EL COÑO INSUMISO Y LA INSUMISIÓN DE LOS COÑOS.

 

 

EL COÑO INSUMISO Y LA INSUMISIÓN DE LOS COÑOS.

Un grupo de mujeres hicieron una parodia de procesión en que el paso llevaba encima un chocho de buen tamaño, al cual, se supone, pretendían que se adorara como alternativa a lo que prohíben las procesiones de las religiones oficiales.

Tal coño lo llamaron el coño insumiso, o el coño rebelde (o el coño que está hasta el coño, decimos nosotros).

Ante tamaña audacia una llamada asociación de Abogados Cristianos denunció todo lo que pudo y consiguió que se le pusiera una multa a una presunta promotora.

Analicemos la cuestión sin pelos en la boca.

1.- Una denuncia basada en que un particular se siente  ofendido en sus creencias o herido en sus sentimientos religiosos (o de cualquier otro tipo), nunca debería prosperar porque no se puede demostrar que nadie esté realmente dolido tal y como dice, como tampoco se puede demostrar que el grado de cabreo merezca la pena ser atendido.

¿Quién garantiza que un colectivo como el citado realmente sufrió mucho o poco?. Nadie. Además, que los colectivos ni sufren, ni padecen, si acaso los individuos, pero, digan lo que digan, no mucho más que cuando pierde su equipo favorito.

2.- La cultura del pensamiento único, o sea la de la clase política dominante, la rica, ha puesto en circulación una expresión que ya todos hacemos nuestra siendo más falsa que el sufrimiento de los abogados citados.

Tal frasecita es esa de que “hay que respetar las ideas  de los demás”. Ni hablar. Lo que hay que respetar es a las personas, tengan las ideas que tengan, pero no sus ideas.

Es decir, a un nazi no hay que hacerle daño (por ser persona), pero no hay por qué respetar sus ideas, porque esas ideas, llevadas  a la práctica, si pueden hacernos daño.

Además combatir las ideas  dañinas (no a las personas), ha sido necesario para el progreso y bienestar de la humanidad. Imaginen que a estas alturas aún ofreciéramos sacrificios humanos para que no llueva y no se nos estropeen las vacaciones.

3.- El combatir las ideas ha sido pues el pan nuestro de cada día en la Historia de la Humanidad. Ocurriendo que la tolerancia hace que actualmente no se combatan nada más que las ideas y no a sus portadores.

Porque antes, cuando estábamos por civilizar, se combatían las ideas por el método de “muerto el perro se acabó la rabia”.  (Un poco lo que aún pretenden algunos, buscando que sean condenados los que tienen unas ideas que no les gustan).

4.- Llegados aquí, algunos dirán, “Bueno si, pero que se combatan las ideas con respeto y educación, porque eso de sacar un coño que parecía una virgen, y usar el formato de procesión católica, no está bien”.

Incorrecto. Las ideas, en cuanto que no son personas, se pueden combatir como venga en gana. De hecho para tratar de enterrar a algunas ideas (o ideologías) se usa el bulo como arma de destrucción masiva, y nadie dice nada, ni va  a los juzgados.

5.- En esa línea de protesta, un grupo de mujeres cayó en la cuenta de que  realmente el perfil de un coño coincide con el perfil de las imágenes que en las pinturas tienen muchas vírgenes (imágenes que representan, por culpa de los artistas, que eran hombres, a la virgen en la religión cristiana).

Pero si tenemos en cuenta que el coño es anterior a la definición de Virgen (que se produjo 900 años después de nacer Cristo, en no se qué concilio) digamos que dicho perfil no podía estar patentado

Claro que se puede objetar que el hecho de sacar ese chumino en procesión era una provocación excesiva dirigida contra determinada religión. Y eso es verdad.

6.- Pero es que el desplante, la reivindicación, el acto de denuncia, fue, lógicamente,  contra la religión que en esta parte del globo terrestre, se ha convertido en el brazo místico (y en casos armado) de la represión sexual contra las mujeres (recuérdese la inquisición o la guerra civil española).

Represión muy superior a la que existe contra el hombre, que aunque igualmente reprimido, siempre ha tenido el escape que le permite el vivir en una sociedad machista.

Porque no se negará que el machismo se creó (no existía) usando como baluarte fundamental las religiones, predicadoras de normas contra la sexualidad (todas ellas machistas a más no poder).

Para darse cuenta de lo cual no hace falta mayor esfuerzo. Podemos decir, sin temor a errar, que todas las mujeres asesinadas por sus parejas  fueron previamente acusadas por sus asesinos de putas.

En el caso de la religión Católica, la represión por lo bajo contra las mujeres, se percibe en  la exaltación de la Virgen, cuya principal virtud como madre del hijo de dios, es la pureza. Hasta el punto de que según el mito, dios creo a esa madre de manera tal que pudiera tener un hijo pero siguiera siendo virgen.

Es decir a las mujeres se les hace creer que deben ser puras para ser buenas. De manera tal que en la escala que va de pura a puta, según estén más cerca de un término u otro, así serán. Cosa que en absoluto ocurre con los hombres.

A lo que hay que añadir que la religión católica tiene un Estado, el Vaticano, de un machismo supino, pues en él las mujeres no pueden pasar de ser madres superioras (superioras de otras mujeres, pero nunca de un hombre), mensaje cuyas franquicias  en otros países reproduce el Vaticano con el tema de los obispos (las mujeres no pueden ser ni papas, ni obispos, ni confesar, y eso que las monjas son vírgenes).    

7.- Por lo tanto, que los chuminos, los coños, las vulvas, los chochos se rebelen, es lógico. Y que se rebelen señalando al opresor un derecho.

Cualquiera puede tener la fe que quiera (que casualmente coincide con la de quienes están cerca) pero como esa es una “idea”, no puede pretender que no se la rebatan, choteen, o lo que sea, lo mismo que nos ocurre a los demás con nuestras ideas.

8.- También cabe decir que denuncias como la de los Cristianos Abogados, no son porque sientan dolor en el alma (amarás al prójimo como a ti mismo, dijo su dios, al que no hacen caso a sabiendas y no les duele).

Esas denuncias y otras, se hacen en defensa de intereses políticos, pues las estructuras sociales, todas, se unifican, basan y persisten, en la medida en que  se respetan y no se desmoronan los mitos que las fraguaron.

9.- Vivan los coños insumisos y su rebeldía.

Paco Molina. Zamora. 6 de Diciembre del 2020