lunes, 28 de septiembre de 2015

Por un pueblo castellano leones (Comuneros)

IU de CyL me encargó un manifiesto para Villalar. 
Yo creí que era un discurso completo y preparé lo que sigue. 
Al final no querían ni una cosa, ni otra y todo quedó en agua de borrajas.
Pero el texto es bueno para sembrar nacionalismo castellano leonés. Debió de ser en los años en que el PP hizo la fiesta de Villalar itinerante en lo oficial para desgraciarla. 
Fue tal vez a finales de los 80 o comienzos de los 90 del Siglo XX

A LOS COMPAS DE LA CAMPA

Este es el saludo de Izquierda Unida de Castilla y León a los compas de la campa.

Luzca el cielo o luzca el infierno, aquí nos debemos de ver año tras año.

Con un fin claro: Pasarlo bien. Y con un fin oscuro (pero no oculto) Que vamos a aclarar, por si hay alguien que no lo tiene archisabido.

¿POR QUÉ AQUÍ?

Ya que el que más y el que menos cuenta con sus propios cuernos, viene que ni pintado que recordemos el refrán de: "El buey no es de donde nace sino de donde PACE".

Definido así lo que es un castellano-leonés nos conviene recordar que la cara de nuestra idiosincrasia como pueblo puede ser nuestro internacionalismo natural.

Somos internacionalistas, tal vez por herencia histórica, que nos ha dejado unos cromosomas con fronteras siempre cambiantes._

E incluso hubo época en que en nuestros cromosomas no se ponía el sol.

Tal vez somos internacionalistas también por falta de fronteras naturales claras o tan lejanas a la vista que, por fuerza no nos sentimos cercados, ni fortificados, ni rodeados.

La separación de los pueblos, instintivamente, nos parece artificial, de despacho.

Nuestros cromosomas no saben hacer mapas con la regla y el compás.

Somos internacionalistas porque por encima de nuestras tierras han pasado tantos pueblos y ha sido derramado tanto semen, que si algo no tenemos es pureza en la sangre (Aunque tal vez por eso nos ha dado por ser extremadamente puros en otras cuestiones, más bien religiosas, y por ello tenemos un ramalazo místico que tira de espaldas).

 No tenemos pureza de sangre y por eso somos internacionalistas. como el adobe.

Como el adobe, que también existe en África, Asia, América Latina e incluso en los Polos, aunque allí sea de agua

Esa es la cara de nuestra idiosincrasia como pueblo, somos internacionalistas.

¡Pero también nuestra forma de ser tiene cruz! o puede tenerla.

En el momento histórico-vital que nos toca vivir, al ser internacionalmente insolidario, resulta que la CONCIENCIA DE CLASE (no la olvidéis compas) de momento no ha conseguido transformase en solidaridad.

Hasta ahora, la conciencia de clase no se ha impuesto a la conciencia de pueblo, y por ello cada nación tira de la manta de la economía, sin preocuparse, ni mucho, ni poco, si desnuda  o deja  a la intemperie a otro pueblo.

Esto es realmente así.

Por eso hoy, y en legítima defensa, es una necesidad para los castellano-leoneses tomar conciencia de pueblo.

Y para ello hay que trabajar. Nuestra cruz es que no tenemos conciencia de pueblo, y aunque ello no tendría mayor trascendencia sentimental, si la tendrá y la tiene ECONÓMICAMENTE.

Por eso hay que fomentar nuestra conciencia de Nación. No para separarnos de nadie. Al contrario, para autónomamente tender la mano a todos. Pero sobretodo !que no nos puteen! por falta de cohesión y lazos de unión específicamente nuestros.

Hasta ahora no tenemos conciencia de pueblo en positivo. Si sabemos que somos castellano-leoneses porque consideramos: a los catalanes tacaños; a los gallegos falsos; a los vascos brutos; a los andaluces fuleros, etc. etc. y así hasta  a los chinos, de quienes creemos que son fáciles de engañar.

Descalificamos a todos los pueblos y como nos callamos  respecto a nosotros !zas! deducimos que somos perfectos y a vivir que son dos días, con lo que así nos sentimos pueblo.

Pero eso es ser pueblo por exclusión, eso es ser pueblo sin orgullo de serlo. Eso es ser pueblo sin sentido.

Tenemos que ser  UN PUEBLO, no para ser los mejores o por ser los peores. Tenemos que ser pueblo porque vivimos JUNTOS, vivimos cerca, nos entendemos medianamente bien, y porque, además,  nos es necesario, nos es económicamente necesario.

Tenemos que ser pueblo en defensa propia

Estos señores que nos gobiernan ahora, no quieren consolidar nuestro espíritu de pueblo unido y por eso, en vez de fomentar nuestro carácter nacional o autonómico, o como queráis la palabra (pero entendéis), buscan que LAS COSAS  SIGAN COMO ESTÁN, que para eso ellos son conservadores (¿quién duda que la mejor definición de conservador es la de aquel  que busca que las cosas sigan como están?).

Y para no educarnos en conciencia de pueblo, con costumbres, caminos y metas en común, no sólo no hacen nada, sino que la fiesta de Castilla y León no quieren que se consolide.

Por eso se han inventado esta fiesta ambulante que cada año se celebra en una provincia, y cada diez, de oca en oca y tiro porque me toca.

Ese plan solo puede venir del interés de los caciques de la tierra, que quieren que el río siga revuelto para eso de la ganancia de pescadores

Luego, reivindiquemos ya !la fiesta de Villalar, siempre en el mismo lugar!

Esa idea de pasear –de gira-, nuestra fiesta, provincia por provincia como si nuestro día se tratara de un burro que gira y gira en una noria sin sentido, sólo podía venir de otro burro y de todos los que también gustan de REBUZNAR.

Contra ello…¡la fiesta de Villalar siempre en el mismo lugar!

Y ¿Por qué HOY':

!Porque hay que celebrar derrotas! y además, sin complejos.

Los pueblos, al menos el nuestro, deben celebrar derrotas porque aún no han vencido.

Aquí estamos. Porque es sano, vital y alegre estar  junto y donde se perdió aquella batalla. Y ello no porque seamos masoquistas, ¡quita de ahí!, no somos masoquistas.

Celebrar una derrota no es masoquismo.

Al contrario, sentirse pueblo y estar con el pueblo, es estar junto a los que menos tienen,  es estar con los que pierden.....pero por eso mismo eso es ganar.

Aunque es ganar, claro está, en otro lenguaje. En el lenguaje del sentimiento. Estar con los que pierden e incluso perder, no es ganar  en el lenguaje de la cotización en bolsa, pero si  en el lenguaje de los latidos de las gentes.

No amamos la derrota, pero de cada derrota haremos una fiesta, porque nuestra obligación es ganar ¡ganar la vida!

¡Estando con los que pierden se gana!

Por eso hoy, aunque toda Castilla y León debía estar convocado, y convocado por todos, aquí, en Villalar, nos alegramos por una vez, de que no estén aquí los que siempre ganan: los que ganan las guerras, los que ganan los referéndums, los que ganan los millones, los que ganan las elecciones, los que, en fin , han nacido para ganar.

Hoy aquí, sólo estamos los que pierden, pero es que queremos estar con los que pierden, porque somos de los que pierden.

Y ganaremos, y si no, no pasa nada: la lucha es la victoria.

No hay error en celebrar una derrota. El pueblo de Castilla y León, hasta ahora y como todo los pueblos, siempre ha perdido, Por eso convocamos en Villalar, porque somos de los que pierden!

Pero ojo, que podemos ser de los que pierden e incluso podemos ser unos perdidos, MAS, que no equivoquen el número, NO ESTAMOS PERDIDOS.

!Estamos en lucha!.

¿POR QUÉ CON ELLOS, LOS COMUNEROS?

Porque hay que comulgar hostias de comunero. Porque hay que resucitar el fantasma de los comuneros.

Y que nadie: se deje acorralar con academicismos; tratar de que Padilla, Bravo y Maldonado ganen su batalla después de muertos, no es querer comulgar con ruedas de molino burguesas, o aristocráticas, o retrógradas.

La hostia de comunero todavía tiene carga, porque aquí, en esta tierra, en esta Castilla y León, aun no se ha hecho lo que los comuneros, el estallido comunero, buscaba.

Los nobles, la aristocracia de la época, calificaba a los comuneros como de MALDITA SECTA DE LA LIBERTAD.

La revuelta comunera (revolución si hubiese triunfado) unió a artesanos, burgueses y pueblo llano (los que entonces no tenían el poder) junto con algunos nobles-nobles, contra una estructura económica y política qué, como necesidad de una monarquía absolutista e imperial, acentuó su carácter injusto con aumento de impuestos para la guerra, corrupción de los representantes en Cortes vendiéndose al mejor postor, etc.

El espíritu comunero creó un frente con diversas fuerzas y con personas de diversas profesiones y concepciones vitales, en base a una idea común, romper el cerco de abusos y de injusticias que sobre la sociedad de la época se cernía.

Hoy, el espíritu comunero LO NECESITAMOS: Porque aún hoy aquella batalla está  pendiente ( ¡porque se perdió, claro!), aún hoy hay que romper el cerco territorial que trata de convertir nuestra tierra en territorio semidesértico, de tránsito y reserva  de centros nucleares, campos de entrenamiento militar  y, ya se ve venir, tierra en barbecho .

Hay que romper el cerco de la injusticia social, basada en la existencia, aún, de una oligarquía, caciques económicos y políticos (estos a las órdenes del imperio OTAN), que a modo de señores feudales dominan cada uno un territorio o una parcela de poder, donde ponen y quitan a su gusto a las personas, mediante el enchufismo y el miedo.

Es decir, aún hoy está por resolver lo que el pueblo castellano-leonés sufrió en aquella época, y para ello hay que resucitar el espíritu comunero.

Para romper estos cercos, que a modo de camisa de fuerza por arriba (y cinturón de castidad por abajo) nos tienen puestos desde el imperio, con la colaboración, encantada (y bien pagada), de nuestros propio DUEÑOS Y SEÑORES.

Para romper esos cercos, está claro, no basta un partido, ni dos, ni tres, hace falta que campesinos, mineros, obreros, profesionales asqueados hasta la nausea, ecologistas y pacifistas, reaccionen.

Pero ¿quiénes son tanta gente? Son el pueblo castellano-leonés.

Por ello es ese pueblo el que tiene que sacar cada año los fantasmas comuneros, para decir:

 “Hoy 23 de Abril, estamos tan alegres, que por eso celebramos hasta las derrotas. Pero nuestra alegría no es la alegría del borracho, porque aún alegres no hemos olvidado que tenemos problemas y que queremos resolverlos juntos.  ¡Juntos por afinidad y juntos porque si no nos unimos en pueblo, no podemos!

Hoy y siempre! Castilla entera se siente comunera!

FIESTA DE REIVINDICACIÓN Y DE ALEGRÍA.

Menudo rollo nos marcamos año tras año con esto. ¿Villalar, fiesta festiva o fiesta reivindicativa?

Si no hay fiesta no vienen unos, si no hay reivindicación no vienen otros.

No vamos a decir que esto es un circulo vicioso porque círculos viciosos, bien pensado son todos.

Eso, lo que es, es simplemente una memez. Ante todo alegría y marcha que lo demás se dará por añadidura.

y este año reivindiquemos que los machos de la tierra, al llegar este día y después de hacer la tortilla de patata, nos pongamos nuestros mejores pantalones y vengamos a lucir nuestras cachas, para  que las mujeres nos consideren de una vez hombres-objeto que ya está bien de ser sujetos -políticos, sujetos-activos o simplemente sujetos.

¡¡Reivindiquemos la subversión!! Queremos ser otra cosa

Cabalguemos con los comuneros
que el viento nos de en la cara
Mujeres y hombres codo a codo.
Por una tierra-hogar para un pueblo.
Por un pueblo-hogar de solidaridad.

Suerte, salud y hacer saltar la banca, compas.

Paco Molina


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