HISTORIA
DE UN AGUJERO (PARDO)
Mi pasada actividad
profesional y política me ha permitido saber lo siguiente.
La dictadura del General
Franco dispuso la creación de las Universidades Laborales con el fin de recoger
a las mejores mentes, hijas de la clase obrera, y, si era factible,
desclasarlas, dándoles una sólida, buena y contundente preparación que proporcionaría
excelentes profesiones, que, bien pagadas, completarían el fin buscado.
Bastaba con
suspender una asignatura en Junio para perder la beca, consistente esta en
estudiar, con todo pagado (había internados) en una de las 21 Universidades
Laborales que se crearon ex profeso para lo dicho.
Pertenecieron desde
el primer momento al Ministerio de Trabajo (aunque daban enseñanzas regladas y deberían
por tanto depender del de Educación) y por ello contaron con infinitos medios
materiales para llevar a cabo su tarea.
En toda Castilla y León
solo había una, la de Zamora. Todo un lujo, con el único campo de futbol de
yerba de la ciudad en años, piscina,
laboratorios de ensueño, etc.
En esto la
democracia puso las cosas en su sitio y la Universidad Laboral de Zamora pasó a
ser un instituto más dentro del organigrama del Departamento de Educación, con lo
que dejó de contar con las cantidades importantes de dinero con las que antes contaba.
En éstas Don Vicente
Herrera, como presidente de la Región, pasó por este instituto de casualidad,
en mala sea la hora.
Mala y maldita,
porque el buen señor lógicamente se quedó deslumbrado ante el Teatro de la
Universidad Laboral de Zamora. (Acústica perfecta, capacidad para 800 o 900
personas sentadas, porte y accesos independientes del centro, etc).
Y al ver su falta de
mantenimiento por falta de dinero, decidió arreglarlo (o usarlo como disculpa
para hacer más obras sin sentido (¿)).
Para ello recurrió a
Fondos Europeos con el argumento de que saliera gratis. Pero claro eso suponía engañar
a Europa con algo impresionante (un Palacio de Congresos prácticamente
subterráneo, salvo el teatro, WC vips y toda la pesca).
Convertido el
Ayuntamiento de Zamora en cómplice (lo dirigía el PP, aunque tampoco se lucieron,
o si, los de la oposición) la primera barbaridad consistió en segregar la quinta
parte del patio elegante de un centro educativo en un pedazo de terreno para que
jugaran los geniecillos de la Consejería de Fomento.
La segunda fue darle
la obra a una empresa, ¿cómo no?, pringada como presunta cómplice de la
corrupción del PP, y la tercera metedura de pata fue no empezar las obras arreglando
el Teatro (ya que era le idea fundamental).
Pero hicieron antes los
agujeros gigantes, con estropicio del edificio en su conjunto, y algunos árboles
decanos, faltaría más.
Arruinada la empresa
y la Junta, donde antes había un lugar bonito y útil, ahora hay dos profundos
sótanos de la nada, y arriba un páramo de incompetencia.
Resolver esa afrenta
e imborrable recuerdo de la democracia
de la corrupción a la que nos ha sometido la casta política compete pues
únicamente a la Junta de Castilla y León,
y nada al actual Ayuntamiento de Zamora, que bastante hace si se hace cargo de lo
que al final construyan.
Aunque eso si, si se
hace algo, por piedad, gobernantes de IU y PSOE, que se empiece por arreglar el
teatro no vaya a ser que la historia se
repita.
Paco
Molina. Zamora. 22 de Septiembre del 2015
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