RESCATEMOS LOS VOTOS DE CASTIDAD Y POBREZA.
La Iglesia Católica,
inspirada por la Sabiduría Infinita del Espírito Santo (o la experiencia de los
pueblos, como explicación más plausible si no eres creyente) sabe desde hace
años que la máxima dedicación a favor de cualquier causa exige renunciar al
demonio, el mundo y la carne (o sea en hacer votos de castidad, pobreza y
humildad).
Por eso los curas
los hacen (y las monjitas). La razón es obvia, la energía que ahorra el ser
humano (sobre todo el hombre) si no busca el sexo es inmensa-
Y ese tiempo libre
le permitirá dedicarse en exclusiva a su misión (en este caso la de llevarnos
al paraíso celestial, si eres cura, o al terrenal, si eres rojo).
Si Pablo
Iglesias(Podemos) hubiera hecho voto de castidad no se hubiera prendado de los
encantos de Irene Montero (Podemos) y en consecuencia no hubieran engendrado
mellizos.
Y por tanto no hubieran
temido (en mil sentidos) por sus vidas y las de los pequeñajos, hubieran podido
seguir teniendo una existencia espartana, y hubieran salvado a la clase obrera llevándola
a la tierra prometida, sin recovecos, ni esperas.
Ni que decir tiene,
que tan sublime misión, se ha de completar con el voto de pobreza, puesto que
la clase obrera por propia experiencia exige (según traductores expertos) que
le salve alguien que viva como ella, ya que de lo contrario prefiere esperar a
que llegue el Verdadero Mesías.
Surgiendo entonces aquí,
y como consecuencia de lo anterior, la necesidad de ser humilde. Veamos por qué.
La humildad en
principio tenía un valor ético, y se trataba de que quien tenía, o valía, no avasallara al que carecía
de esos dones.
Y aunque hoy la
humildad consiste en que si tienes dinero no lo enseñes (aunque lo tengas), y
si sabes te hagas el tonto (aunque no lo seas), sigue siendo imprescindible por
estética.
Resumiendo y
moraleja: Habiendo considerado parte de la izquierda (lo que diga el enemigo no
debe contar) que lo de Pablo Iglesias e Irene Montero, al comprarse una casa
con piscina irregular, en una urbanización de lujo, con la intención de pagarla
entre los dos en 30 años, que eso les incapacita para figurar en primera fila en
la lucha por la emancipación de la Clase Obrera, debemos extraer las enseñanzas
correspondientes para que no nos veamos de nuevo ante situaciones tan
delicadas.
De lo que se deduce
que no hay otra salida lógica que la implantación, no sólo entre los lideres sino
también entre la militancia (por si alguno asciende), de los votos de castidad,
pobreza y humildad para todo aquel que quiera ayudar a cambiar las cosas a
favor de los que menos tienen.
Sin familia, sin
bienes y sin soberbia seremos soberbios. Y en poco tiempo, misión cumplida.
Paco
Molina. Zamora. 22 de Mayo del 2018.
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