LAS
REVOLUCIONES SON PACÍFICAS. LAS CONTRARREVOLUCIONES VIOLENTAS
Se han recordado aquí
algunos puntos importantes del entramado ideológico que constituye la teoría
elaborada por Marx. Tal vez sólo queda, en este aspecto, el hacer un comentario
sobre el término .
En la actualidad las
palabras “marxista”, “comunista” y “revolucionario” se presentan ante la mayoría de la gente como
sinónimos, como términos que suponen lo mismo. Sin embargo, no producen la
misma sensación, ni tienen socialmente el mismo valor.
El concepto
revolucionario es, actualmente, mucho más estimado que los otros dos por el
conjunto de la sociedad, hasta el punto de que, incluso, la derecha, el poder,
dejó de luchar contra la Revolución y decidió prostituirla haciéndola hija
adoptiva.
La evolución de la
humanidad y de las sociedades es imparable. Mientras que “la revolución es un
salto brusco”, surgido por necesidades de las clases sociales oprimidas, dentro
de esa evolución, de forma tal que, aquello que por otros caminos podría haber
tardado lustros se produce en un breve periodo de tiempo.
Históricamente las
revoluciones (que son saltos hacia adelante, al contrario que las involuciones,
que son saltos hacia atrás) suelen ir acompañadas de una cierta violencia pues
al perder el poder, y por tanto dinero y prebendas, una clase social (la
dominante en el momento) y sentir esa pérdida como algo no esperado (no les da
tiempo) reacciona contra el pueblo y sobre todo contra el grupo político que
haya sido dirigente en esa revolución.
Sin embargo, no es la
revolución hija de la violencia. La madre de esta peste de la humanidad, de la
violencia, hasta ahora no es otra cosa que el deseo del poderoso de mantener su
poder sobre los débiles, aunque estos sean mayoría, y esto es tan así que hasta
hoy aún no existen pruebas democráticas de que llegando al poder un partido de izquierdas
por voluntad popular en las urnas y con un programa de revolución social, la
clase dirigente haya respetado, ni el programa, ni al partido que lo presentó y
ni tan siquiera que haya respetado la decisión soberna del pueblo.
Cuando las derechas sean
civilizadas las revoluciones no tendrán que desembocar en violencia.
Hoy en día proclamarse revolucionario
sin haber hecho ninguna revolución sólo puede consistir en comulgar con ese otro
principio marxista de que LA REALIDAD NO BASTA CON ANALIZARLA, HAY QUE TRASFORMARLA…..y
ponerse a la tarea.
Por último, como no es sano
evitar siempre las tentaciones, permítase este guiño para finalizar con estos comentarios
sobre los fundamentos del marxismo.
Miren, a los marxistas nos
gustaría darles la razón a los múltiples intelectuales que dicen que nuestras ideas
están putrefactas y pasadas, de verdad que nos gustaría darles la razón; pero claro,
si no la tenemos no se la podemos dar, y si la tenemos ¡no tenemos por qué dársela!..a
pesar de lo peligrosos que son los intelectuales sin razón.
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