HABLEMOS
DE PUTAS.
Tremendo asunto éste,
en el que, en lo que sigue, se va a nadar a contracorriente, en la idea de
que el flotador de la razón nos puede
salvar o ayudar a tragar poca agua.
Salvo mejor
explicación, la mujer pasó a ser objeto (mujer objeto) cuando el macho de la
especie humana la convierte (por la fuerza y a la fuerza) en propiedad privada.
La utilidad
para cada macho en tener una mujer de su
propiedad (esposa) es que así tendría alguien que le daría placer sexual, hijos
y le cuidaría.
Tres servicios
fenomenales para el hombre, y una sola justificación verdadera: que para la
tribu era bueno tener niños (que evitaran la despoblación).
A cambio el esposo
cuidaría, alimentaria y protegería a su mujer
Establecido que cada
mujer seria de un hombre (esposa de un hombre), es decir establecida la regla
básica de machismo; hubo que ver qué se hacía con las hembras que no fueran de
ningún macho.
Y se decidió que
fueran de todos en lo que se refiere a uno de los servicios que el macho veía
que podría dar la reciente privatización de la mujer, el del placer sexual.
Nace así la
prostitución. Mujeres que a cambio de recibir ayudas pequeñas de cada hombre
(“cliente”) pueden ir subsistiendo a cambio de, por no ser de nadie, ser de
todos.
Convertida la mujer
en objeto, en la primera propiedad que tuvo el hombre, solo les queda a éstas
la posibilidad de ser, o de uno o de todos, esposas o putas.
Así llegamos a
nuestros días, en que ser esposa no está mal visto (incluso se celebran los
matrimonios) y se condena con saña la prostitución, a pesar de ser ambas
condiciones para la mujer, de origen machista
y por tanto denigrantes las dos
para ellas.
Sin duda la
santificación del matrimonio se ha producido precisamente porque las religiones
(inventos del machismo) han cantado las excelencias de la célula familiar
conocida (y obviamente muy apreciada en la actualidad).
Tener hijos en el
matrimonio es lo normal (y produce gran satisfacción en el padre al saberse el
padre); cuidar al marido es lo correcto que para eso él también cuida a la
mujer, y respecto a la ración de sexo que ella debe dar a su hombre, como es
bendecida por la Fe, no es sexo sucio.
Consolidado el
matrimonio como algo “natural” (hijo de la naturaleza), que incluso va
mejorando en la medida en que el macho hace las tareas del hogar; sin embargo
la prostitución (el mundo de las putas) es perseguido con mayor saña que nunca.
Y debemos
preguntarnos por qué:
Y así se oye que la
prostitución es la manifestación más degradante y ofensiva del machismo (el
machismo en estado puro); cuestión indiscutible por lo que se ha comentado
hasta ahora.
Pero ¿por qué si la
otra condición a la que condujo a la mujer la ideología machista (“el ser señora
de”) se ha ido retocando, transformando y mejorando dándole derechos a la mujer
(incluso el deber del debito conyugal ya no es un deber para ellas, por
ejemplo) no se ha hecho eso con la prostitución???
Posiblemente las
razones sean dos (o tres):
Una, que las putas
siempre tuvieron clientes, también, entre los felizmente casados.
Dos, que el fenómeno
existe desde que existe el matrimonio y como el matrimonio, existe en todas
las partes del planeta Tierra.
Y la tercera, y tal
vez más trascendente: Que la mercancía que se vende es el sucio sexo.
En nuestra cultura el
sexo es algo tan sucio, obsceno y degradante, que hasta las redes sociales (por
no hablar de las religiones y los gobiernos) prohíben los simples y estáticos
desnudos.
¿El sexo es lo más humillante
y sucio a lo que se puede dedicar un ser humano para poder vivir (conseguir
dinero)?
Como ahora ya hay
prostitutos, aunque en menor medida, no pensemos solo en mujeres.
Imaginemos
ahora que una persona se siente capaz de
darle placer sexual a otra, a cambio de dinero (u otra compensación).
¿Por qué es esa tarea
más degradante que tener por ejemplo que limpiarle los excrementos, o las
vomitonas, o los fluidos corporales, o abrirle en canal en una operación, a
otra persona?
Muy sencillo, es más
degradante (en nuestra mente) porque hay por medio placer sexual (orgasmos y
semen). Y eso es muy malo y pecaminoso según dicen las leyes (machistas).
Entonces, en lo que
se refiere a la prostitución voluntaria, no debería estar prohibida, ni en
quien la ejerce, ni en quien la solicita pagando (el cliente o la cliente).
Y afrontemos ahora
el asunto de la prostitución forzada, y las mafias de la trata de personas
(antes trata de blancas).
Ante esto, para que
el análisis sea correcto, debemos recordar que sólo hay mafias donde hay
prohibición.
Mafias de la droga
porque la droga está prohibida. Mafias de la emigración, porque la migración
está prohibida. Mafias de la venta de armas de guerra porque su venta está
prohibida. Mafias de la trata de personas porque la prostitución está
prohibida.
Legalizando lo
prohibido, suele desaparecer la mafia correspondiente (sirva de ejemplo lo
ocurrido en EEUU cuando se abolió la Ley Seca, la prohibición del alcohol).
Por tanto la
legalización o regularización de la prostitución voluntaria, no parece ningún
disparate.
Salvo como dijimos,
porque tiene que ver con el sucio sexo (suciedad que inventó la cultura
machista para justificar su derecho de agresión a la propia esposa, si se iba
con otro).
Insistimos en esto
porque tal vez sea la pieza clave para entender la virulencia con que se expresa
la mayoría de la gente sobre la cuestión (lo mismo que esa mayoría deplora el
sexo como cosa pecaminosa si llega a extremos pornográficos aunque sea
voluntariamente)).
Y preguntémonos
ahora sobre por qué vemos como la peor de las esclavitudes habidas y por haber,
que una mujer sea obligada contra su voluntad a prostituirse (dar placer
sexual), y no tanto el que un científico
sea secuestrado y obligado a trabajar fabricando bombas para otros, o los niños
convertidos en soldados, o los niños explotados en minas de diamantes y oro
porque caben mejor en las galerías de
esas minas, o los secuestrados y obligados a la delación o invitados a la
delación en la Base Militar de EEUU en Guantánamo???
Porque en un caso
está en juego el sexo, con lo que tiene de tabú en el mundo machista
capitalista en el que vivimos, y los otros casos los vemos como una serie de esclavitudes soportables o justificables por
razones económicas o de seguridad
nacional (al parecer).
Resumiendo: La mala
prensa de la prostitución (incluso si fuera permitida y voluntaria) tiene que
ver con que lo que se ventila es el maldito placer sexual.
PD. ¿Sabía usted que
ya hay Estados (Países) donde existe la figura de la trabajadora o trabajador
sexual, o como mejor se llamen, para atender la necesidad de placer procedente
del sexo, de quienes por sus condiciones
físicas o mentales, no están en condiciones de obtenerlo en el libre mercado de
la conquista romántica?
Paco
Molina. Zamora 12 de Septiembre del 2018.
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