ABERRACIONES ESCOLARES
Dice el Gobierno que va a abrir un periodo de
debate con ánimo de que se cambien las leyes de la enseñanza pues al parecer
ésta no funciona bien. Es por tanto el momento de que alumnos, alumnas, madres
y padres pongan el grito en el cielo para que se corrijan dos asuntos que desde
tiempo inmemorial se dan en nuestro sistema educativo y que tampoco parece que
nuestros progresistas quieran resolver.
La
primera de las aberraciones que citamos es esa que se esconde tras lo conocido
como “asignaturas llave”. Resulta que según algunos expertos quien apruebe
cierta materia de un curso no podrá recibir el aprobado si no lo
ha conseguido en la misma asignatura de los cursos anteriores. Esto es
descabellado de todo punto, puesto que ocurre a veces y lo que ocurre no se
puede decir que “no puede ocurrir”. Procede pues que en los estudios donde se
mantiene esta práctica se suprima.
E
incluso sería oportuno que en las enseñanzas obligatorias (estudios forzosos)
se instaurara la fórmula contraria: “Que quien apruebe cierta materia de un
curso, reciba el aprobado en todas las de igual denominación de cursos
anteriores, si en algo se le parecen los programas”.
Vamos
ahora con la aberración de las aberraciones. Hablamos de ese despropósito de
que los alumnos deban repetir asignaturas que ya han aprobado. No hay ninguna
razón ni moral, ni ética, ni formativa, ni pedagógica que justifique que un
chico o chica deba volver a cursar de nuevo asignaturas que ya aprobó. La única
razón por la que se está haciendo así es para facilitar el funcionamiento
burocrático de los centros.
Sabido
es que entre los más jóvenes, si no apruebas 3 o más asignaturas de un curso
¡tienes que repetirlo entero!. Lo cual supone que la víctima tiene que aprobar de nuevo ¡asignaturas ya aprobadas!.
Inaudito. Esto hay que cambiarlo, y como todo el problema es de carácter
burocrático- punitivo ( castigo sádico) avanzamos una alternativa para resolver
fácilmente este despropósito. Sin dudar que a lo mejor las hay mejores, siempre
que ¡jamás se le obligue a un estudiante a repetir materias que ya aprobó!
Recordemos
cómo se resuelve actualmente el asunto del alumno que pasa curso pero “lleva
asignaturas pendientes de los anteriores” (Dos máximo). No se le hace caso. El
por su cuenta y riesgo las prepara, y en Junio o Septiembre opta por
superarlas.
Pues
bien, la solución podría ser: Para el Bachillerato, donde sólo hay dos cursos,
que el afectado pasara con todas las que le hubieran quedado de primero.
Asistiría a clases de 2º, y de las de primero se podría examinar en Febrero,
Mayo y Septiembre. Si al terminar 2º no acaba todo el año bien y tuviera que volver a matricularse ¡sólo lo
haría de las asignaturas que no aprobó aún!. Luego se adaptaría al horario que
pudiera y el resto lo podría resolver con clases de apoyo, que daría cada
centro mañana, tarde y en verano (con otro profesorado). Lo mismo se podría
hacer en la ESO, donde aplicando lo de poder aprobar lo de atrás por deducción,
por ejemplo las mate de 1º, 2º y 3º si apruebas las de 4º, resuelto.
Con
este método (no repetir lo aprobado) la inmensa mayoría acabaría los estudios
en un año o dos menos y algunos que ahora repiten no lo harían. Además dejarían
los centros de ser academias de gamberros, pues estos se generan cuando el mal
estudiante, al “repetir curso” no sólo se desmoraliza y genera un odio
indiscernible, sino que pasa a ser el
líder pernicioso (en edad, tamaño y
carácter) de los pequeños que ahora pasan a ser sus nuevos compañeros. Saber
que cada cosa que apruebas es un avance mantiene la ilusión por el estudio
mayor que el castigo de repetir lo aprobado
Desde Zamora con rebeldía, Sr. Defensor del
Pueblo, “Repetir lo aprobado ¿a santo de qué?”.
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