DESPOBLACIÓN:
LA COLA DE LA PESCADILLA.
Don Boris Izaguirre,
persona sumamente inteligente, en una entrevista de esas que tratan de entrever
la personalidad del personaje, a la pregunta de qué animal le hubiera gustado
ser, respondió: “La pescadilla que se muerde la cola”.
Lo cual, teniendo en
cuenta que, según él es homosexual, tiene su gracia.
La expresión popular
de “esto es la pescadilla que se muerde la cola” (gemela del llamado “círculo
vicioso”) viene que ni que al pelo para hablar de la desesperación que produce
la despoblación.
Empecemos por repasar
por qué hoy en día hay territorios que se despueblan (lugares que abandona la gente
“voluntariamente” o huyendo).
Unos son aquellos donde
hay guerras con armas (ejemplo actual Siria) y otros son aquellos en los que la
guerra económica diaria por sobrevivir, devasta la economía de las familias
(ejemplo actual Zamora).
Esos dos tipos de
guerras (las clásicas o con armamento, y las larvadas o con competitividad) son
inherentes al Capitalismo (sistema tan querido, como demuestran los resultados
democráticos).
Lo formuló hace unos
años Confucio Molina en una de sus sentencias: “Toda religión tiene su Dios y
su Demonio, su Cielo y su Infierno”.
Y el infierno del
Capitalismo es la guerra económica y por tanto la despoblación (huyendo de la
pobreza).
Por tanto, que se
despueble Zamora (en el último año se han ido 3.000 de la provincia) es algo de
una lógica aplastante.
Si es la economía
privada la madre del cordero, es de cajón que el particular dueño del dinero
(el capitalista) lo invierta donde crea que le será más fácil multiplicarlo
(aumentándolo).
Y aquí es donde la
pescadilla empieza a revolverse sobre sí misma para “morderse la cola”.
Porque resulta que
el ser humano (como cualquier otro animal) tiene que trabajar para vivir (poder
comer, cobijarse del frío, evitar los peligros).
Asunto que se ha
complicado al pasar el trabajo de ser un deber (todos debían trabajar en las comunidades
primitivas), a ser un derecho (que a ver
si lo obtienes pues los puestos de trabajo escasean y dados con cuenta gotas
por los particulares que los “crean”).
Desde ese instante y
a partir de lo dicho, se puede afirmar categóricamente que el trabajo lo generan
las desgracias y las necesidades de la gente.
Las personas, por tener
enfermedades, necesitan médicos; por tener miedo, policías; por tener pleitos,
abogados; por aburrimiento, fiestas; etc. etc.
Es decir, a más
personas más desgracias y por tanto más puestos de trabajo. Y al revés.
Por tanto, la pérdida
de población es un tobogán hacia el infierno de difícil solución.
En Zamora capital el
último año desaparecieron 800 personas, y el anterior 600, y el anterior a ellos 500.
Que 1.900 personas
que vivían en la ciudad se hayan ido en tres años, supone una bajada en el número
de desgracias y por tanto en la generación de puestos de trabajo, y en
consecuencia en la obtención de riqueza privada para cada familia.
Ante esto, la Renta
Universal Básica Individual (la RUBI) sería una solución, y mientras sólo se me
ocurre la potenciación del turismo.
Porque la solución contra
la despoblación, de “poner a parir” a nuestras hembras (además de machista) es
un disparate mayúsculo (¿llegará a ser obligatorio para cada mujer tener 4
hijos para salvar el sistema Capitalista).
Para eso es mejor
recordar que Zamora ya estuvo bajo el peligro de la despoblación en épocas
pasadas, y el problema se resolvió con alicientes a la instalación de familias de
fuera por estos pagos.
Ábranse entonces las
fronteras (que el problema del mundo es la sobre población) y condiciónese la llegada
de inmigrantes a la instalación por aquí.
Parteras o pateras, esa
es la solución.
Paco
Molina. 24 de Diciembre del 2016. Navidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario