DON
EMPRENDEDOR VALIENTE Y AUDAZ
Hablamos de una
persona que para ganarse la vida decide
montar un negocio. Para ello busca juntar un dinero y lo consigue.
Con ese dinero pone
en marcha una empresa convirtiéndose así en empresario. No obstante, como su negocio
es sumamente pequeño, él pasa a ser el único trabajador de su empresa.
Estamos pues ante lo
que técnicamente se conoce como un autónomo en España, y en Cuba un
“cuentapropista” (trabajador por cuenta propia).
Y esta mención a
Cuba tiene su importancia pues dibuja mejor de qué tipo de persona hablamos: de
un trabajador por cuenta propia, más que de un empresario, ya que sólo en el
inicio del negocio, al poner el dinero, lo fue.
Que se trata de
trabajadores por cuenta propia es algo tan evidente que antes los sindicatos
especificaban que sólo admitían como afiliados a los trabajadores por cuenta
ajena.
Supongamos ahora que
tenemos ya en marcha el negocio de Don Emprendedor Valiente y Audaz (en
adelante Don Evya).
Trabajando de Sol a
Sol consiguió vender un producto que tuvo gran demanda. Tanta que pronto se vio
desbordado por el número de clientes, presentándosele esta duda:
“Es verdad que con
lo que gano puedo vivir muy bien, pero qué pena desperdiciar tal potencial de
ingresos. ¿Qué hago, sigo trabajando yo sólo o contrato otro empleado?”, se
dijo Don Evya.
La respuesta fue
clara porque el dinero es goloso. Contrató a otro trabajador.
Y decimos otro
porque como ustedes han visto el negocio iba bien porque Don Evya era
trabajador y lo trabajaba bien; no pintando nada en el asunto que hubiera
empezado siendo empresario al poner el dinero.
En consecuencia si
numeramos a Don Evya como trabajador nº 1, vemos que gracias a su “trabajo” el
negocio funcionó y pudo contratar al trabajador nº 2.
Con dos trabajadores
la empresa produjo aún más y más dinero, como sospechó Don Evya, así que optó
por contratar a un tercer empleado, el trabajador nº 3.
Y así sucesivamente,
como si fuera Don Inditex, llegó a tener miles de trabajadores.
Siendo entonces la
pregunta ¿Quién creó los puestos de trabajo e incluso la riqueza de Don Evya?
Obviamente, hemos
visto que cada trabajador generó las condiciones para contratar al siguiente.
Don Evya, en la medida que trabajó bien (era buen trabajador pero “trabajador”
al cabo) originó tales ventas que necesitó contratar al nº2. Y éste, junto con el nº 1, aumentaron el negocio hasta
hacer bueno el contratar al trabajador nº 3. Etc. Etc.
Es decir, los
trabajadores crean la riqueza del empresario, y los puestos de trabajo de sus
compañeros, aun sin saberlo. Si Don Evya no hubiera contratado al nº2 no
hubiera visto multiplicar su dinero tan rápidamente.
Esa es la génesis
del empleo y la riqueza, en la sociedad capitalista. He dicho (lo que han dicho
otros de otra manera).
Paco
Molina. Zamora. 10 de agosto del 2015
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