EL
NOBEL DE LA VERDAD
CUANDO la religión
era obligatoria en la escuela, la palabra del Papa era infalible.
La razón era
evidente, siendo el representante de Cristo en la tierra, y éste, Dios, es
elemental concluir que la palabra de un Sumo Pontífice es palabra de honor,
bien y verdad.
Por ello, si el Papa
ha dicho que lo de España es un desmadre, un relajo y un neopaganismo, tiene más
razón que un santo, o por lo menos mas razón que un ministro (que encima es del
PSOE).
Ejemplo: el Solana
(un ministro) ha dicho que el Papa seguramente estaba mal informado; pues
miren, para estar mejor informado que él, que ha hecho una Reforma Educativa en
que sigue creyendo que la Física y la Química tienen algo que ver, no hace falta
ser ni Papa.
La sociedad española
vive, en efecto, “volcada en el hedonismo”, que traducido al castellano
significa que todos y cada uno (y una), de uno en uno (y de una en una), sólo
piensan en vivir cada vez mejor, en tener cada vez más cosas; encerrados en un
egoísmo que va desde el “mientras ande yo caliente ríase la gente” al “a mi plín,
yo duermo en picolín”.
Y hablando de colchones,
también ahí nos ha pescado el Vaticano con las manos en la masa, que todos (obsérvese
que no se pone “todas”, por respeto) están pensado en lo mismo, y con ganas de
cachondeo (versión diccionario), orgia y tente tieso (tiesa).
Buenos coches,
mejores vinos e insuperables siestas son los fines insaciables de los iberos,
los vascos, los celtas, los sárdanos y hasta los gitanos.
Y las mujeres lo
mismo, que con estas caritas de mosquitas-guapas, no salen del templo; pero no
del de siempre, sino del templo del Corte Inglés.
O sea, que en España
las gentes no solo quieren vivir bien, sino que se observa a hasta una dedicación
exclusiva a querer vivir requetebién.
Y encima lo
consiguen, que hay encuestas que indican, porque así lo confiesa el pueblo, que
encima... ¡son felices!.
Ante este estado de
cosas (todas las cuales las debemos al partido del Gobierno y al Gobierno
mismo, que son, por tanto, los culpables de tanto bienestar material y tanto
malestar papal), pues lo “decido”, ante esto ha de preguntarse uno:
¿Qué tiene que ver
lo que nos rodea con el valle de lagrimas que nos han dicho que era este mundo?
Nada.
Aquí, en España, le
hemos chafado al Creador el Valle de Lagrimas que tuvo que hacer para que purgáramos
el pecado original (que de original no tuvo nada, pues está mas visto que el
tebeo que una mujer tiente a un hombre con fruta prohibida).
Pero a lo serio: en
nuestra amada patria se está viviendo a lo bestia, adorando a dioses (y diosas)
falsos (falsas) en lo que es evidente se trata de un nuevo paganismo.
Por querer vivir
como Dios nos olvidamos de Él y nos vamos a condenar; eso es lo que nos advierte,
en su obligación, el jefe del Estado Vaticano.
Es mucho más sensato
renunciar ahora a estos bienes temporales a cambio de una eternidad de ensueño.
Se trata de ser
siempre egoísta, pero con vistas.
Vidorras solo puede
haber una, o ésta o la otra.
FRANCISCO
MOLINA. El Correo de Zamora. 1 de Octubre de 1991. Imperecedero
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