ANALISIS
POLÍTICOS.
El político que
tiene la virtud, o la fortuna, de analizar con acierto, está, sin duda, en
ventaja respecto a aquellos que por la razón que sea yerran en sus análisis, y
para que sea palpable lo dicho indicamos dos ejemplos extremos:
1.-
Los bolcheviques, en 1917 tras analizar una serie de circunstancias concluyeron
en que era el momento de tomar el poder…. El análisis fue acertado y fueron a
favor de corriente obteniendo el éxito.
2.-
Los rebeldes del 23 de febrero, hicieron un análisis ramplón, que los llevó al
levantamiento, se encontraron con la
corriente (popular) en contra y fracasaron.
Dentro
de las circunstancias que hay que analizar hay unas de carácter constante (se
presentan siempre) que conviene tener “resueltas”, y sobre ellas vamos a dar nuestra
opinión porque la suponemos acertada (no por lo que sea, que eso depende del
número de éxitos y tortazos posteriores).
A) En
las elecciones municipales vota menos gente que en las generales, y además eso
es lo más natural según dicen todos los expertos.
¿Cuál debe ser el análisis de dichos
hechos? Pues parece obvio, que a la gente le atrae más la política en General que
la que se disfraza de apoliticismo (contra lo que pudiera parecer por los
comentarios de apoliticismo y análogos
que se suelen oír).
Y es que hay personas que gustándoles
mucho la política se reprimen (por las razones que sean), ocurriendo algo
análogo al comportamiento respecto a hablar de temas sexuales, cosa que se
suele evitar o falsificar, sin dejar por eso de ser aficionados al tema.
B) En
las últimas elecciones aumentó la abstención, repercutiendo ello en un mayor
número de votos perdidos por la izquierda respecto a los perdidos por la
derecha.
Nos parece esto una confirmación de
que la abstención perjudica la izquierda, siendo el corolario más obvio que la
abstención absoluta (dictadura) privada la izquierda del derecho al voto.
Creo
que estas dos leyes: “A la gente le gusta la política más de lo que dice”, y “cuanto
más votantes mejor para la izquierda”; deben ser aplicadas en el sentido de:
Déjarse
de hipérboles y llamar a las cosas por su nombre (la política es el bautismo de
los hechos).
Hacer
perder a la gente su vergüenza a hablar de política.
Y
sobre todo, no ocultarle al pueblo que, desde decidir el ingreso o no en la OTAN,
hasta por dónde va a ir un puente, pasando por la información sexual, son todos
temas políticos.
Paco Molina. Zamora.
Años 80 del S.XX
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