Sobre Zamora 10
(agrupación de personas de prestigio empresarial para el rescate de la
provincia) he escrito hasta ahora dos artículos de opinión.
El 1º advertía de
que Zamora 10 no era el enésimo Plan de Choque para salvar esta tierra (ver
anexo 1, aunque no es imprescindible); pues tenía un nacimiento algo diferente,
y el dinero invertido (por ellos) hasta ahora, lo demuestra.
Y en el 2º
vaticinaba que, por más que no fuera esa la intención de los promotores del
Zamora 10, acabarían por presentarse (o tener que presentarse) a las Elecciones
Locales del 2019 (ver anexo 2, aunque no es necesario).
Esta última opinión
motivó un malestar entre los componentes del Zamora 10 contra mi (como me
manifestaron 2 importantes miembros con sus palabras, y un 3º, también
trascendente, con su educado pero frió trato), y ello a pesar de que en mi
escrito se insistía en que los componentes del Zamora 10 no tienen la intención
de ser cargos públicos (aunque serán los acontecimientos los que les abocará a
ello).
Pues bien, repasemos
ahora su última declaración de principios (emitida como arranque del año y
resumen del anterior)´
Los componentes del Zamora
10 vienen a mostrar su inmensa preocupación por la economía provincial (¿cómo
morirá la capital, se dice por ahí, de muerte lenta o por colapso?), a la vez
que manifiestan su absoluta decepción con las instituciones (ocupadas, claro
está, por políticos, decimos nosotros).
En consecuencia,
aunque insisten en que no van contra nadie (o sea, que van contra todos por lo
mal que lo hacen) lo cierto es que exigen un cambio de rumbo a la Diputación,
Junta y Ayuntamientos.
Pero eso sólo lo
pueden conseguir (o intentar), o bien convirtiéndose en un lobby (órgano de
presión) con capacidad de influencia, o bien presentándose a las elecciones
(para desde las instituciones poner en marcha sus propuestas).
Obviamente, aunque
no quieran, ni les apetezca, es más fácil que emprendan el 2º camino, como les
indicará la realidad de los acontecimientos: nada de torear desde la grada que el toro
está en el ruedo.
Por tanto, considero
que están abocados (término muy de nuestro mundo rural) a presentarse a las
elecciones (aunque no quieran hacerlo, ni sea su intención).
Porque no en vano
hay un refrán que dice que después de haber dicho “A” hay que decir “B”.
Que lo hagan bajo
sus propias siglas (Zamora 10) a arrimándose a Ciudadanos (marca limpia y
ascendente de los principios liberal conservadores) es lo de menos.
Porque además,
fíjense ustedes: en un mundo político donde únicamente se vende eficacia y
rendimiento, ellos tienen a quien responde al retrato robot de Alcalde incluso
en el tono de voz. ¿Quién? Les damos la solución en clave: le rotseg.
Resumiendo: Los
compas del Zamora 10, aunque no quieren hacerse políticos, como hacen política
están abocados a ser políticos (o nada).
Paco
Molina. Zamora. 15 de Enero del 2018.
ANEXO Nº 1.
“ZAMORA
10” contra la ZAMORA AGONIZANTE.
De los dos últimos
años que se tienen datos (2014 y 2015) sabemos que la capital de la provincia
perdió, en un año 500 empadronados, y en el siguiente 600.
Por lo que es fácil deducir
que en la siguiente estadística anual, nos informen de que se perdieron 700,
dado que lo que crea puestos de trabajo son las desgracias (carencias) de la
gente, y por lo tanto, a menos gente menos oportunidades para la gente.
No hace ni un mes,
la copropietaria de un establecimiento que en apariencia no le va mal, me
comenta (sobre la situación de Zamora capital, y su condición de empresaria
autónoma):
“Tengo la misma sensación que tuve cuando
decidí irme del pueblo, hace 20 años”.
Basten estos dos
datos para que se vea el caldo de cultivo que ha originado el nacimiento de la
“Plataforma Zamora 10”.
“La función crea el
órgano”, nos decían en Ciencias Naturales, y aquí la función (salvar Zamora,
salvarnos nosotros), ha creado el órgano, el Séptimo de Caballería Empresarial.
Ha aparecido en
escena pues un nuevo actor político (quien interviene, con un plan, en la
economía de un territorio está haciendo política; aunque no busque culpables,
como han dicho en su declaración de intenciones estos 200 emprendedores) lo que
puede espolear a las instituciones para que pasen del trote al galope.
Sus diez
mandamientos, como los de la Santa Madre Iglesia, se resumen en dos:
Hay que conseguir
incrementar el número de visitantes, y si de paso surge alguna industria,
bendito sea Dios.
Proponen un plazo
para certificar (evaluar) objetivos de 60 meses (que si dividimos por 12 de
cada año) dan 5.
Es pues un plan
sensato, y demasiado prudente respecto a los tiempos que propone (en 5 años la
capital ha podido bajar a 60.000 habitantes, y la provincia ni te digo).
Su punto décimo (que
siguiendo la comparación con los Diez Mandamientos, correspondería con el No
Desearás la Mujer de tu Prójimo) es también el más raro, y folletinesco; el de
crear una oficina que hiciera seguimiento e impulso del Zamora10.
¿Cobrarían los
oficinistas de esta oficina? En esa colaboración púbico-privada (que quiere
decir con dinero de unos y otros) ¿pasaría como con la defenestrada oficina de
turismo, en la que unos ponían la pasta-las instituciones- y otros la cara
(para salir en la foto)? ¿O IFEZA? ¿O SODEZA?.
Que haya un órgano
coordinador o directivo que evite la inanición de los proyectos, pues vale,
pero lo otro es un peligro.
Ya cobran los
políticos para eso.
Además, si sale todo
mal, por haber sueldos por en medio, si habría que buscar culpables. ¿Y qué
hacemos con ellos si no son cargos públicos?
Bastaría con que esa
ejecutiva o junta directiva, seleccionara ideas y se las llevaran a las
instituciones, al tiempo que impidiera que quedaran en el olvido.
Y ello de una forma
altruista. O que sus empresas les dejara, en tiempo laboral, distraer un tiempo
a esta tarea.
Atraigamos
visitantes como hacen en otras partes: conciertos de postín y tronío,
subvenciones directas o indirectas (bolsas de productos de la tierra) a
congresistas, apuestas como el ZAMORA DA. Etc.
Y al tiempo
reforcemos la marca ZAMORA con ideas.
Todo lo cual es
imprescindible, y además nunca arruina, porque si por algún motivo falta el
dinero, con parar, basta.
Por cierto, en Galicia,
la Xunta organiza u organizaba, con su dinero, súper conciertos que recorren
sus provincias, porque eso da nombre y renombre, y atraen gentes.
¿No habría que
exigirle eso, también, a la Junta de nuestros amores?
Paco
Molina. Zamora. 23 de Abril del 2017
ANEXO Nº 2.
EL
DIEZ DEL “ZAMORA 10”
En mi anterior
escrito comentando el nacimiento del “Zamora10” (“ZAMORA 10” contra la ZAMORA
AGONIZANTE) se advertía que dicha iniciativa empresarial (formada por
triunfadores en este duro mundo y en esta dura provincia) presentaba un punto
débil o sospechoso.
Y lo señalábamos: Se
trataba de la llamada Oficina de Seguimiento o Gestión (no recuerdo).
Advertíamos de que
si los promotores del “Zamora 10”, pretendían que las instituciones pusieran
dinero en esa oficina, la cosa no era de recibo por dos motivos.
Esas oficinas
público-privadas acaban siendo (según la historia) un lugar para colocar amigos
(sin control público) y además en un agujero negro (económico) para las
administraciones, porque al final la
iniciativa privada no pone su parte para cubrir el coste de la oficina.
Pero aunque no lo
parezca no es de eso de lo que se quiere hablar.
En el anterior
escrito señalábamos que el “Zamora 10” no era equiparable al Plan de Choque o
el Zamora Avanza, u otras iniciativas parecidas.
Y parece que
acertamos.
Para empezar el “Zamora
10” ya se está gastando su propio dinero (hay anuncios en los medios
informativos, videos de promoción…), han abierto o van a abrir ya la célebre
oficina de seguimiento; y ello aunque las instituciones aún no les han
respondido si van a poner la mitad del coste.
Para seguir, otra
diferencia con otros planes de Desarrollo Local Zamoranista es que en una de
las instituciones ahora hay un gobierno singular.
Nos referimos al
Ayuntamiento de Zamora, gobernado por una coalición IU-PSOE, pero, a efectos
prácticos y populares, con un Alcalde rojo (en una ciudad conservadora).
Y aquí surgen los
nuevos elementos a analizar:
Recordemos antes los
viejos: El Señor Guarido ganará (sólo o en compañía de otros) las próximas
elecciones municipales (año 2019) con mayoría absoluta; por “hacer que la
ciudad funcione” y porque no tendrá rival que le haga sombra en los demás
partidos.
Y pasemos ahora a
presentar en sociedad lo que pueden ser detalles de unos nuevos actores
políticos (ahora invisibles e incluso ignorantes de lo que querrán en su día).
“Zamora 10” es un
parto de empresarios que han triunfado.
En la vida, las
personas que triunfan suelen sufrir un empuje hacia arriba (búsqueda de nuevos
triunfos), equivalente al peso del triunfo social ya alcanzado (Principio de
Vanitas-Vanitatis).
Un ejemplo que
corrobora lo dicho es la tendencia empresarial (triunfante) a comprar todo un
periódico. Recuérdese la última época de “El Correo de Zamora” antes de ser
engullido por “La Opinión”.
Tenemos pues en
Zamora a unos empresarios que supieron hacerlo bien en lo suyo (en el decir
popular) y que ahora, preocupados por esta tierra (cuando podían pasar de ella
ya que no la necesitan) se ofrecen a trabajar por nosotros.
Es más, piden dinero
pero adelantan el suyo, en una especie de juego de cartas, en que le dicen a
las instituciones ¡¡“Arrastro”!!.
Y a partir de ahora
empiezan a pasar los meses. Ante ello, o se colabora con el proyecto o no.
Pero tanto en un
caso como en otro, puede surgir entre ellos (los triunfadores) o sus alfiles
(hombres de confianza), un portavoz, o cabeza visible o voz cantante, que se
vaya haciendo conocido poco a poco (o de golpe por algún acontecimiento).
Entonces, quienes
habían resuelto su problema (triunfar) y han querido resolver los de la
provincia y ciudad (que se mueren día a día) pueden tener la tentación (o
vanidad) de querer gobernara la capital.
Y si les llega esa
tentación, para entonces ya tendrán un caché (o el “Zamora 10” va, o si no va
la culpa será (¿) de las instituciones).
También tendrán
prestigio (gestionar una Administración es como gestionar una empresa y estos,
ya lo han demostrado de sobra, dice el sentir popular).
En resumen, lo que
venimos a decir es que el “Zamora 10” no sólo
es un acontecimiento social, sino que queriendo o no, es algo que se ha
convertido en un nuevo sujeto político que puede dar guerra y cambiar el mapa
político local.
¿Se imaginan
candidaturas de independientes con el nombrecito de marras? Ojo.
Paco
Molina. Zamora 3 de Julio del 2017
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