LA
SEGUNDA BALA
A una persona
corriente, Miguel Ángel Blanco Garrido, le han asesinado con dos tiros en la cabeza.
Le han asesinado, matado,
destrozado unos individuos que dicen estar luchando por romper el orden que existe,
para lograr otro mejor.
Esos que han matado tanto
y a tantos, de todas las edades, de todas las clases, ahora han matado con un
ritual de crueldad tal que han demostrado de golpe que son peores que las bestias.
Las bestias solo
matan a sus iguales en defensa propia.
Pero han demostrado
también que son cobardes, que son retrógrados, que en su mente solo hay basura.
A su víctima se la
llevaron, le dieron un plazo, la ataron y, así, atada sentada en el suelo del
monte, separado de los suyos, le metieron dos tiros en la cabeza.
Esos asesinos, extraordinariamente
entrenados para matar y en el arte de matar, dispararon !dos veces!.
Lo hicieron porque
son lo más nefasto del orden existente.
Solo seres cuya
mente es basura pueden dar la orden matar ¡para conseguir que las familias de
los presos etarras gasten menos dinero en desplazamientos y tengan menos molestias!.
Si los que empezaron
matando contra la dictadura, o por algo mas torpe como el nacionalismo
exacerbado, ahora matan por cuestión tan material, es que están poseídos por el
sistema que combaten en mayor medida que la propia sociedad.
El argumento secreto
de que ETA necesita a los presos agrupados para que no se atrevan a descolgarse
de la organización, habla aun mas claro de su basura mental, nos habla de su
cobardía.
Porque la valentía no
es enfrentarse a los otros cuando te obligan a ello.
Es atreverse a plantar
cara a lo tuyos cuando estos se equivocan.
Los que ejecutaron
la orden de matar a Miguel son cobardes que no se atrevieron a decirle a sus
jefes, ¡eso no lo hacemos!.
Y no se atrevieron
porque tenían miedo, miedo social respecto a su sociedad cerrada:
Cumplieron por tanto
la orden como sumisos corderitos para quedar bien y complacer al que manda.
En una actitud
retrograda.
No existe nada más
atrasado que la obediencia ciega para conseguir una mención del jefe desequilibrado.
ETA y HB decidieron
matar así, no sólo por venganza y ruindad, también lo hicieron por el más
estúpido de los mandamientos del orden existente: el prurito, la soberbia, la
competitividad.
Han fracasado en el
secuestro de José Antonio Ortega Lara y sentían la rabia del perdedor. Querían
ganar, competir y ganar, por eso no podían fallar.
Y por eso sus
obedientes y dóciles esclavos, para quedar bien ante los jefes, para evitar un
nuevo fracaso que les hiciera sentir la hiel de la mezquindad, ese sabor que da
el perder en estúpidas competiciones, para vencer ahora en esa despiadada
revancha ¡metieron una segunda bala en la cabeza de una persona secuestrada, atada,
vulnerable, frágil, sola, sin darle opción ni a un último abrazo a su novia, al
amor siquiera
Lo más rastrero de
nuestro carácter de humanos, ¡de humanos! les ha hecho actuar así, tanto a los que daban
las órdenes, como a los que las obedecían.
Por eso son peor que
bestias. Por eso la gente está estallando,
y es esa muchedumbre de personas indignadas la que está rompiendo el orden establecido
y exigiendo que desaparezca de una vez por todas estas alimañas sociales, esta
aberración humana.
FRANCISCO
MOLINA. Diputado Provincial de Izquierda Unida. La Opinión de Zamora. Julio de
1997
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