Obviamente no basta
con armar a cierta parte de la población para “sujetar” al resto, que
forzosamente es mucho más numeroso.
Entonces, tenemos
que utilizar un spray que deje atontado al pueblo; y ese spray es LA
INFORMACIÓN, EL CONOCIMIENTO, hay que controlar LA VERDAD.
Para eso hay muchos
medios, pero uno esencial es dominar la enseñanza.
Históricamente hemos
podido mantener a las mayorías en el analfabetismo sin dificultad y con gran
provecho, pero el avance de la sociedad industrial, la aparición de máquinas cada
vez más complejas, las reivindicaciones populares, etc, nos hacen aconsejable
dar paso a las masas a la lectura, la escritura y ciertos conocimientos.
Pero nuestra CLASE SOCIAL
ha de tener mayores oportunidades.
El estudio debe ser
una carrera de obstáculos para la mayoría
(Escuelas inhóspitas, planes de estudio agotadores, profesores mal pagados
y enfrentados).
Nuestros hijos, que
salen con la ventaja del confort del hogar, de los enchufes y de los “centros
profilácticos” (en esto la Iglesia es
nuestra aliada natural por su experiencia en “idearios” y por lo que enseña al
margen de los programas), nuestros hijos, como decimos, llegarán a la meta y
podrán, en las próximas generaciones, seguir conservando la primacía de nuestra
clase social: elaborando teorías cuyos mejores cimientos serán sus propios
TITULOS académicos, que siempre impresionan al personal.
Habrá otros, que sin
ser de nuestra clase, también lleguen a la Meta.
Pero esos, enseguida
se sentirán de los nuestros y harán de sus conocimientos un púlpito desde el cual
DESCONCERTAR al pueblo, y poder ellos seguir gateando, por lo que nosotros no
debemos ponerles pegas en dicha ascensión.
En el momento actual,
puesto que en Europa es impresentable una dictadura, no ante los Gobiernos de
Occidente, pero si ante sus pueblos, debemos jugar a la democracia.
Ahora bien, la
ventaja con la que partimos hay que ampliarla y fortalecerla.
Para ello no debemos
descuidar el tema de la ENSEÑANZA.
La Escuela Pública,
proyecto de la izquierda, sería un desastre.
El pueblo no debe
empaparse jamás de democracia y menos hasta el punto de que si nos fuera
necesario “cambiar” (recurrir a la dictadura) se opusieran vitalmente (con su
vida) al cambio.
Además la gente debe
relacionar Estado a mal funcionamiento; la cosa pública a déficit.
Todo ello fomenta o
resta oposición al avance de nuestros capitales.
El Estado debe
existir, por supuesto, pero para controlar al pueblo.
Aunque con el tiempo
no debemos de descartar lo que llamaremos la Libertad de Protección
Que cada ciudadano tenga
el derecho a escoger la policía que le defienda, que cada empresa tenga el derecho a crear su propio ejército.
Por supuesto que
como tales instituciones privadas son de utilidad social, serían subvencionadas
con el dinero de todos, aunque naturalmente cada empresario podría disponer del
suyo a su antojo.
Desprestigiada la
Enseñanza del Estado hemos de mimar la Privada, que será el atajo que utilizarán
nuestros hijos.
Atajo de lujo, pero
haremos que el Pueblo pague el peaje de nuestro paseo.
Como es inevitable
que nuestros hijos se mezclen; en los centros privados debe haber ideario (el
ideario de la Iglesia Española nunca podrá ser el de Latinoamérica y menos el de
Cristo, aunque claro si las cosas cambiaran, pues ya veríamos) así no habrá
contagios ideológicos.
Pero si en los
Centros Regalados hay ideario y en los públicos pluralismo, podrían apetecer
más estos por ello.
La forma de evitarlo
es que en estos, donde no podemos imponer nuestro ideario, se apolitice el
asunto. Nada de elecciones.
Un director por
MÉRITOS (eso siempre son títulos y los títulos, propiedad al fin y el cabo)
tira al monte.
Apuesto que no nos sale
rana ni un 5%.
Paco
Molina. Zamora. Años 80 del S.XX
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