LÍDERES,
FASES Y DESFASES.
A raíz de la II
Guerra Mundial y a causa de la carrera armamentista, se pasó de diseñar un cohete
que tenía únicamente un depósito de carburante a otros modelos con más de uno.
La razón era la
siguiente, si el cohete que tenía que transportar la bomba (o el satélite
espacial) sólo tenía un cuerpo o depósito para el combustible, presentaba una
serie de limitaciones.
Entonces, los
científicos vieron que si el cohete tenía más de un cuerpo (más de una fase)
para transportar el combustible, no sólo se conseguía evitar ciertos fallos
técnicos, sino que encima se podía poner más combustible en él y por lo tanto llegar
más lejos (a otros continentes si el cohete transportaba bombas, o más alto en
el cielo si transporta naves espaciales).
Por eso cuando por
la tele retransmiten un lanzamiento sideral vemos que el artefacto arranca con
fuerza y quemando carburante.
Pasado un tiempo
observamos que la parte baja de ese cohete se desprende, y comienza a arder el
combustible de la segunda fase.
Luego esa 2ª pieza se
desprenderá continuando la 3ª. Etc.
Pues bien ese
funcionamiento es la parábola perfecta para explicar cuál debe ser la conducta
de los líderes políticos respecto a sus propias organizaciones.
Por supuesto que considero
que es tan necesario tener un líder (en vez de un simple gestor) en un grupo
político, que estimo debe ser la militancia la que lo vista de dirigente con
prestigio, si es que no lo es o no lo
parece.
Pero volvamos a la
parábola del cohete y sus fases. En verdad, en verdad os digo, que los líderes
son a cada partido como cada fase a su cohete.
Y cumplida su misión
deben desprenderse del cohete como se desprenden las fases de éste (ya quemó,
el líder, toda su energía, y ya debe desprenderse de su afán de seguir de líder).
No significa eso que
deban renunciar a seguir aportando lucha, esfuerzo y pensamiento a la
organización, pero que eso lo hagan a modo de Consejo de Ancianos (al modo
apache) por jóvenes que sean, opinando sólo en los órganos correspondientes si
discrepan de la mayoría (y a grito pelado si coinciden con la mayoría).
Usemos de ejemplo,
para entender mejor lo dicho, a Izquierda Unida (que es el grupo al que
conozco, quiero y apoyo).
Su primer líder fue
Gerardo Iglesias. Cumplió su misión (fase 1). Lo apoyé con fuerza (había que
hacer al líder más líder aún). Cuando cesó su misión su comportamiento fue excelente y
ejemplar, Para sacarlo en hombros.
Le sucedió Julio
Anguita (2ª fase). Líder por antonomasia recibió tratamiento de líder, y como
tal llevó a IU hasta alturas nunca repetidas.
Acabad su etapa, se comporta como
debe, hablando en voz alta cuando coincide con la mayoría de IU (es decir, no
distorsionando). Para descubrirse ante Julio Anguita.
Paco Frutos no se si
fue líder electo, aunque si circunstancial en las elecciones en que Anguita
sufrió un infarto y hubo de dejar paso a otro como candidato a Presidente de España.
Este compa últimamente opina en voz alta contra la actual dirección o línea mayoritaria.
Le sucede Gaspar
Llamazares, a quien apoyé hasta que me pareció que ya no carburaba más (no aportaba
carburante). Un buen líder hasta que dejó de serlo. Actualmente critica la línea
mayoritaria de Izquierda Unida (y en su defecto a Alberto Garzón).
Tras el anterior,
nuestro líder fue Cayo Lara. También le apoyé y empujé para que fuera más líder
aún (más grande aún). En el presente dedica mucho tiempo a criticar a la nueva
dirección (que lo es por decisión de la mayoría).
Nuestro actual líder
es Alberto Garzón. Lo es porque la mayoría de IU así lo quiso. Y él y su equipo
se limitan a seguir el camino que decidió la mayoría. Lo apoyo porque es
nuestro líder actual (como hice con los otros).
Y porque encima coincido con su
línea política.
Pero es elemental
que de discrepar (yo) de esa línea, procuraría cambiarla discrepando en los
órganos internos.
Pero nunca a voz en
grito porque so debilita el proyecto general.
Pues bien si un
último mono como yo considera que hay que ser prudente, no le digo a usted nada
de cómo deben comportarse los que fueron líderes (jefes), ya que sus palabras
valiendo lo mismo que (por ejemplo) las mías, parece que valen más, por eso
precisamente, porque fueron lideres respetados.
Lo siento por ellos,
ver a mis compas convirtiéndose en puntos de apoyo de quienes no quieren que triunfen los programas políticos
de izquierda, me incomoda incluso más en lo sentimental que en
lo político.
Y en todo caso lo
veo políticamente inadecuado. Los líderes como las fases de los cohetes,
cumplida su misión, deben ser sumamente prudentes en sus opiniones públicas (y
en sus acciones políticas)
Paco
Molina. Zamora. 25 de Diciembre del 2018. Dulce navidad.
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