SENTENCIAS
QUE SENTENCIAN.
La reacción,
explosiva y no esperada (en toda su magnitud), contra la sentencia de La Manada
(cuatro o cinco tíos estupendos, con presunta licencia para follar en grupo a una
chica de 18 años, a la que sedujeron con sus irresistibles encantos, según
ellos y uno de los jueces) está preocupando y mucho, a los Poderes del Estado
Español.
El hecho de que la
manifestación feminista contra la celebración del 2 de mayo (al grito de: “ No
hay nada que celebrar”) en la que se abucheó (o no respetó) ni si quiera al
himno nacional (cosa que alguna tele dio en directo, y luego ninguna en
diferido) confirma lo grave del momento (pueblo por un lado, gobernantes por
otro).
Y por qué preocupa
tanto (debemos preguntarnos), si al fin y al cabo, recurrida la sentencia, puede
que se le de la razón a la fiscalía, que estima que si hubo coacción (violencia,
y por tanto violación) para forzar a que la chica se dejara hacer de todo.
Pues, es fácil
deducir que preocupa porque quedan dos juicios cuyas sentencias pueden desembocar
reacciones parecidas.
Una es la que diga
(de una vez) si el Señor Urdangarín (cuñado de Su Majestad el Rey Don Felipe VI)
es por fin delincuente y debe entrar en la cárcel a cumplir su condena, o no lo
es.
¿Se imaginan si sale
absuelto?. Y vamos ahora con los líderes del independentismo catalán.
Si al final un
tribunal español, declara que no son culpables, después de la que se ha montado,
el resto de España puede liarla.
Y no digamos nada si
son declarados culpables con fórceps, la que puede estallar en Cataluña.
Y es que la espiral
de sentencias que nos esperan pueden convertirse en un laberinto infernal.
Paco
Molina. Zamora 5 de Mayo del 2018
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