VIII
EL
CAPITAL, CREADO POR EL TRABAJO DEL OBRERO, OPRIME AL TRABAJADOR, ARRUINA AL
PEQUEÑO PATRONO Y CREA UN EJÉRCITO DE PARADOS.
¡Chapeau,
Marx, chapeau! Esto es como para descubrirse. Resulta que Marx, al que tachan,
los que todo lo saben, de pasado de moda, podría presentarse tranquilamente a
un concurso de profetas y ganarlo, con la anterior afirmación, que hizo ¡en el
Siglo XIX!.
Pero ocurre que no se
trata de una profecía, se trata de una conclusión obtenida del estudio y
análisis de una teoría.
Y hoy vemos cómo, en la
parte rica y poderosa del globo terráqueo, o sea, donde mejor se vive del
planeta, los trabajadores se sienten oprimidos por miedo al despido, por la inestabilidad
en el empleo.
Los pequeños patronos
caen en la ruina económica, o en la ruina de un combate sin fin y sin tregua,
contra la feroz competencia de los grandes, que les obliga ya, entre otras
cosas, por ejemplo a abrir los sábados por la tarde.
Y respecto al ejército
de parados, ahí está, aumentando con mayor o menor rapidez años tras año.
(Por cierto que sobre
el aumento del paro es estremecedor ver a unos o a otros atribuir el aumento o
la disminución a hechos coyunturales como puedan ser el fin de de una estación
del año o el turismo u otras inclemencias de la economía. No hay que agotarse
en esta dialéctica del mes a mes, el paro aumentará si se sigue trabajando a
favor de los patronos sin más).
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