CONSOLAR LA DEMOCRACIA

CONSOLAR LA DEMOCRACIA.

El Señor Don Alfonso Guerra, tras comulgar con las ruedas de molino que ha tenido que comulgar como socialista que es, ha sufrido un vómito de una de esas ruedas y ahora quiere que lo que él no digiere se lo traguen los demás.

Porque poner como logro principal de los 1.000 días de Gobierno Socialista, la consolidación de la democracia es algo que no se puede tragar sin que tal trago toque la campana del paladar, y hasta los timbres de alarma del sentido común.

La democracia sólo estuvo, y estará amenazada, por los que tienen poder; o sea, en España, cierta derecha y cierto capital, cuyos tentáculos son los 3 célebres poderes fácticos que no se deben mencionar.

La consolidación de una democracia sólo puede venir  por la creación en el pueblo, de un entusiasmo, un cariño y una necesidad tan grande, por esa forma de gobierno y vida, que cualquier poder tema enfrentarse a ella ante el miedo a perder.

Los poderes antidemocráticos de postín, no están contra nuestra forma de gobierno por fobia, sino únicamente en cuanto esa estructura social pueda afectar a sus intereses.

Naturalmente los mil días socialistas, en cierta manera han consolidado la democracia, pues al hacer, punto por punto lo que desean los fuertes  (OTAN no referendum, economía libre para el obrero y protegida para el patrón, gastos militares en aumento, mini LODE, etc.) han hecho que los poderosos  estén,  de momento, encantados con el juguete democrático y con el juguete socialista (dos juguetes mejor que uno).

Lo lamentable es que  la frase “todos los políticos son iguales, van a su chupe particular”, indica que hay personas que están asqueadas y cada vez son más.

No se ha creado la mínima ilusión en el pueblo español para que se sienta soldado de su convivencia pacífica y democrática, de tal forma que aún está por ver qué pasaría si se pusiera en marcha el programa que en su día pidieron diez millones de adultos.

Nuestra democracia hoy únicamente está “consolada” por  mentiras piadosas; pero hasta que no se piense en la mayoría y actúe para la mayoría, no estará consolidada.

Paco Molina. Zamora 1985