Para recuperar la confianza del pueblo (conjunto social sin
poder en los órganos de decisión) hay que unir a todo lo que la gente aprecia
de los regímenes socialistas (trabajo para todos, educación para todos, sanidad
para todos, etc.) la garantía de que se podrá vivir ya en un régimen de
libertad, sin necesidad de pasar por un purgatorio intermedio antes de poder
utilizar las ventajas materiales ya adquiridas para lograr la felicidad o su
espejismo.
Estamos en una sociedad democrática y tanto ha jugado el
poder económico a la democracia que difícilmente podría poner a su lado a la
población ante un revolución de hecho que acabara con el paro y resucitar la
letra muerta de nuestra Constitución en cuanto a lo que se refiere a los
derechos sociales de los españoles.
No obstante, si tras unas elecciones democráticas con un
programa como el aquí indicado, la derecha no respetara la voluntad popular, al
menos ya se sabría una cosa, que no son demócratas, salvo cuando el pueblo es
un soberano a su servicio (al de la derecha).
Para Lenin sólo existía Estado en aquellas sociedades en que
una clase social domina (dicta las normas) a las otras.
Las democracias, con serlo, también son o están en un
Estado, y están en estados fundamentalmente capitalistas, es decir, en países
donde los poderosos siguen siendo los que tienen el capital, lo que les da
poderes de todo tipo.
Luego el concepto de DICTADURA DEL PROLETARIADO -en cuanto premisa teórica- es compatible con
la democracia, en cuanto que sólo se referiría a estados donde la clase que
dictara (dictadura) las reglas del juego definitivas (no las de los juegos
florales) fuera la del conjunto de personas que para vivir necesitan vender su
fuerza de trabajo.
Dicho más claramente, lo mismo que ahora vivimos una
democracia donde somos libres mientras miramos de reojo a los poderes fácticos
(la frase “consolidar la democracia” traducida al castellano significa “no
despertemos a la fiera”) (Por cierto que hoy la democracia ya está consolidada
y nos consta, porque consta que se está haciendo todo lo que le gusta a la
fiera o a las fieras, a las que no habría que despertar con impertinencias).
Bueno pues como íbamos diciendo, lo mismo que ahora se vive en una democracia en
que los poderes fácticos sirven a la derecha, la dictadura del proletariado no significaría
necesariamente la supresión de libertades, ni la supresión de la democracia, pero
si significaría que los poderes fácticos serían de izquierdas.
Aunque lo mejor es que no haya poderes fácticos, (aquellos que
son poderes reales, frente a los institucionales, que son de cartón- piedra), y
por tanto el alegrecomunismo ha de luchar por ello, porque el poder político sea
el popular y el único, y en lo demás libertad, salvo en lo económico donde toda
la economía (mixta) estaría supeditada al bien general.
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