jueves, 12 de abril de 2018

ESPAÑA: NO DEBE HABER REYES EMÉRITOS.


ESPAÑA: NO DEBE HABER REYES EMÉRITOS.

A raíz de la rebelión (más o menos consciente) de la Reina Consorte (Doña Leticia) contra la Familia Real de Toda La Vida (en la que ella puede sentirse la plebeya, ya que no deja de ser una incrustación  anómala en una estructura que se las da de ser de sangre azul con denominación de origen) me he interesado por ver de qué va esto de la Corona (porque puede acabar en corona de espinas).

Es verdad que al ser republicano pudiera estar condicionado previamente en el análisis, pero prometo ser lo más ecuánime posible, y si no, ustedes juzguen.

Una de las razones de los republicanos para serlo es porque ven la Monarquía como una institución arcaica, de otros tiempos, pasada de moda, medieval (Obsérvese que no hemos dicho “antidemocrática” o “ademocrática”).

Pues bien, si consultamos la Constitución Española de 1978 (la vigente y tan querida por los conservadores de ideología o de espíritu) y buscamos en ella cómo se enfoca el tema de la Monarquía, se observa que estamos ante un asunto antediluviano (de antes el Diluvio Universal, aquel que limpio todos los males que había sobre la Tierra, como Sodoma, Gomorra, etc.).

Es el Título II de dicha Constitución, el que trata el asunto con 10 artículos; artículos que pretenden atar todos los cabos sueltos (que son muchos) de un disparate basado en “la herencia con preferencia” para encontrar al monarca dentro de su Familia Real.

Basta con la lectura (a la que invito) de todo ese entramado leguleyo para comprobar el disparate que supone sostener lo insostenible.

Pero por si no les  apetece tal esfuerzo, voy a compartir con ustedes la joya (de la Corona) de ese articulado: Resulta que el Rey y las Cortes (al unísono) pueden prohibirle al heredero del trono casarse con quien le de la gana.

(Y eso que vivimos en el mundo libre, y que el matrimonio se basa en el amor, en la tarea reproductiva y más lindezas).

Pero, no era de nada de todo esto sobre lo que debemos meditar, que allá los monárquicos con su juego de cromos (no de tronos).

De lo que sí cabe hablar, porque nos afecta a todos, es de la figura protocolaria llamada: “Reyes Eméritos”.

Porque en la Constitución Española de 1978 (la que dicen que debemos respetar y defender) no se habla para nada de la existencia de Reyes Eméritos.

De lo que se deduce que en España, parece que a la parte republicana del pueblo le han dicho los Poderes Fácticos, “no quieres lentejas monárquicas, pues toma 4 tazas”.

Como la palabra que está de moda es “oximorón”, digamos que lo de Reyes Eméritos es un oximorón, pues el término “emérito” tiene algo que ver con un premio o título, al que se llega más por mérito que por otra cosa.

Pongamos por caso para que se entienda, el título de catedrático emérito, que se le otorga a quienes habiendo tenido el mérito de ser catedráticos, lo han refrendado con su docencia de manera destacada, hasta el punto de ser “premiados” por sus méritos para seguir siendo catedráticos aunque se hayan jubilado a efectos legales.

Pues bien, un Rey, que nunca lo es por méritos propios, y si porque le tocó la lotería de los espermatozoides (el primogénito en el mejor de los casos), no aparece ante la sociedad con ningún mérito que luego pueda revalidar.

Además, otorgar el título no Constitucional de Rey Emérito (o reina Emérita consorte) es algo que nace viciado de nacimiento, porque ¿Quién es el guapo, o guapa, que se atreve a oponerse al nombramiento de Emérito para un Rey que abdicó, por frivolidad o porque lo hizo mal y ya era un lastre?

Pero hay más, un Rey que lo fue y no lo es, debe asimilarlo cuanto antes, y sin embargo siendo tratado como Rey (aunque sea Emérito) no se favorece tal tránsito, por lo que puede llegar a haber dos (o 4) focos de Poder dentro de la Familia Real, con todos los conflictos que eso puede generar (y que en  el caso de España parecen estar surgiendo).

Y hay más. Ya dijimos que en nuestra Constitución no se habla de que haya Reyes Eméritos, pero si dice cómo se cobra en la Familia Real.

Dice claramente uno de nuestros amados artículos sobre la Corona, que el Rey recibirá cada año una asignación (dinero en metálico) para el mantenimiento de la Familia Real, y que será el Rey quien distribuya ese dinero a su gusto.

Por tanto cuando nos dicen, con pretendida transparencia, lo que cobra el Rey por ser Rey, la Reina por ser la Consorte y los Reyes Eméritos por serlo, debe quedar caro que no cobran (ninguno de ellos) por esos títulos y si simplemente porque le da la gana al Rey.

Es decir, tener Reyes Eméritos es además una forma de engañar al pueblo monárquico español, que cree que lo que cobran el Rey Emèrito (algo más 190.000 € anuales), la Reina Consorte  Emérita (algo más de 106.000 € anuales), y la Reina Consorte (algo más de 130.000 € anuales) lo cobran por “ser lo que son”, cuando sin embargo lo cobran por “ser quiénes son”, y porque así lo quiere el Rey en ejercicio (que por cierto cobró, por decisión de él, en el 2017, algo más de 236.000 € anuales).

Resumiendo, puesto que nuestra Constitución vigente no habla de Reyes Eméritos, no deben existir, porque sólo van a crear problemas a la Familia Real (trasciendan o no) y en consecuencia a todo el país mientras la Monarquía sea la máxima institución del Estado.

Paco Molina. Zamora. 12 de Abril del 2018



2 comentarios:

  1. El País Dels Pirineus12 de abril de 2018, 10:44

    Tienes que reconocer, Paco, que en esta ocasión te has ido, por los cerros aquellos, en la argumentación y te has dejado el condicionante principal: Que todavía no se ha inventado la Guillotina Emérita.

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