RETRATO
ESPAÑOL
Las consecuencias o
conclusiones del anterior análisis sobre la situación del comunismo en el mundo,
cuando estamos en la recta final del Siglo XX, serían para España estas:
I)
El actual retroceso no se va a evitar
por el mero hecho de la aparición de los afortunados y positivos cambios
operados en los estados socialistas. A parte de que siempre la propaganda del
capital va a tratar de contrarrestar e, incluso, cambiar la imagen que
proyecten dichos países; siempre que sea buena claro, que si es mala se
limitarán a hacerse eco de ella.
II)
Tampoco la corrección de los errores propios
(purgas, intransigencias entre camaradas y ofertas políticas) logrará
transformar el retroceso en avance, al menos de forma visible y contundente. Esto
no supone por supuesto que no haya que hacerlo (el proceder de otra forma es
necesario). Ya se está haciendo hoy; el reducir los errores al mínimo, el hacer
agradable el trabajo político, el ventilar los pulmones del partido comunista
con aire puro y limpio.
Hay que aprehenderlo
desde ahora, al PCE y a los comunistas les esperan años duros, y, aunque no
fuera así, aunque el camino fuera un lecho de pétalos, hay que hacerlo, y por
tanto se debe aprender algo elemental: La vida no empieza cuando se llega a la
meta. La vida-la vida de los comunistas también- ya se está viviendo, y para
llenarla de satisfacción, de ilusión y de afecto, hay que conseguir que el
camino que se recorra (la forma de recorrerlo) sea ya la propia meta.
La meta está en el camino. Y puesto que
el comunismo está lejos, hay que convertir la lucha por ese final en el propio
comunismo, y tratar de dar y actuar como si ya se estuviera en la meta: seamos
libres y respetemos la libertad, seamos demócratas y respetemos la democracia,
seamos amigos y respetemos la amistad.
III)
La mayor razón del retroceso comunista
no depende de los comunistas, y por eso estos están desconcertados, irascibles,
desmoralizados.
Pero si la conciencia social surge de las
relaciones económicas ¿por qué iba a ser de otra forma respecto a los
comunistas? Todos pueden aceptar fácilmente que en una familia adinerada no
haya ni un rojo o a lo sumo uno (el miembro concienciado, la oveja negra/roja
de la familia), sin embargo, al parecer resulta difícil extender el
razonamiento a la macro-familia que es una sociedad entera.
En España todavía la mayoría vive de una forma
aceptable y en una sociedad en que esa mayoría se siente bastante libre; así
las cosas ¿por qué iban a votar a un partido que puede poner nerviosos a los
que mandan, según suponen?
Pero hay mucho paro y está aumentando…se
podría añadir y objetar, ¿por qué estos no votan tampoco la opción comunista?.
Pues no lo hacen, precisamente ¡porque hay mucho paro!. Esa es la respuesta. Al
haber mucho paro piensan que ese problema -el del paro- no lo puede arreglar
nadie y consecuencia de ello es que sólo buscan solucionar el problema de SU
PROPIO PARO, confían más en la solución individual que en la colectiva
A causa de ello (de esto último) o en
paralelo, crece el miedo. < Como me haga comunista no me contrata nadie,
como me fichen por follonero no me contrata nadie>, pueden ser simplificados
mecanismos mentales que se producen en ciudadanos que, de otra forma, tendrían
que haber hecho estallar ya su rebeldía, al menos votando con decisión y a
opciones decididas.
Pero no es así, y si ocurre por el
contrario (como confirmación de lo dicho) que en las manifestaciones contra el
paro no van los parados, y aún más, las gentes que con un puesto de trabajo,
acuden, suelen ser personas con una cierta garantía de estabilidad en el empleo
(También existe miedo al despido y también eso retrae la posible participación
próxima al PCE).
Además, paro no supone aún
automáticamente miseria, y los célebres ocho millones de pobres de Cáritas se
ve que se las van apañando. Economía sumergida, prostitución, droga,
permanencia en el hogar materno, etc., son formas falsas de ir resolviendo el
problema de la carencia de dinero y futuro, pero van frenando el estallido de
la crisis social.
Estando así las cosas se acaba votando
más fácilmente entre las dos opciones del BIRREPARTIDISMO (estilo occidental de
democracia, según el cual dos partidos mayoritarios se reparten el poder
político y de influencias, al tiempo que ofrecen dos verborreas distintas pero
un mismo y único programa económico).
Las opciones del BIRREPARTIDISMO
prometen ambas acabar con el paro sin cabrear a nadie, o sea, sin traumas
(venden ilusión) y ello camela al elector; que como se vio, o no le importa
mucho el engaño (entiende que forma parte de las reglas del juego democrático)
o vive una situación cultural de fatalismo agudo y se desahoga con un “todos los
políticos son iguales y esto no lo arregla ni Dios”.
IV)
Ante esta situación (no basta con
analizar la realidad hay que transformarla) y con independencia de que s vuelva
sobre ello, conviene decir ya que la tarea del PCE debe constar de PACIENCIA y
ACCIÓN.
La paciencia
supone esperar, al tiempo que se difunde el punto de vista de los comunistas, y
acción supone estar continuamente
junto a los sectores que ya han sido víctimas de la crisis y junto a los que a
continuación van a ser agredidos por ella y la actual política económica, que
es la de siempre
V)
Respecto al metalenguaje que se debe
emitir para que lo conozca la sociedad en la cual se vive y de la cual se forma
parte, bastan estos tres puntos:
i)
Los problemas del pueblo sólo los va a poder
arreglar él cuando reaccione.
ii)
El paro sólo se puede suprimir
reduciendo la jornada de trabajo, y si no se contribuye a crear una oposición
fuerte y real- que rompa el BIRREPARTIDISMO- y que reclame medidas como esta,
los problemas económicos de la población (y por ende todos) seguirán aumentando.
iii)
El PCE podrá haberse equivocado, pero
siempre junto a los que menos tienen y nunca contra ellos, por tanto con
orgullo se sigue ofreciendo, con su capacidad y experiencia, para formar parte
de ese amplio frente social que, en principio, frene las continuas agresiones
que contra la calidad de vida están sufriendo amplios sectores de la sociedad,
y que, a continuación, se convierta en la esperanza real como alternativa
contra el paro.
La
melodía que tocó el flautista de Hamelin para conseguir que le siguiesen todos
los niños del pueblo en el cuento, no se sabe cuál era; la melodía que un
partido comunista tiene que tocar en el mundo enriquecido para que le sigan las
masas que piden cambios trascendentes si se sabe cuál es, el acabar realmente
con el paro.
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