domingo, 2 de febrero de 2014

Recordando a "Cepa y Sarmiento"


                                         ADIOS CEPAS Y SARMIENTOS

-Y esa cara Peromato?. Que estamos en fiestas pardiez, tráele al rostro más sonrisa.

-Tienes razón Gobierna, tienes razón; pero ando con un sabor agridulce porque acabó el 2008 y con Él la posibilidad de volver a oír a “Cepa y Sarmiento”.

-El grupo ese de Manolo Sadía el de Moraleja y sus boys, sus hijos, grupo zamorano de pura cepa.

-Si, ese del “Lava, lava, tiende, tiende” ese que se convirtió en sarmiento del folk tradicional de la tierra.

-Pues si, que si el sarmiento es vástago de la vid, mejor vástago lo eran los de “Cepa y Sarmientos”  de la música que siempre cantaron los pueblos y los de los pueblos, para alegrar el alma y para mostrar su alegría.

-Yo los conocía como los del folk duro.

-¿El folk o el rock duro? ¿No tendrás un cacao con el grupo beat que formaron algunos de sus hijos o todos, y que esos si tocaban música de discoteca?

-No, no; no me equivoco. Hablo de “folk duro” por una asimilación con le rock duro. Ellos crearon escuela

-Explícate amigo, que con las resacas de días tan señalados no estoy lúcido.

-El rock duro es un rock con aguardiente ¿no? Pues así veía yo a los de Cepa y Sarmiento.

-Ah; te refieres a que tenían una música que convertía al “Tio Babú” en Elvis Presley y al “Bolero de Algodre” en el rap de los triangulo por eso de que lo bailan dos chicas y un chico.

-Exacto. Cogían las canciones un poco anquilosadas por los años y las resucitaban delante de la Plaza Mayor de nuestros pueblos e incluso de la Mayor mayor de la capital.

-Me gusta esa forma de contar que tienes de lo que nos pasaba al oírlos. Es verdad. Tú estabas en unas fiestas de San Pedro por ejemplo y fuera antes el grupo que fuera y después el que le diera la gana, que cuando le tocaba tocar a “Cepa y Sarmientos” nos tocaba la fibra del baile informal y el ritmo bestial, y te animaba el cuerpo y te animaban el alma.

- Verdad dices, que hay música que tal y como se interpreta o se hacen los arreglos, aunque cante algo triste te sabe a gloria.

-Bueno es que el cantar las penas sana al penado; y enseña a no penar tanto a los del auditorium de oídos si alguna vez las tienen.

-¿Y como te has enterado?

-Pues ami me lo dijo el propio Sadía padre.

-Un músico de padre y muy señor mío .

-Si, un padre por partida doble, un padrazo de sus hijos y de ese grupo al tiempo, que aunque tomó él la decisión anda como alma en pena sin saber si resistirá la melancolía del paso dado.

-Eso te dijo.

-No, pero se le notaba. El comenta que llegó el momento y el momento llegó. Pero no siempre cuando haces lo que debes hacer salvas el achuchón de nostalgia que te puede producir tal sensación.

-Pues no se si ya no están ni para tocar la flauta tras la decisión tomada pero me parece a mi que ·”Cepa y Sarmientos” bien merece un concierto de despedida, un acto en el que ellos convoquen a sus fans y a todos quienes creían que siempre los iban a tener ahí, a la vuelta de la esquina de la fiesta del pueblo, a un musical homenaje dado por ellos y que acabaran con un “Llora, llora, tiende, tiende, que la buena música el pueblo la entiende”.

-Y tanto, y sabes lo que te digo que su marcha hay que cantarla: “Adiós ríos, adiós fuentes, adiós regatos pequeños, adiós lo que ven mis ojos no se cuando nos veremos. Adiós cepas y sarmientos, adiós que buenos momentos….”

FRANCISCO MOLINA

 

 

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