ACTO
DE AUTO EXALTACIÓN
No se puede decir
que no se hubiera advertido: el asunto del ex-cuartel sigue coleando (es como
una espinita que se le ha clavado en el corazón a la retaguardia de Defensa).
Y lo que te rondaré,
morena.
El próximo episodio
se va a producir el martes, 4.
Resulta que cuando
miles de zamoranos irrumpieron en las instalaciones dejadas de la mano de Dios
(y de Serra), o sea, abandonadas, el Gobierno Militar debió presentar por lo
visto una denuncia que se ha traducido (de momento y que se sepa) en que el
alcalde tiene que ir a declarar el día citado.
Esto ha producido
indignación entre el colectivo cívico para la recuperación del ex-cuartel (la
Coordinadora), porque protagonistas vivos de la historia piensan que “el llamado
a declarar” no era —por hechos— el primer actor de la estancia/denuncia entre
aquellas garitas, salas de armas y batallones de segunda.
Siempre se trató de
subrayar que allí quién se jugaba los cuartos era el pueblo de Zamora.
Si a esta indignación
(celos políticos) se une que no hay derecho a que solo vaya a pasar a la
posteridad un nombre (y encima tan controvertido) como el acusado, cuando por
contra la lucha para recuperar el uso de lo propio es bella, necesaria, democrática,
correcta y civilizada; nos encontramos (y explicamos) con que las gentes
quieren ser “señaladas con el dedo” que diga “usted estuvo allí”; para responder
“si, allí estuve”, y así poder sentir el orgullo, el placer y la satisfacción
de dejar clara la limpieza del alma (política), el valor del cuerpo (ciudadano)
y la energía del empuje (quo no ha cesado).
Porque esa es otra
siendo la misma. En la medida en que Defensa ordena la denuncia y ataca, pues
claro, solo en la respuesta a esa jugada del miedo (se busca asustar) va a estar la medida de cómo
están los ánimos.
Se ha convertido así
el acto de auto exaltación del martes en un contraataque, en el que Zamora no
tiene nada que perder (la razón está del lado de los ocupantes, pues el lugar
estaba desde atrás sin uso, ni destino —siendo bien público— y desde siempre en
el Registro de la Propiedad de la ciudad, a nombre de su Ayuntamiento).
Si entonces al
Juzgado se presentan a auto ensalzarse (auto inculparse dirían los otros) un número
relevante de personas (se ha invitado a que así sea a todos los ciudadanos que
gritaron dignidad), el Ministerio de las Misiones de Paz va a tener muy crudo
explicar qué obstinación le lleva a, con su tozudez/tacaña, causar grave perjuicio
concreto a 1.500 familias que tendrán que estar sufriendo horarios compartidos
(de sus hijos) en un solo centro (sobrando en la ciudad todo lo que fue un
cuartel desde hace más de dos años); también tendrán que explicar cómo un
Gobierno pide por un lado (Defensa) el dinero que derrocha en otro (MEC), pues
se da el caso de que Educación tiene destinados cuatrocientos millones para la
construcción de una escuela universitaria de Obras Públicas, a los que hay que
añadir la cesión de terrenos del propio MEC, lo cual llevaría al demencial
punto de que se hiciera algo, pudiendo por mitad de precio utilizar unas magníficas
instalaciones que más pronto o más tarde van a seguir la vía lógica.
Así que la
contraofensiva puede comenzar mañana, un pueblo, el zamorano, con las armas de la
solidaridad (procesos a ninguno o a todos), la determinación (no se rinde nadie)
y el orgullo (sin nada de qué avergonzarse y menos legalmente), puede dar mas
quebraderos de cabeza al Gobierno de lo que valen setecientos millones de
pesetas.
Y total ¿para qué?,
si juegue la pieza que juegue es mate en dos.
Última hora: Se
sospecha que Defensa usa contra Zamora armas químicas desconocidas, que hacen a
la vez reír y lloran
FRANCISCO
MOLINA MARTINEZ. El Norte de Castilla. 3 de Septiembre de 1990
No hay comentarios:
Publicar un comentario