarias abiertas.
Ante eso, de nuevo,
lo mejorcito del rojerío, los que tienen ocho apellidos rojos, tomaron la
decisión de “hacer oídos sordos”.
Es cierto que hay un
libro de Lenin que se titula ”Un paso adelante y dos atrás”, pero sospecho que,
además de la portada, tiene más páginas.
Ante esta ristra de pasos
equivocados cabe preguntarse: ¿Cómo hacen su árbol genealógico los compas rojos
de verdad? Parece que con mucha fantasía, porque en la práctica parecen más el freno
de mano que el acelerador.
NOTA final: El factor común de todos los "rojos conservadores" era que tenían algo que conservar, o sea estaban instalados en el sistema
NOTA final: El factor común de todos los "rojos conservadores" era que tenían algo que conservar, o sea estaban instalados en el sistema
Paco
Molina-Zamora-31 Diciembre del 2014
Gracias compa por la audacia, la sinceridad y la fuerza de tu artículo. Los ríos solo se forman cuando las aguas de los diferentes afluentes se encuentran, confluyen y al final son el mismo río. Un abrazo, salud y risas!
ResponderEliminar"Pues amarga la verdad hay que echarla de la boca". Aunque yo creo que esto ya lo dijo otro. Un abrazo compa
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