LOS
DINOSAURIOS Y LOS DISISAURIOS
Aceptada la tesis,
que en maravilloso articulo ("El sindicalismo del Jurasico", Revista
TE num. 147, noviembre 93) sustenta Juan Carlos Jiménez, de que hay
sindicalistas (y sindicalistos) un poco atrasadillos y a los que hay que
considerar dinosaurios, no pasa nada porque se recuerde lo siguiente...
1.
En abreviatura cariñosa, a las bestias
de la época, de características similares, se les conoce genéricamente por “dino”. Y así
nos encontramos con los “dino” del Paleolítico y del Neolítico.
Etimológicamente
el apelativo de “dino” les viene por ser animales que suelen recomendar que se
diga NO. De ahí lo de di-no.
2.
Establecida la existencia de los
di-no, es elemental la existencia de los “di-si”, animales estos de mejor
pelaje, que por adaptarse más fácilmente a la realidad no corren peligro de
extinción.
A los di-si, se les conoce en términos
coloquiales como “disi” y en lenguaje científico son los disisaurios.
Especie tardía del sindicalismo, no
surgen como los dino del Paleolítico, sino que, más modernos, proceden sus
primeros ejemplares descubiertos del Monolítico a periodo de las “mayorías en
mayoría”.
Obviamente su nombre les viene de que
recomiendan decir SÍ.
LA DIOSA ALTERNATIVA
3.
Tanta a unos como a otros les trae a
mal traer la Diosa Alternativa.
Recuérdese que tal diosa, hasta hace
poco ignorada por las asociaciones sindicadas, existe (en términos metafísicos,
que por lo demás nadie ha podido meterle mano) desde que el Profeta Felipe se
convirtió en palabra de Dios y espetó:
"En verdad, en verdad os digo que quien
no presente una alternativa no me podrá decir que estoy equivocado".
A partir de ahí, los sindicalistas
-sin tener obligación moral de ello- viven víctimas de los Mandamientos de la
Santa Madre Alternativa.
Y viven sufriendo porque, o bien
creen de verdad en la alternativa y por tanto son utópicos (fatuos, vamos), a
dicen que creen pero no practican (o sea que no creen) y viven sin vivir en
ellos.
4.
Un sindicato, aunque se diga socio-político,
no está obligado a tener alternativas políticas, sólo está obligado a luchar
por las condiciones de vida (y si pueden ser las materiales mejor) de los/las
trabajadores/as.
Para hacer más palpable lo ridículo
de adorar “La Alternativa”, como religión que todo lo soluciona, permítaseme
usar una parábola, sin que por eso se ofenda (espero) JC (me refiero a JesuCristo,
no a Juan Carlos).
PARÁBOLA
"Esta es la
historia de un hombre que sigue a una mujer. Una vez en el portal y a solas, le
anuncia que va a violarla.
Ella, angustiada,
grita: !NO!.
A lo que el atacante
responde: Bueno, pues preséntame una alternativa".
5.
Explicación de la parábola.
El
violador, como intuís, es el Gobierno: La acechada y victima potencial, la
clase trabajadora.
Llegados
aquí, dicen los dinosaurios, hay que decir NO, y luego, según las fuerzas,
luchar o no, pero nunca entrar en complicidad.
Por
contra los diSÍsaurios, con la mejor de las intenciones, apuestan por, a partir
de una alternativa, negociar, que siempre es preferible una irrumatio pactada a
que te hagan de todo y encima, al final, dos costillas rotas.
6.
Negociar, para el pueblo llano, no es
hablar; negociar para gentes sencillas es firmar.
Por eso se utiliza la frase
"fruto de la negociación se obtuvo este acuerdo", y nunca se dice
"fruto de la negociación estamos con las manos vacías".
Dícese esto para que los dinosaurios
y los diSÍsaurios se den de coletazos con palabras menos ambiguas que la de
negociar, que paradójicamente, cuando se convive (y no te digo nada cuando se
subsiste) hacen más daño que las concretas.
7.
Si el bienestar real lo valoramos en 1.000, y el bienestar
social (Estado del Bienestar) estaba en 100, ahora cuando el gobierno quiere reducir
éste hasta el 50, los que crean que la política del gobierno es errónea deben
estar contra cualquier firma porque lo que se nos pide con la firma es
"ser cómplices".
Ahora bien, los que crean que la
salida de la crisis pasa por sacrificar el Estado del Bienestar que sean
consecuentes, pues firmen lo que firmen, todo se arreglará, y seremos felices y
comeremos perdicesauriñas, ■
Paco
Molina. Zamora
T.E.
/Trabajadores de la Enseñanza) Revista de la Federación de Enseñanza de CC.OO.
Años 90 del S.XX
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