ZAMORA. EL MERCADILLO A LA AVENIDA DE LA FERIA.
En casi todas las
capitales o ciudades grandes, el mercadillo semanal (esa conjunción de
vendedores semiambulantes que ofrecen sus productos a buen precio) se celebra
en el centro de las mismas.
Es más, con ocasión
de un viaje con el Club de los 60 (Por cierto idea sólo desarrollada en la
Comunidad de Castilla y León) llegando a una importante ciudad de Bélgica, que
no recuerdo, con abundancia de edificios artísticos, y aún en el bus, la guía dijo:
“Encima hoy tenemos la suerte de que hay mercadillo”.
Es decir el
mercadillo se ve como algo bueno y no negativo.
Aquel mercadillo era
un “Centro Comercial al Aire Libre”: Con innumerables puestos como los del
mercadillo de Zamora, a los que había que sumar otros que vendían un mayor número
de mercancías, uniendo a todo ello verdaderos autocaravanas y containers que ofrecían
comidas condimentadas.
Como ven cosas que
de estar en el mercadillo de Zamora llevarían al infarto a un buen número de empresarios
locales.
Pero es que además
el amplísimo mercadillo estaba en la mismísima fachada de la Catedral y
alrededores de la zona vieja y noble.
Dicho esto voy a
defender la tesis de que el mercadillo en Zamora se instale en la acera del inmenso
trozo de muralla que está quedando libre de edificios en la Avenida de la
Feria.
Sus ventajas son innegables
para los vendedores y clientes potenciales del mercadillo porque está, en ese
lugar, cuasi céntrico del todo..
Además no es motivo
de molestias para los vecinos de la zona
ya que estos están bastante alejados por estar lejos la acera de
enfrente.
Aunque tal vez
hubiera que cerrar un carril al tráfico en dicha Avenida en la mañana de los
martes, la proximidad del parking de San Martín (tan barato) sería el comodín
ideal para clientes y feriantes.
A su vez la acera de
la que hablamos (la del lado de la recién liberada muralla) debería ampliarse reduciendo
el jardín ante las piedras históricas ahora visibles, al mínimo aconsejable.
Con el fin no sólo de facilitar la instalación del mercadillo y la seguridad de
la gente, sino también con la idea de celebrar allí, teniendo como fondo la muralla
de Zamora (que hay que potenciar), conciertos, verbenas o acontecimientos de
aire libre.
Como ese lugar es más
céntrico que el actual (encima de la Estación de Trenes) conviene convencer al
sector del comercio y de hostelería de que esa ubicación es un beneficio también
para ellos.
Hoy día está
demostrado que donde hay gente hay negocio aunque haya competencia.
Es más esa es la
razón de ser del gran negocio de los Centros Comerciales:
Como en ellos hay
todo tipo de establecimientos y son confortables, acude mucha gente. Y como
hay muchos clientes potenciales todos los negocios quieren instalarse en ellos,
y al dueño de una zapatería (por ejemplo) no se le ocurre dejar de instalarse
en un centro comercial si va a tener otra zapatería a su lado. Más bien al
contrario.
Esta idea (donde hay gente hay un potencial cliente, y donde no la hay, aunque estés tu sólo como
comerciante, estás perdido) ha sido ratificada por el éxito de las calles peatonales.
La falta de coches anima a la gente a pasear por ellas (la zona se hace
concurrida) y por tanto aumenta la posibilidad de que un paseante se convierta
en cliente.
Si no están convencidos
pregunten a los comerciantes que tienen sus negocios cerca de El Corte Inglés
de Valladolid (el del Paseo Zorrilla); temblaron cuando el gigante comercial se
puso a su lado, “nos zampará crudos” (pensaron), y sin embargo ahora están felices.
El gran Almacén de Prestigio atrae gente a la zona y ha multiplicado el
potencial de tener clientes para todos.
Pues bien, con el Mercadillo
de los Martes en la Avenida de la Feria la gente bajaría hacia él por la Calle
del Riego, por el Arco de Doña Urraca, por la Avenida de Galicia, por el Casco
Histórico etc. y luego todos eso ciudadanos quedarían cerca y desperdigados por
el centro.
La idea de alejar el
Mercadillo del centro para que la gente no gaste en él y lo haga después en “mi negocio”. es peor que la de tratar de acercar
personas cerca de mí comercio un día comercialmente muerto (como son las mañanas
del martes).
Porque no hay que
olvidar que el mercadillo tiene una serie de clientes fijos se ponga donde se ponga, luego es mejor traerlos
cerca que tenerlos lejos, porque el que por lejanía no vaya, no va a decir: “pues
como está lejos no voy y me compro algo más caro en la zona céntrica”.
El mercadillo de los
martes en Zamora lleva alejado del centro de la ciudad un montón de años, y sin
embargo en la zona céntrica no paran de cerrarse negocios. ¿No será porque no
hay gente?.
El año que viene (el
2019) habrá elecciones municipales. Pues bien los partidos políticos deberían
definir su postura, al menos, sobre dónde pondrían el Museo de Baltasar Lobo (¿en
el palacio Antiguo de la Diputación o no); y el Mercadillo (¿en la Avenida de
la Feria junto a las murallas o no?)
Hay que elegir.
Paco
Molina. Zamora. 15 de Septiembre del 12018
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