TODO
POR LA PATRIA ¡CHICA!
EN medio de esta ola
de zamoranitis que nos invade, ¿quién no da un paso en defensa de esta tierra?
Todos, absolutamente
todos, están dispuestos a dejarse la piel en el empeño, pero….....
¡Me cachis con los
«peros.!
Esa lucha, ese
sacrificio, esa entrega hasta donde llegaría? ¿Qué es dejarse la piel en el
empeño?, ¿Ir a las orillas del Lago a tostarte hasta que te peles y luego decir
que has hecho patria haciendo turismo? ¿O tal vez consiste todo en trabajar con
mas ahínco y a menos precio para que esta zona sea tan competitiva que no veas?
Vete tú a saber cómo
concibe cada cual su lucha por Zamora.
Mas tampoco se trata
de romperse la cabeza, ya se puede dormir tranquilo/a.
Hay, en esta ciudad,
una estirpe de verdaderos soldados por Zamora. Como son humildes (principal
virtud de los héroes locales) hasta ahora no habían sido detectados.
No se sabe
exactamente cuántos son; si 12, como los doce apóstoles; o 12, como los doce
concejales del PSOE: o 7, como los siete magníficos.
Lo que si se sabe es
quien los encabeza.
Fue en el último
pleno del Ayuntamiento de la Villa, y el esforzado nuevo hombre zamorano, dígase
de una vez en su honor, es el actual primer teniente de alcalde (nunca un cargo
mejor tenido)
Este zamorano total (se
verá por qué) lo anunció solemnemente, justificando que la excelentísima
Corporación lleve ya gastados en protocolo dos millones de pesetas (en 6 meses)
y quiera otras 800.000 calas más para ir tirando (en el tiempo, se entiende,
aunque...).
Ellos (o él, no quedó
diáfano), no tienen empacho, ni se les caen los anillos, si tiene que comer (a
costa del dinero de todos, vulgo, gratis) para conseguir algo para esta ciudad.
Repetimos para los
despistados: como el dinero del protocolo se va en cosas raras y sin control
previo, a veces se utiliza para, por ejemplo, comer (comer bien, naturalmente,
que no se puede dar la imagen de que este pueblo es tacaño y un muerto de
hambre.
¡Qué paradoja!, para
no parecer un muerto de hambre has de comer como si estuvieras muerto de hambre.
Pues bueno, lo que
dijo el alcalde-bis (el otro, al ser senador, pasa la mitad del tiempo “senado”)
fue qué (traducido) a santo de qué se les puede reprochar una comidilla que
otra; que si para convencer a alguien a quien no vendieron la moto en el
despacho a horas de oficina, hay que llevarle a una comida para convencerlo,
pues ellos, a pesar de lo terrible que es comer gratis y bien, a costa del
pueblo, pues se sacrifican y, hala, adelante, todo por la tierra (que no por
los suelos).
No se duda que sean
capaces estos sufridos ciudadanos de comer sin ningún empacho, (que para eso
comen, a la carta, para que cada uno pida el marisquito más digestivo y que
menos empache).
Tampoco se duda de
que no han de “caérseles los anillos> (con cuatro comilonas como las de hace
cuatro anos no solo no se les caerán los anillos, sino que no habrá forma de
que se los puedan sacar de lo gorditos que se van a poner los dedos).
De lo que se duda es
de que la gente sea consciente de que por fin tenemos en puestos de mando a
gente que, al sacrificio de cobrar 280.000 pesetas por mes (quíteseles el 20% y
eso se llevan a casa), unen el no menor esfuerzo de prolongar la jornada de
trabajo en un banquete para ver si lo que no se consiguió por las buenas se
consigue por las mejores: ¡comiendo a costa del contribuyente!.
Señores, la cena está
servida, y Zamora, con estos héroes, también.
FRANCISCO
MOLINA. La Opinión de Zamora. 6 de Agosto de 1991. Imperecedero
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